Gran golpe político representa para los abanderados parlamentarios que vienen atacando al empleo público desde la actual Asamblea Legislativa, la acción de los exdiputados Rolando Laclé Castro y Danilo Chaverri Soto, de reclamar ante la Sala Cuarta que nos les rebajen el monto actual de las pensiones de lujo que vienen recibiendo de parte del presupuesto central del Estado; rebaja aprobada hace pocas semanas por los diputados actuales, una decisión parlamentaria correcta pero que se tomó en el marco de la histeria ideológico-neoliberal del déficit fiscal y para fortalecer, ideológicamente hablando, la campaña contra los salarios de los empleados públicos por los sobresueldos pluses que los mismos devengan, ocultándose la verdadera esencia del problema fiscal nacional: la regresividad tributaria.
Don Rolando Laclé Castro y don Danilo Chaverri han sido figuras emblemáticas de lo que hemos conocido en los últimos años como PLUSC, Liberación-Unidad, el bipartidismo clásico que adoptó el neoliberalismo como ideología política fundamental de sus acciones gubernativas y parlamentarias; renunciando, respectivamente, a la esencia de las filosofías políticas originarias que alguna vez proclamaron tener: la Socialdemocracia y el Humanismo Cristiano. Los neoliberales fiscalistas se han disparado en el pie.
El señor Laclé Castro, con una pensión de 6 millones 400 mil colones, le reclama a la Sala Cuarta que con esa ley contra las pensiones de lujo, la suya quedaría en 3,4 millones. A su vez, el señor Chaverri Soto, tiene una pensión de 7 millones 700 mil colones y con esa ley le quedaría en unos 4,2 millones de colones. ¿Alguna vez hemos visto semejante desfachatez de parte de los políticos tradicionales de este país?
Si bien ambos señores destacan dentro de las filas del todavía neoliberal partido Unidad Social Cristiana, su acción golpea también al propio Partido Liberación Nacional (PLN), cuya hegemonía interna sigue siendo, también, neoliberal; sino que lo diga su absurda insistencia, mediando la gestión político-ejecutiva al respecto impulsada por la distinguida legisladora doña Sandra Piszk Feinzilber, en un proyecto de empleo público que ataca los salarios medios y bajos estatales, esencialmente y no los “privilegios” que sí existen en algunas partes de algunos segmentos, minoritarios por cierto, de la Administración Pública.
La acción de los mencionados señorones de la Unidad (la neoliberal porque entendemos que hay ahora un sector que pretende recuperar algo de Humanismo Cristiano para “rescatarla” del lodazal neoliberal en que está sumida), pone al rojo vivo la realidad, dramática y cruel, del sistema de jubilaciones de las pensiones del régimen no contributivo a cargo de la Seguridad Social; e incluso, la paupérrima realidad jubilatoria que enfrentan hoy mismo y que enfrentarán mañana, miles de personas trabajadoras asalariadas del sector privado y del propio sector público, con salarios precarizados hoy en día.
Si ciertas prédicas parlamentario-legislativas pretendieron alguna vez que su cruzada contra los salarios de los empleados públicos tenía contenidos ético-morales sólidos, porque son los responsables del déficit fiscal; la acción de los señores de la Unidad (la neoliberal), Laclé Castro y Chaverri Soto se ha encargado de desmentirles y quitarles tales contenidos.
Igualmente, el distinguido ciudadano don Rodoldo Piza Rocafort, precandidato presidencial de la Unidad, queda muy en entredicho como integrante de esa comunidad ideológica en contra del empleo público, pues don Danilo Chaverri Soto está ya integrando su comando de campaña. ¿Le pedirá que se vaya?
Se han quedado sin argumento moral alguno para seguir impulsando ese tipo de proyectos de empleo público.
Y ni qué decir de aquellos diputados turecas promotores de estas campañas-cruzadas fundamentalistas del déficit fiscal, uno de los cuales tiene a su propio padre con una pensión superior a los 6 millones de colones.
La discusión de los privilegios, de los privilegios de todo tipo, debe ser de otro carácter y con otros contenidos y metodologías. Al ideologizarla, la perdieron, porque la verdadera discusión nacional pendiente es la de la desigualdad. Y, paradojas de paradojas, es el mismísimo Fondo Monetario Internacional (FMI), el que está planteando esta perspectiva.
San José, domingo 9 de octubre de 2016.
Albino Vargas Barrantes
Secretario General ANEP
Coordinador Colectivo Sindical PATRIA JUSTA