En el autobús. Dos trabajadoras del sector Público. Una labora en un ministerio, la otra en una municipalidad.
“¡Hola!, cómo estás, ¿me siento a la par tuya?”. “¡Claro!, ¿cómo vas?”. “Diay, fijate que no muy bien. No ves que aquel me dejó. El desgraciado se fue con otra. Yo me lo olfateaba pero nunca le dije nada. Vos sabés. Por los güilas…Y en estos tiempos tan difíciles”. “¡Nombres!, ¿y eso?”. “Como sabés, la vida está carísima. La plata no alcanza. Vos sabés que yo soy profesional pero aún así, nos habíamos endeudado con la casa y todo eso”.
“¿Cuántos son los hijos que tenés?”.” Tres. Dos de colegio y una en la escuela”. “¿Obviamente lo vas a tallar a la pensión?”. “Ni lo dude. Más ahora que dicen que lo van a echar a una”.” ¿Cómo es eso?”. “Pues fijate que dicen ahí en el ministerio que todo lo van a pasar a las municipalidades y que a uno lo van a liquidar pero el Gobierno dice que no tiene plata y no se sabe si pagarán las prestaciones. ¡Vieras vos”! La gente anda preocupada. Mirá mi caso. A los 45 años, quién me va a dar trabajo”.
“Pues ahora que lo mencionás, ahí en la muni se está hablando de eso. ¿Cómo es que le dicen…? ¡Ah sí, transferencia de competencias…”. “Pues vaya nombrecito para echarla a una a la calle”. “Ay muchacha. Parecés nueva. Si todos sabemos que dicen una cosa y hacen otra. Así son todos los políticos. Pero contame más. Todavía no te bajás, ¿verdad?”.
“No. Falta un poquillo. Lo que pasa es que dicen que hay un miche en el Gobierno y que a la Presidenta la quieren joder los Arias y por eso andan con esas cosas de echar gente en los ministerios y pasar los servicios a las munis”. “Mirá. Yo no sé qué te diga. Pero ahí en la muni no sé qué harían. Ese alcaldito que nos tenemos. Pura politiquería. Ofreció el oro y el moro para ganar y como casi nadie fue a votar, en cuenta yo, pues quedó por el apoyo de sus amigotes, parientes y plata que le dieron los grandes. Además, imaginate. Los Arias lo apadrinaron”.
“¡Pues claro! Rodrigo Arias quiere ser presidente como su hermano y seguro ocupan de los alcaldes para el 2014 y entonces, que me boten a mí, que me dejen sin empleo y en la calle y con las deudas y con los güilas pequeños! ¡Ay no, Dios mío!”.
“Mirá, pero en la muni no hacemos tan mal trabajo y si las van a fortalecer, pues eso sería bueno. Ahí uno se da cuenta de que la gente lo que quiere es más y mejores servicios y las munis, pienso yo, no sé, están más cerca de la gente… o deberían ¿No creés?”.
“Bueno, no sé, pero vos creés que tengan que echarla a una a la calle, sin prestaciones, ¿porqué no creo que con eso de la tal transferencia nos pasen a todos a las munis, con todo y empleo y los derechos. ¿Qué pensás vos?”. “Mirá, no sé”.
“Ponete a pensar. El Gobierno quiere más impuestos. Con eso del déficit, fijate que hasta nos van a quitar la dedicación exclusiva. Ya prácticamente nos congelaron el salario. Viste, un cochino 2.33. Entonces, ¿de dónde plata para darle a las munis si dicen que hasta piden prestado para pagarnos el sueldo”.
“Bueno, ahí en la muni hay algunos que se frotan las manos creyendo eso de que llegarán millones del Gobierno. Porque dicen, no sé, no me creás, pero que las munis hasta darán servicios de Educación y Salud.
¡Imaginate! Van a ser poderosísimas”. “Mirá. No estás tan perdida. Por eso estoy preocupada. Yo vi un documento que llegó a la oficina, porque vos sabés que donde yo trabajo llega información muy importante, de que las munis van a dar bonos de vivienda y van a manejar plata del IMAS y de asignaciones. Perdoname, pero imaginate el festín que habrá con eso y la cacería de votos en el 2014. Y Rodrigo Arias de candidato, qué me decís”.
“Bueno, entendé que como trabajo en una municipalidad yo veo todo eso bien, es decir, que llegue más plata y que demos más servicios. Pero eso debe regularse mucho porque vos tenés razón. Con lo que yo vi ahora que pasó la elección del alcalde, ni tenés idea… ¡Qué no ofreció el alcalde con tal de ganar!”.
“Ahí está el punto. En el ministerio ni siquiera plata para fotocopias hay. Una tiene que llevar hasta el papel higiénico porque a todo dicen que no hay plata. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Cuál plata para las municipalidades? Ya casi me bajo pero, en verdad, vieras que todo el mundo anda asustado porque dicen que somos como unos diez mil de los ministerios que vamos para la calle. Hasta ya el sindicato convocó a una reunión con urgencia y yo que nunca voy a esas cosas, esta vez sí iré.
Te imaginás yo en la calle con tres güilas y con esa deuda de la casa.
¿Cómo haré ahora como madre sola? Por cierto si ocupara un testigo para la pensión que le pienso meter a ese desgraciado, ¿me servirías?”.
“Ay muchacha, pues claro. No le aguantés nada. Recordá que ahora las mujeres tenemos muchos derechos que antes nos negaban. Al final Dios no le faltará a una”. “Sí, claro. El asunto es que tengo miedo de que me echen a la calle”.
“Yo no sé que te diga. Pero ahí en la muni nunca nos dejamos. Cuando el sindicato llama por algo justo, todo el mundo se apunta. Nadie se deja. Perdimos el miedo y así ganamos respeto. Estoy segura de que si vamos a dar más servicios, el sindicato se pondrá las pilas para que no haya chorizos ni esas cosas y, por supuesto, sería una locura pasar servicios de los ministerios a las munis sin nada claro y mucho menos sin plata”.
“Ya te dejo. Parada por favor. Ahí te cuento que me dijeron en la reunión.
Hasta luego”. “Que te vaya bien. No te dejés. Recordá que las mujeres somos buenas pa’ las peleas”.