Señor Alvaro Murillo, periodista de La Nación
Lamentablemente para la ANEP debemos dirigirnos a alguien de ustedes, en La Nación, en este caso a usted, para desmentir, categóricamente, su manipuladora nota de este sábado 15 de setiembre (nota que por cierto hace gala del estilo clásico desinformador de ese periódico de la oligarquía neoliberal), cuando se “informa” de un “acuerdo”, en un acto convocado por el diputado José Manuel Echandi Meza, en el que, supuestamente, El “yes” y el No pactan por la “no violencia”.
Al respecto, si tuvieran en La Nación un poquito de ética (cajita blanca para mí), deberían publicarnos esta aclaración. Sabemos que no lo harán pero para nuestra fortuna, tenemos muchos medios de combatir este estilo periodístico tan poco ético que a ustedes les caracteriza.
Primero: ANEP rechazó, por medio de carta, la invitación que nos hizo el diputado Echandi para tal acto. Aunque somos partidarios de la No violencia, un acuerdo en tal sentido debería ser convocado por una entidad neutral con suficiente ética para promover un acto de tan hondo significado. El diputado Echandi está parcializado con el “yes” al TLC, él forma parte de la alianza de los 38 votos gobiernistas que tanta maniobra parlamentaria ha realizado tratando de aprobar el TLC cuando no se había planteado aún la alternativa democrática del referéndum; y aún después de ello, ese grupo de los 38 ha seguido maniobrando para aprobar el TLC a como dé lugar. Es más, telefónicamente le dijimos a dicho legislador, cuando nos llamó para el efecto, la razón por la cual ANEP rechazaba su invitación a un acto cuyo espíritu compartimos pero no a través de quien le convocó.
Segundo: El señor Arturo Robles, si bien es cierto es afiliado de ANEP, estuvo en ese acto por una cuestión meramente personal de él. Jamás tenía credencial alguna para representar a esta organización. No puede usted, señor periodista Murillo, escribir que el Ing. Robles estuvo ahí como “representante” de la ANEP. Eso es completamente falso y manipulador de su parte. Es más, el Ingo Robles fue tajante cuando se le preguntó en qué condición estaba en ese acto, manifestando él que era a título personal y como integrante de un grupo ciudadano de análisis de la coyuntura nacional. Jamás como representante de ANEP, reiteramos. El más, el compañero afiliado Robles, a quien estimamos y respetamos mucho por su honestidad y por lucha contra la corrupción con los negocios de la FANAL, por ejemplo (denuncias que La Nación nunca quiso publicar, por cierto), deberá comparecer ante la Junta Directiva Nacional de la ANEP para dar explicaciones de lo sucedido y relatar el escenario que facilitó esa manipulación mediática a que fue sometido por parte de usted, señor periodista Murillo.
Tercero: Es tan falsa y manipuladora su nota que usted, desbordando toda frontera ética, sin decoro ni decencia alguna, titula la misma_ “El Sí y el NO pactan por la no violencia”_. No hubo ningún pacto. No hubo ningún representante oficial del Movimiento Patriótico No al TLC en el acto convocado por el diputado Echandi. Tenga decencia señor periodista Murillo, Tenga un poquito de decoro la próxima vez. ¿No le da vergüenza actuar de tal forma?. Sea más decente. Usted pretende, vanamente por dicha, generar fricción en el amplísimo, plural y diverso Movimiento Patriótico No al TLC, tratando de poner a la ANEP como si fuera dueña de este ya histórico movimiento ciudadano. ANEP es tan solo una pequeña parte del mismo y por eso, ni por lo más mínimo, la ANEP podría arrogarse una “propiedad” de un movimiento que es completamente horizontal, simétrico, sin “comandos” centrales ni mucho menos verticales. Así que, lo sentimos, señor periodista Murillo, su intentona manipuladora ha quedado al desnudo y su periódico incrementa su desprestigio. Lástima por usted, porque era usted de los pocos periodistas de La Nación que para nosotros todavía conservaba un poco de respeto. Pero en todo caso, bien dice el refrán que no hay mal que por bien no venga. Con su nota manipuladora, potencia aún más el creciente rechazo que sufre ya La Nación (ahora el segundo periódico de cirulación nacional), en cada vez más grandes y amplios sectores de la conciente y crítica ciudadanía costarricense.
Cuarto: Cómo podríamos hablar de “pacto” con un gremio empresarial como la UCCAEP, cuando en muchas de las empresas que lo integran, desarrollan repudiables campañas de terrorismo ideológico y de agresión psicólogica contra sus trabajadores, dictándoles cómo votar en el referéndum del 7 de octubre. Cómo se podría hablar de un pacto “no violencia”, si estos trabajadores, en muchas empresas, están sufriendo violencia psicológica, sin tener la más mínima posibilidad de defensa, escuchando, en un ambiente democrático, la otra tesis. La violencia empresarial contra grandes grupos de trabajadores, hacen que en muchas fábricas se estén viviendo situaciones como de campos de concentración, en medio de climas totalitarios, totalmente antidemocráticos. No podría haber un verdado y efectivo pacto de “no violencia”; si no contempla mecanismos de discusión democrática y equitativa en el seno de las empresas, para combatir esa forma de violencia psicológica que en ANEP se denuncia todos los días por parte de trabajadores afectados.
Quinto: La ANEP reitera su profunda vocación por la paz, en defensa de la institucionalidad democrática y del Estado Social de Derecho de los y de las costarricenses. Creemos en la cultura pacifista de la No violencia y firmaríamos un documento en tal sentido, cuando sea convocado por una entidad y/o personas o perosnas, como indicamos, que nos genere confianza, credibilidad y respeto y resolviendo problemas como el arriba apuntado. Y aún así, ANEP no podría hablar a nombre de todo el gigantesco Movimiento Patriótico No al TLC. Somos una parte del mismo y no dueños ni representantes de él.
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados