Negocio redondo: políticos, «zopilotes» de nuestras costas

Hace un tiempo salió a la luz pública el caso de la obtención por mecanismos dudosos de terrenos del IDA por parte de empresas relacionadas con Oscar Arias Sánchez. Esto se sumó a otros reportajes relacionados con la piñata de terrenos del IDA, la piñata de los últimos terrenos en Papagayo y la piñata de playa Azul en Guanacaste, que han causado indignación en el pueblo. Aunque es probable que no se vaya a escudriñar más sobre estos temas, pues podrían salir manchadas importantes personalidades de la vida pública, el caso es que tienen relación o conexión directa con un lucrativo negocio de moda, maquillado como legal por abogados testaferros, pero inmoral como veremos.

Se trata de la especulación con bienes raíces aprovechando el descomunal valor que adquieren las tierras en la zona marítima y en los terrenos colindantes con esta, especialmente cuando se maneja tendenciosamente la planificación costera, a veces con la aprobación u omisión negligente de los jerarcas de instituciones vinculadas como son el ICT, el MINAE, el IDA, el INVU o las correspondientes municipalidades.

Sobre este tema un conocido periodista de televisión, Greivyn Moya, investigó y brindó importante información sobre lo acontecido en Bahía Salinas, específicamente en los terrenos del Jobo, donde se ubican las propiedades obtenidas de “buena voluntad” por Oscar Arias. Pero ese periodista soslayó o no sospechó sobre la razón de fondo de este truculento negocio contra el patrimonio nacional costero. Si ese periodista hubiese profundizado en el asunto, habría descubierto que el Plan Regulador de la Playa Zacate, ubicada muy cerca de los terrenos del IDA comprados por Arias, publicado en la gaceta Nª 150 del viernes 5 de agosto del 2005, fue desarrollado por la misma sociedad que utilizó Don Oscar para la compra de esos terrenos en las parcelas del IDA, Corporación Adal S.A., y cuya apoderada generalísima es la Sra. Mariangel Solera Víquez, secretaria de Don Oscar.

¡Ni siquiera hacen las cosas con sutileza!:
¿Puede alguien imaginarse a una secretaria invirtiendo millonadas en estudios para la Planificación de 20 hectáreas en la zona marítima terrestre y diversos proyectos multimillonarios?

Este es un claro ejemplo de acaparamiento de terrenos para su posterior venta con enormes utilidades (acción prohibida por la Ley 6043 de la Zona Marítima Terrestre, aunque práctica común mediante la figura de la cesión de derechos) vendiendo propiedades a precios estratosféricamente superior a los costos de compra, pues estos terrenos de la zona marítimo terrestre prácticamente no tienen costo y los de las parcelas del IDA fueron conseguidos por cifras ridículas, mientras en los últimos años han llegado a adquirir un plus valor enorme gracias a su colindancia con una zona marítimo terrestre de alto potencial turístico.

Esta práctica no es nueva ni se da sólo en Playa Zacate. Ya hubo denuncias contra personas muy cercanas a Oscar Arias (caso de Alvaro Martín, exintegrante de la Junta Directiva del ICT y su hermana la actual viceministra de Transportes) por el supuesto acaparamiento de concesiones amparadas al Plan Regulador de Playa Azul de Santa Cruz, caso ampliamente divulgado por la prensa nacional). Estas denuncias y otras denuncias, a su vez, provocaron que la Contraloría General de la República, mediante informe FOE-AM-17/2005, le exigiera al ICT y las Municipalidades que no continuaran con la mala práctica de otorgar más de una concesión a sociedades donde participaban las mismas personas físicas, como lo fue el caso de Playa Azul, donde se otorgaron decenas de concesiones a nombre de sociedades donde participaban esos dos hermanos de mucha influencia política (ver dictamen de procuraduría C-157-2001 29 de mayo de 2001, en contra de esa práctica ilegal). Paradójicamente, en un acto igualmente inmoral, el ICT interpuso un recurso contra esta directriz de la Contraloría, a fin de proteger al acaparador y no al patrimonio del pueblo. Esa es una muestra más de la profunda pudrición de la burocracia institucional.

Otro caso que nos indigna profundamente, es el acaparamiento de concesiones en la zona marítimo terrestre de Playa Islita, en Nandayure de Guanacaste, en un proceso aparentemente legal pero que igualmente va dirigido a la especulación con el patrimonio del todo el pueblo costarricense. En este proceso podrían estar involucradas también personas de alta incidencia política en el actual gobierno como es el caso de un miembro de la Junta Directiva del ICT y el dueño de una importante televisora. Es una gran “coincidencia” que allí se siga el mismo esquema operativo que en Playa Zacate. Es decir, un Plan Regulador que en todo se ajusta a los propósitos de valorizar las tierras colindantes con la zona marítima terrestre, pero no para desarrollo turístico, sino para la venta de casas y condominios. Es decir, se concesiona nuestro patrimonio nacional para especular con bienes raíces. Lo mismo exactamente esta ocurriendo en Papagayo, al amparo de burdos artificios legales que la contraloría nunca ha enfrentado con la contundencia que debe y cuya auditoría interna en el ICT nunca ha “detectado” o se ha hecho de la vista gorda.

Esta es una muestra de cómo nuestros supuestos empresarios “exitosos” se hacen millonarios, pues fácilmente desangran el patrimonio del pueblo con la figura de las concesiones y llevando a cabo cuestionables negocios especulativos que les generan grandes utilidades. Esto mismo ocurre en la zona marítima terrestre de Playa Dominical y de Playa Pavones y en todas las playas del país, ya enajenadas. Este despojo contra nuestro pueblo representa económicamente más que todo lo acumulado en los escándalos del ICE y la Caja y es, a largo plazo, más perjudicial en su impacto social. Sin embargo, ¿Quién mueve un dedo para denunciarlo? ¿Qué hace el Ministerio Público? Dichosamente un sindicato valiente como la ANEP, en especial su seccional en el ICT, han denunciado varias de estas inmoralidades ante el Ministerio Público, en especial relacionados con Papagayo, pero desde hace casi tres años estamos a la espera de algún resultado.

En Playa Zacate, al igual que está sucediendo en otras costas del país, el gran negocio de los “zopilotes-políticos” es garantizarse el punto de playa para hacer primero el hotel frente al mar, que le dé plusvalía a los terrenos privados colindantes, (esos terrenos que Don Oscar Adquirió a un precio irrisorio de parte de un humilde campesino), para posteriormente desarrollar condominios verticales con vista al mar, que puedan colocarse entre los compradores gringos.

Todavía estamos a tiempo de corregir, aunque hay mucho daño hecho. Es una buena oportunidad para que las personas decentes que aún existen en la municipalidad de La Cruz, la Municipalidad de Nandayure, de Golfito y en general de todas aquellas que tienen jurisdicción en la costa, hagan uso de su dignidad, honestidad y patriotismo y emulen lo que hizo la Municipalidad de Liberia y que fue publicado en un periódico este lunes 4 de junio, cancelando muchas concesiones y derechos que existían sobre Playa Cabuyal, donde las investigaciones demostraron que en el protocolo de un abogado constaba el traspaso de al menos “dos derechos” (no eran ni concesiones debidamente inscritas) los cuales fueron cedidos o traspasados por la nada despreciable suma de $110.000 ( 57 millones de colones).

La Municipalidad de La Cruz es una de las mas pobres del país, pero podría en este momento tener en sus manos la solución de su problema abriendo un concurso publico para recibir ofertas de verdaderos inversionistas dispuestos a invertir en la zona y no reservándole a una empresa los derechos exclusivos para que venda (o ceda, según la inmoral interpretación de la Ley) al detalle el patrimonio de todos los costarricenses como lo es la Zona Marítimo Terrestre. Esta posibilidad es viable en el caso de Playa Zacate, donde las concesiones no han sido otorgadas aún, pues faltan algunos requisitos técnicos para poder adjudicarlas.

Estaremos vigilantes, en especial en las acciones que tomará la Municipalidad de La Cruz, cuando le corresponda asignar las concesiones de Playa Zacate. Vamos a conocer en ese momento, si esa distribución de terrenos será justa y equitativa. Por esa razón, invitamos a todas las personas interesadas para que presenten su solicitud de concesión en Playa Zacate, ante la Municipalidad de La Cruz.

Ese sería un primer paso para detener a esa nueva raza de oportunistas políticos, que se aprovechan del desorden para acaparar miles de hectáreas en todas nuestra costas y se adueñan de todo el queque, para luego venderlo en tajadas (cesiones parciales) al nuevo y poderoso mercado de los “babys boomers”, que corresponden a los gringos nacidos después de la segunda guerra mundial hasta el año 1964 y que hoy rondan entre los 42 y 67 años; los cuales buscan un lugar cercano a USA, seguro políticamente y, sobre todo, cálido, para hacer su segunda vivienda y huir de las temporadas frías del norte y muchos de ellos hasta para quedarse a vivir permanentemente. Este es el principal mercado meta de los zopilotes de la Zona Marítimo Terrestre, pues poseen el capital necesario que adquirir condominios con precios que inician desde los $300.000 en adelante.

Pues bien, ya sabemos como se crean grandes fortunas y aparecen “grandes” empresarios turísticos en Costa Rica. Son políticos o amigos muy cercanos a los políticos que utilizan su influencia en las instituciones y mucipalidades para acaparar sin costo alguno, miles de hectáreas de terrenos de todos los costarricenses en las costas, para luego venderlos, mediante la artimaña legal de la cesión, en sumas astronómicas o bien desarrollando condominios que luego venderán con mayor lucro.

Lo peor es lo que viene con el TLC, que pone tremenda desventaja al propietario nacional y al Estado y que pone en manos de tribunales y árbitros internacionales temas muy delicados, entre los que obviamente estarán las regulaciones de las concesiones en la Zona Marítimo Terrestre, la cual es muy apetecida por las grandes compañías de bienes raíces de los Estados Unidos.

Mientras tanto, los ticos, seguimos cada vez con menos posibilidades de poder acceder a un pedacito de tierra frente al mar, e incluso a la misma playa, pues no pertenecemos al círculo de esta nueva raza de políticos, de estos Zoplilotes de las costas.

Posdata: ¡Que me disculpen los zopilotes por la triste comparación….!

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