El Gobierno presentó para su trámite parlamentario el proyecto de Ley de “Presupuesto Ordinario y Extraordinario de la República” para el ejercicio económico 2018. Noten cómo le pusimos comillas al nombre de este proyecto de ley dado que la Asamblea Legislativa solo conoce, anualmente, apenas el 40% de la estructura financiero-presupuestaria de todo el país, dado que el 60% restante solamente se tramita ante la Contraloría General de la República (CGR).
Así, por ejemplo, el presupuesto de una mega-institución como la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no se considera como parte del “Presupuesto Ordinario y Extraordinario de la República”. Ni el del ICE, ni el del INS, ni el de los bancos públicos, ni el de Japdeva, ni el de Recope (entre otras entidades y empresas estatales).
Hecha esta aclaración y centrándonos en la propuesta gubernamental del “Presupuesto Ordinario y Extraordinario de la República” para el ejercicio económico 2018, tenemos lo siguiente:
Primero: De los 9 billones 300 mil millones de colones presupuestados para el año entrante, la tercera parte es servicio de la deuda pública, para pagar préstamos y/o para pagar intereses, ¡3 billones 100 mil millones de colones habrá que dárselos a los acreedores del país, ya sea personas-entidades nacionales o extranjeras! ¡Poco más de 10 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB)! ¡Cómo hace falta una auditoría ciudadana de la deuda que hace tiempo venimos proponiendo!
Segundo: Esos 9 billones 300 mil millones de colones no estarán totalmente disponibles en el 2018, solamente están presupuestados. Este Gobierno (ya saliente) y el entrante tienen que ir a pedir prestado casi la mitad de toda esa plata presupuestada: un 45 %, sea, unos 4 billones 140 mil millones de colones. ¿Adónde iremos a dar?… El endeudamiento público sigue y sigue y sigue… Pero pensándolo mejor, para los primeros cuatro meses del próximo año 2018 y que son los últimos de esta Administración, “sí habría plata”. ¿A qué clase de ajuste fiscal nos veremos sometidos no más entrando el nuevo Gobierno si éste fuese declarado abierta o solapadamente neoliberal?
Tercero: Los servicios públicos que brinda el Estado central seguirán deteriorándose; en algunos casos (si es que ya no está sucediendo), los empleados públicos a cargo de estos llegarán a las oficinas a sentarse únicamente, pues no habrá ni los materiales mínimos, realmente mínimos, para hacer que se trabaja. Es más, en algunas dependencias podrían cortarse los servicios de luz y de agua, pues se anuncian hasta recortes en estas partidas.
Cuarto: A la “criatura chineada” del presupuesto “de la República”, el sector Educación, le llegó su hora. Le rebajan casi un punto y medio de PIB y ya no le asignarán el 8% de este que ordena la Constitución Política de Costa Rica. Por otra parte, los servicios públicos policiales a cargo de la seguridad ciudadana en sus diversos ámbitos (Fuerza Pública, Policías Penitenciaria, de Tránsito, Profesional de Migración y Extranjería, Fiscal, Ecológica (guardaparques), Aeroportuaria, Judicial, Control de Drogas) continuarán su viacrucis presupuestario y la contradicción en que se prestan: cada vez tienen menos plata, por un lado; por el otro, el crimen organizado, la violencia común y delincuencial, así como la violencia en todas sus formas sigue en impetuoso ascenso. Para obras de infraestructura la contradicción también es notoria: menos presupuesto, pero más necesidad (incluso a nivel municipal la crisis fiscal se va a hacer muy notoria en tal sentido).
Quinto: ¿Por qué hemos llegado a este escenario fiscal con estos elementos? A: De cada dos colones que ocupa el Estado central para funcionar se debe ir a pedir prestado uno. B: De cada tres colones presupuestados, uno es para atender los compromisos de la deuda pública. C: Se está llegando (o ya se está sobrepasando), la “capacidad tolerante” en materia de deuda pública: entre 50 y 53 del PIB en el más corto plazo. D) El déficit fiscal (la diferencia entre ingresos vs. Gastos del Gobierno), va del 5% o del 6% del PIB hacia arriba, en los próximos meses… ¿Qué hacer…? ¿Qué hacemos? Ideas y planteamientos sobran. ¡Sobra plata en este país! El problema es cómo se está distribuyendo.