Parece que no le gustó al señor Presidente la petición que le hiciéramos por medio de un video, de reaccionar y llamar a cuentas a sus jerarcas en la cartera de Seguridad Pública, ante la ola de homicidios y los dos años consecutivos con esta pandemia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esto ocurre cuando se registran homicidios a una cifra mayor de 10 por cada 100 mil habitantes. Lo cual se dio lamentablemente en los años 2015 y 2016. Tristemente, el año en curso parece que podrían volverse a repetir tan lamentables cifras.
¡No se enoje señor Presidente! El respeto que sentimos por su persona y por lo que autoridad presidencial representa, jamás ha estado en entredicho para nosotros. Olvida que nos autorizó para reclamar cuando no fuéramos escuchados: “Efímero, el poder que ha sido depositado en mis manos no es ni un cheque en blanco ni una patente de corso (…) Si no les escucho, reclámenlo; si les abandono, si no estoy ahí cuando más me necesiten (…)”
En el pasado a nosotros se nos tildó de mentirosos: “La lengua no tiene hueso (…) hablan de cientos de delegaciones en mal estado, esperaré la lista y me gustaría recibirla antes del lunes al mediodía”. Luego se nos acusó de hacer las cosas para favorecer su campaña política, pero ni fuimos mentirosos cuando denunciamos que cientos de delegaciones eran “cuchitriles”, ni hacíamos nuestras denuncias para favorecer su campaña política. Actuamos en razón de nuestra convicción y nuestra constancia por procurar que las condiciones de trabajo de nuestros policías sean mejoradas.
Para muestra un botón. Ahora en su gobierno se nos llamó “golpistas”. Así se consignó en notas de prensa: “Según Hidalgo, a la oficina de prensa de la institución llegó nueva información sobre el llamado a golpe de Estado hecho, presuntamente, por dos agremiados a la ANEP mediante textos y audios de WhatsApp en un grupo llamado ‘Manifestación MSP’ ”. Posiblemente así se lo hicieron saber a usted, lo cual quedó categóricamente desmentido con la manifestación pacífica del pasado 24 de febrero.
Costa Rica, a pesar de las cortinas de humo, a pesar de las amenazas, fue testigo de una manifestación pacífica, culta, ordenada, realizada por policías en tiempo libre, una gran mancha blanca que no afectó a terceras personas y que se fundamentó en causas justas, el derecho a la familia y a la salud.
Lejos de enojarse, nos parece que debería usted reflexionar sobre qué motivo tal manifestación, cómo se consiguió movilizar a casi dos mil personas en su tiempo libre, desde distintas partes del país. ¿Le habrán dicho a usted que no era una manifestación de policías? Le podemos asegurar que desde Peñas Blancas, hasta Paso Canoas, o desde Cartago, hasta Talamanca, todos y todas éramos policías, en algunos casos acompañados de sus esposos o esposas.
Tenemos un ideal: es lograr la dignificación, la profesionalización y la depuración del Ministerio de Seguridad Pública. La dignificación pasa por el respeto que se les debe brindar a las personas que desempeñan la función policial y los abusos de poder que tienen por práctica algunos jerarcas, deben ser erradicados por completo.
La profesionalización pasa por tratar a las personas policías como tales y por permitir que todos y todas tengan las mismas oportunidades de desarrollo y crecimiento.
La depuración pasa por erradicar los amiguismos, los compadrazgos, los ascensos en “ascensor”, la violación y/o la omisión de la Ley 7.410 Ley General de Policía y sus reglamentos.
¡No se enoje, señor Presidente! Que podemos demostrar que en su gobierno, al menos en lo que nos compete, ¡sí hay corrupción! Un funcionario con noveno año de colegio percibe 55% de dedicación exclusiva, se lo informamos a su Ministro de la Presidencia. Un funcionario fue procesado por el Servicio Civil y luego de dilucidada y terminada toda la etapa procesal, su ministro decide solicitar desistimiento del despido ordenado sin responsabilidad patronal. Funcionarios en puestos de confianza con condena por peculado y/o investigados por faltas a los deberes en la función pública, permanecen en sus puestos.
¡No le han dicho toda la verdad, señor Presidente! Pero lo entendemos. Usted es politólogo e historiador, no tiene por qué conocer de seguridad. Posiblemente deba creer en la información que le den sus jerarcas en esa materia. Muy probamente le hayan dicho que todo está en regla, que nuestras denuncias son infundadas. Pero le puedo asegurar que nuestras denuncias tienen una razón de ser, están fundamentadas, sustentadas y respaldadas por el criterio de especialistas del Derecho Penal y Administrativo.
Es una lástima que no haya mostrado el menor interés por conocer de qué venimos hablando. Sabemos que usted tiene demasiadas ocupaciones a diario. Nosotros también creímos en su discurso de transparencia. Para finalizar, le reconocemos que se están construyendo e inaugurando delegaciones policiales. Resaltamos este esfuerzo institucional direccionado por su gobierno. Esa ha sido una de nuestras luchas y es claro que no mentíamos.
Se nos tildó de “mentirosos”, se nos acusó de “golpistas”, pero ha valido la pena. ¡Estamos ayudando a que las cosas sucedan!