Al honorable personal de la Junta de Protección Social (JPS):
A la distinguida membresía anepista de la JPS
Honorables compañeros y honorables compañeras:
Respetuosos saludos para todos y para todas, especialmente para las personas trabajadoras socias de la ANEP. Estos son tiempos difíciles tanto para aquellas personas integrantes de la clase trabajadora que tienen la suerte de tener un empleo formal, estable, incluso protegido por el derecho colectivo de Trabajo, a través de una Convención Colectiva de Trabajo (CCT), como la que la ANEP tiene establecida en la JPS. Igualmente, también lo es difícil para quienes no tienen tal condición, es decir, quienes se desenvuelven en la informalidad. A estos, dolorosamente, les va peor.
Por ello es sumamente importante fortalecer las organizaciones sindicales que ya tenemos, las que están consolidadas, las que tienen tradición de lucha, las que tienen reconocimiento ciudadano, con una presencia nacional y sectorial innegable. Eso es ANEP, una entidad laboral con 54 años de existencia.
La independencia político-partidaria que ostenta la ANEP se fundamenta en dos ámbitos: su total libertad para actuar de cara a los Gobiernos de turno, por un lado; por otro, los recursos financieros que recibe provienen, básicamente, de la membresía que cotiza como socio o como socia de la organización. La pertenencia a la ANEP representa, financieramente hablando, un 1% del salario total de la persona que decide adherirse a nuestra causa. Ese 1% es proporcional, es justo, es solidario: permite el soporte sindical del trabajo en favor de quienes ganan menos pues quienen ganan más ayudan a la colectividad; pero ambos sectores ganan porque la causa es una: la plena reivindicación de quienes tienen al salario como su única fuente de ingresos.
La ANEP no es una “tienda San Gil“. No estamos en “baratillo“. Nos preciamos mucho en nuestro quehacer. Valemos mucho como organización y tenemos una herencia laboral que dejar porque una herencia laboral nos fue dejada, desde que la organización se fundara en 1958.
La herencia heredada, la que estamos manteniendo, la que queremos dejar, nunca tuvo espacio en la ANEP para el oportunismo, para la vinculación parental como centro de poder, para el extremismo ideológico de sesgo fundamentalista, para la traición, para la mediocridad, para el doble discurso.
Lamentamos que haya personas trabajadoras que crean que la ANEP es como una “mercancía“ que se puede cambiar por otra “mercancía“ sindical porque ésta “cobra“ más barato que la ANEP en cuanto a cuota de afiliación. Sentimos pena porque quien se promociona como “mercancía“ sindical tenga que subvalorarse para poder “competir“ con una historia legendaria como lo es la de la ANEP en el mundo laboral del país y más allá de él. ¡Qué pena! Pero jamás pensamos que en el sindicalismo “clasista“ la tesis de la “mercancía“ tuviera más importancia que la “ideología“. No, quienes ofrecen afiliación “vendiéndose“ como mercancía “más barata“ que la ANEP, piensan con mentalidad de negocio, del negocio de la afiliación sindical. Esa es la diferencia y por eso ANEP sigue adelante.
Gracias infinitas a todas las compañeras y a todos los compañeras anepistas de la Junta de Protección Social (JPS) por seguir perteneciendo a la ANEP aportando su cuota solidaria del 1% ayudando así a la causa común: la causa común de la solidaridad laboral que es la ANEP; la causa común de la defensa de la Convención Colectiva de Trabajo de la JPS, lograda con la lucha de la ANEP. Gracias infinitas por demostrar que sí quedan valores entre la clase trabajadora que se resisten a volverse “mercancía“; ese tipo de “mercancía tránsfuga“ que termina envileciendo la conciencia humano-laboral. ANEP es ANEP y sigue adelante. Los hechos hablan por sí solos.
Albino Vargas Barrantes
Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)
Central Social Juanito Mora Porras (CSJMP)