Debemos confesar que en esto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) nos falta mucho por aprender. Lo primero que tenemos en mente es una muletilla que hay por ahí, no sabemos si con dejo despectivo o en tono positivo, de que la OCDE es “el club de los países ricos”.
Lo segundo es que en los últimos tiempos nuestra clase económica dominante, la que está matriculada con la ideología neoliberal, así como su gerenciamiento político-partidista de los últimos tiempos (PLN, PUSC y PAC), está tratando de que Costa Rica ingrese al “club de los países ricos”.
“¡Ajá… uhmmm!”, puede ser la expresión popular más acertadamente pronunciable en tales circunstancias, cargada de desconfianza, por supuesto, habida cuenta de tanta estafa electoral en los últimos tiempos.
A la fecha y después de tanto tiempo de la campaña del capital político-mediático hegemónico para que Costa Rica sea insertada en la OCDE, nadie nos ha podido decir la cuantía anual, el monto con cargo al presupuesto nacional que implicaría el pago de la membrecía del país en la OCDE.
¡Pues claro! Estar en “el club de los países ricos” es algo tan selecto que no va a ser gratis. Tenemos entendido que hay que pagar un porcentaje con respecto del PIB. Esta cuota de afiliación a la OCDE sigue siendo un misterio, un tabú. ANEP tiene en trámite, al respecto, una consulta ante el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) que todavía no ha sido respondida.
Como parte de esa campaña que nos quiere meter a la OCDE por los cuatro costados se nos dice que, a nivel de la América Latina, ya México y Chile están en esta organización. Es decir, estos dos países son parte de “el club de los países ricos”. ¡Ay carajo! ¡Qué gran “honor” nos espera al convertirse Costa Rica en el tercer país latinoamericano que tiene tal “privilegio”!
Pero vamos a ser el aguafiestas en todo esto. Resulta que el Banco Mundial en su informe “Taking on inequality”, correspondiente al año 2016, ha dado a conocer la lista, el “top ten”, de los 10 países más desiguales del planeta. Y, ¿adivinen qué?
¡México y Chile están en esa lista! ¿Alguien me puede explicar esto? Si la OCDE es “el club de los países ricos”, ¿qué hacen estos dos países en esta lista? México está en el sótano, en el lugar 10, con un Coeficiente de Gini (el indicador internacional que, por excelencia, mide la desigualdad), de 0,49. Chile, en el lugar 7, con un 0,50.
Costa Rica que está en esa lista, ocupa el noveno, también con 0,49. Y escuchen este otro dato: Colombia también está en esa lista, en el lugar 4, con 0,53 de Coeficiente de Gini. ¡Y Colombia, como Costa Rica, quiere estar en la OCDE!
¿Entonces para estar en la OCDE, en “el club de los países ricos”, tenemos que ser una sociedad marcada por la desigualdad, por la desigualdad creciente? Este pareciera ser el requisito fundamental no explícito para estar en ese organismo de “cooperación para el desarrollo económico”.
Por estos días, en una burda pero grotesca operación de propaganda, los políticos dominantes de la hegemonía económica del capital neoliberal se trajeron a un personaje de la OCDE, don Álvaro Santos Pereira, ciudadano portugués, exministro de Economía en su país y actual jefe de su división económica, para que nos proyectara la película de terror más espectacular de los últimos tiempos: “OCDE advierte de ‘terribles’ efectos por crisis fiscal”.
Así fue titulado por el latifundio mediático que gira las órdenes macropolíticas para su acatamiento en el gobierno neoliberal Piza-Alvarado, en el seno del parlamento y hasta en el mismísimo Poder Judicial.
El citado jerarca de la economía internacional tipo OCDE nos predijo “las siete plagas de Egipto a la vuelta de la esquina”, nos vaticinó la llegada de “los cuatro jinetes del Apocalipsis” al país si el combo fiscal-paquetazo de impuestos no se aprueba, ¡y si no se aprueba ya!
En una reedición actualizada de la experiencia nacional con el tristemente célebre Memorándum del Miedo (por cierto que recientemente se sacó del sarcófago político a uno de sus coautores, Kevin Casas Zamora, ahora notable colaborador del gobierno neoliberal Piza-Alvarado), el portugués de la OCDE nos dio una nueva tétrica escena de la operación de propaganda en desarrollo en contra del pueblo trabajador, cargada de terrorismo ideológico y de agresión ideológica para que se acepte, sin chistar, el combo fiscal.
Para el anecdotario de las paradojas en esto del déficit fiscal, en visita anterior a nuestro país que hiciera el señor Pereira, en entrevista de prensa había indicado lo siguiente, cuando se le preguntó cómo hicieron en Portugal, siendo él ministro de Economía, para enfrentar un desafío fiscal como el que se dice que tenemos en Costa Rica en estos momentos:
“Con mucho diálogo, mucho trabajo fuera de las luces de la prensa, de la política, muchas, muchas horas de trabajo, pero también haciendo un paquete de medidas en que todos ganaban y todos perdían, pero todos tienen su victoria, entonces los sindicatos tuvieron victorias, los empresarios tuvieron victorias y el gobierno ha servido un poco de intermediario.
Las lecciones que quiero decir aquí para Costa Rica es que cuando se piensa que es imposible tener un pacto, cuando hay ánimos políticos, cuando hay mucha diversidad, o elecciones, como aquí en Costa Rica, si toda la gente entiende que todos tienen algo que ganar al hacer un pacto y avanzar por el bien de la nación, ese pacto es posible”.
Señor Pereira: Esta vez se lo trajeron para que usted nos aterrorizara, no para pedirle cómo implementar su consejo de eso del diálogo. Los únicos que en Costa Rica hemos entendido eso del diálogo que usted dijo la vez pasada que nos visitó somos los sindicatos.
Pese a su esquema ideológico neoliberal en esto del déficit fiscal, señor Pereira, usted nos certifica que los sindicatos del país hemos estado en el camino correcto, pidiendo diálogo un día sí y otro también.
*Secretario general ANEP