Obama, crisis y sindicalismo

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

__________________________________________________________

Como sabemos ya, el neoliberalismo de libre mercado y su corriente más extremista y fundamentalista, la del capitalismo financiero (la misma que en Costa Rica nos impuso el TLC con Estados Unidos); ha desatado una verdadera debacle en el mismo centro generador de la globalización anticristiana y antihumana; la globalización de la muerte, la que muestra hoy, con toda claridad, la perversidad que le es intrínseca, si la juzgamos por la agresión brutal a la ecología, los catastróficos desastres naturales ligados al cambio climático generados por el consumo irrefrenable; y, por los miles de millones de seres humanos sometidos a la más humillante pobreza y exclusión social.

Pues bien, el equipo de crisis que ha formado el Presidente Obama incluye a expertos provenientes de las principales corrientes de pensamiento político estadounidense, la conservadora y la liberal; y, aunque las mismas están dentro del sistema de la ideología dominante en aquel gran país, si es de resaltar que tal equipo incluye a académicos de renombre, empresarios poderosos… y sindicalistas connotados del pensamiento del mundo obrero de aquel país.

Dentro de este grupo asesor del Presidente Obama, destaca la inclusión de dos empresarios privados procedentes de gigantescas multinacionales reconocidas: Jim Owens, de Caterpillar; y, Jeffrey R. Immelt, de General Electric. Por otro lado, los expertos sindicalistas Richard Trumka y Anna Burger.

Aunque pudiera parecer que este suceso no tuviera mayor trascendencia, sí quisimos compartirlo con quienes nos hacen el honor de leer esta columna, desde la perspectiva de que la democracia sin sindicatos es inconcebible como sistema político de convivencia civilizada.

Pese a que la clase trabajadora no es la culpable de haber desatado la espantosa crisis que la está llevando a la miseria en países como los Estados Unidos, la decisión del Presidente Obama, de incluir a sindicalistas en su más íntimo equipo asesor para enfrentar la grave situación que sufre su país, debe entenderse como una lección de democracia.

Tanto más para un país como el nuestro, de tan virulento antisindicalismo por parte de los sectores que controlan la esencia del poder político y económico. Por eso es que siempre hemos afirmado que la democracia costarricense es de doble moral, pues es incapaz de evitar que en una empresa privada, una sencilla obrera de fábrica o un humilde trabajador, pierda su empleo por intentar organizar un sindicato.

El desafío de enfrentar en un país pequeño como el nuestro, las consecuencias de esa crisis, pareciera no ser comprendido en toda su dimensión por la clase política gobernante. La soberbia del poder político hegemónico es de tal calibre, que no acepta la más mínima sugerencia ni la más sencilla propuesta.

Todo lo contrario. Es tan inmoral su comportamiento excluyente que, aprovechando la circunstancia de la crisis, pretende derogar para siempre, la esencia fundamental del Código de Trabajo: la jornada de ocho horas, revirtiendo además una serie de conquistas laborales que el mismo comprende y que ya son consustanciales a nuestra idiosincrasia democrática. Por eso es que el ejemplo de la decisión adoptada por el Presidente Obama merece resaltarse de cara a los falsos demócratas que hoy tienen la iniciativa política en nuestro país.

Dejar una respuesta