Son muchos recuerdos lo que al momento de escribir estas palabras se nos vienen a la mente, agradecidos con Dios y con la vida por haber tenido el privilegio personal de tenerle cerca, de escucharle sus planteamientos jurídico-laborales, de tenerle como guía en aquellos duros momentos en que se proclamaba el “rotundo” triunfo del pensamiento neoliberal y “la muerte de las ideologías”.
Mario Alberto Blanco Vado se nos fue un 21 de febrero del año 2000, víctima de un fatal accidente automovilístico. Se nos fue casi llegando a sus 44 años de edad, en plena producción intelectual, con una probada línea consecuente con los derechos de la clase trabajadora pese a atractivas ofertas económicas para desempeñarse en otros espacios que tienen que ver con el Derecho Laboral.
Mario Alberto Blanco Vado es del selecto grupo de “los imprescindibles” de que hablaba Bertol Brecht.
ANEP todavía no ha hecho lo suficiente para honrar su memoria, su legado y la perennidad de una actitud ética para con el desarrollo del Derecho Laboral con perspectiva de clase.
Hoy, a los 15 años de su partida, MARIO ALBERTO BLANCO VADO sigue aquí, en la ANEP, para fortuna de los nobles ideales que defendemos desde la trinchera sindical y con la concepción de la visión de la misma que él nos ayudó a construir y que hoy nos sigue dando fundamento para resistir pese a esas adversidades innobles que para fortuna del legado que él nos dejó, no han prosperado ni han de prosperar.
A 15 años de habernos dejado, querido y respetado compañero MARIO ALBERTO BLANCO VADO, no termino de festejar, de celebrar, de emocionarme de que los primeros pasos sindicales de nuestra carrera los pude dar bajo la guía de tu mano firme, solidaria, inteligente y consecuente. No encuentro ni las palabras ni las frases apropiadas para dar gracias por tan grande privilegio.