El clamor cívico y popular es contundente: La concesión de la vía San José-Ramón debe desecharse. Este leonino contrato es parte de esa perniciosa cadena de negocios privados con las necesidades de la infraestructura pública que la propia señora Presidenta de la República, Licda. Laura Chinchilla Miranda, reconoce como el “fracaso en concesiones”.
Según diversas notas de prensa, la mandataria afirmó que “el fracaso en el esquema de concesión de obra pública que implementó el país es una de las causas de la red vial nacional”.
En ese momento, octubre del año 2010, la gobernante hizo tal afirmación ante la cruda realidad de los fuertes aguaceros por esos días que causaron grave daño.
Ella indicó que los programas de ajuste estructural implementados durante los años 80 impidieron a los países latinoamericanos invertir en infraestructura, pues tales erogaciones se consideraban gastos.
También dijo que si bien muchas naciones optaron por esquemas alternativos que resultaron exitosos, como el de la concesión de obra pública, en nuestro país la historia fue diferente según la visión de la Presidenta Chinchilla.
De manera lapidaria la Presidenta Chinchilla dijo: “Aquí la historia es doblemente patética porque no solamente se dejaron de hacer inversiones con fondos públicos, sino además el esquema de concesión no ha sido exitoso”.
En aquel momento, la carretera a Caldera, otra polémica concesión, fue seriamente cuestionada por problemas de diseño y fallas en supervisión. La misma Presidenta Chinchilla ordenó una investigación al respecto.
Así las cosas, si hay algo que le “sobra” a la polémica concesión de la vía San José-San Ramón es precisamente eso: cuestionamientos que conforme van saliendo más aspectos de su proceso, incrementan una nube de intransparencia y de opacidad cada vez más densa.
Por tal razón, el Gobierno debe destituir al Ministro del MOPT, Pedro Castro Fernández; o bien, solicitarle la renuncia pues resulta más que obvio que los intereses que ha venido defendiendo en este asunto, no solamente contrastan con el sentir ciudadano ahora agigantado, sino que estaría contradiciendo el propio pensamiento presidencial, si es que éste decide ser honrado como en el indicado momento fue expresado.
ANEP felicita a todas las personas y organizaciones que en este 11 de abril, de manera pacífica y cívica, dejaron en claro que el rotundo rechazo a esta leonina concesión es un clamor popular potente de frontera a frontera y de costa a costa. Renovamos nuestra disposición colaborativa, sin protagonismos gremialistas, para con los pueblos occidentales que están dando esta histórica pelea.