¡Sí! Cae en Domingo. Pero no importa. No debe importarnos. Efectivamente, el próximo PRIMERO DE MAYO cae en domingo. Pero la fiesta obrera mundial por excelencia, el Día Internacional de la Clase Trabajadora, el PRIMERO DE MAYO, debemos celebrarlo con toda solemnidad considerando la magnitud del legado de la lucha histórica, obrera y laboral que nos fue heredado, en defensa de los más sagrados derechos que todavía tenemos y que aún nos quedan como clase trabajadora costarricense (y la migrante); precisamente en esta difícil época sociopolítica y económica que nos ha tocado vivir, una de las más injustas e inciertas de las últimas décadas.
La agenda obrera, laboral y social que tenemos en estos mismos momentos es de enorme impacto tanto para nuestras propias condiciones de vida y la de nuestras familias, como para la generación trabajadora que nos seguirá… Para la que aún está por nacer, incluso.
La verdad es que tenemos una serie de amenazas desde diversos ángulos. La verdad es que la unidad sindical, al menos en la acción y con base en temas puntuales, es el primer desafío en escenarios que lo que están marcando es, en esencia, reversión e involución de derechos.
Pero también, la verdad es que la esperanza de la organización obrera y social, la organización con perspectiva ciudadana de los más diversos sectores trabajadores, representa un mar de oportunidades para atajar y reversar las peligrosas tendencias de congelamiento salarial, de pauperización del salario mínimo, del incremento de la precariedad laboral vía subempleo, informalidad y desempleo; cuya contracara está marcada por un sostenido proceso de concentración de la riqueza, de espantosa evasión fiscal y estratosférico monto por robo de impuestos, de deterioro de una serie de servicios públicos fundamentales que han venido representando el salario social como complemento al que se devenga en efectivo.
Debemos rechazar, con organización efectiva y unitaria, con movilización contundente y pacífica, que nos “cobren” la factura del llevado y traído y déficit fiscal precisamente a los que nula responsabilidad tenemos por ello: los y las integrantes de la clase trabajadora.
La clase trabajadora es “eficiente” en el pago de sus impuestos. No es ella la que se los roba. Quien tiene empleo formal con salario fijo; quien tiene que buscar el sustento diario en el mercado informal; quien apenas devenga el salario mínimo; quien está en el desempleo y/o en el subempleo; las mujeres trabajadoras y las madres solas jefas de hogar, también pagan al momento mismo de la compra en la caja registradora el más injusto de todos los impuestos, el de ventas. Ese que ahora está en 13% pero que quieren subir al 15%, cambiándole el nombre por impuesto al valor agregado (IVA). Las grandes mayorías populares lo pagan puntual y eficientemente. Repetimos, ¡no se lo roban!
Y, para quienes tienen la “fortuna” de un salario medio y alto, la renta salarial es rebajada de planilla, también eficientemente. En especial, la gente trabajadora asalariada del Sector Público, en el cual no se subdeclaran salarios y que ahora son de pleno conocimiento público.
Entonces, ¡que le cobren el déficit fiscal a “los y a las de arriba”!; esos que son, en su abrumadora mayoría, los sectores que roban impuestos, que evaden o eluden lo que deben pagar; esos que se inventan sociedades anónimas para enviar plata al exterior, a los nefastos paraísos fiscales.
Debemos luchar, debemos exigir, debemos demandar, que se detenga este crimen social que es el robo de impuestos. Robo de impuestos que golpea la calidad de los servicios públicos fundamentales los cuales, precisamente, los ocupamos los que pagamos los impuestos que nos competen por ley.
El robo de impuestos hace que se reduzcan, que se congelen, que se recorten y hasta que desaparezcan, recursos públicos necesarios para salud, para educación, para seguridad ciudadana, para cuido infantil y de cuido de la tercera edad, para combatir la drogadicción en la juventud, para atender la niñez y la adolescencia abandonada, para levantar el agro nacional, para bonos y ayudas sociales a familias en pobreza extrema y vulnerables a caer en ella. Etc., etc.
Es más que urgente proclamar este PRIMERO DE MAYO, la defensa de la sagrada Libertad Sindical, integralmente concebida, misma que es un Derecho Humano Fundamental universalmente reconocido; exigiendo plenitud de observancia para quienes ya la tienen; así como demandando que se le otorgue a quienes no tienen acceso a ella, que es la mayoría del pueblo obrero costarricense. Es ésta una de las motivaciones más determinantes en la lucha laboral de hoy en día.
Como podrán apreciar, el PRIMERO DE MAYO es una extraordinaria ocasión para alzar nuestra voz obrera colectiva, nuestro reclamo social por verdadera justicia y equidad, nuestro clamor cívico para que se adopten las leyes necesarias y se detenga tanta desigualdad, especialmente la tributaria-fiscal.
Por supuesto que hay muchas más razones para desfilar este PRIMERO DE MAYO, con nuestra propia familia, con nuestras amistades, con nuestra comunidad.
Además, este PRIMERO DE MAYO es muy especial. Se iniciará el camino legislativo para que se le devuelva a la clase trabajadora el PRIMERO DE MAYO. Para que la clase política haga su ceremonial de Estado en otra fecha que no sea el PRIMERO DE MAYO.
Desfilaremos para que se apruebe la reforma constitucional que hará que en la Asamblea Legislativa se elijan sus autoridades anuales, el directorio, en fecha anterior, como el 30 de abril; tanto como para que los concejos de las municipalidades se instalen, también, el 30 de abril. Una importante cantidad de actuales diputados y diputadas han acogida una iniciativa obrera en tal sentido y este PRIMERO DE MAYO iniciarán el trámite parlamentario correspondiente.
Además, a partir de este PRIMERO DE MAYO, el gobernante de turno ya no presentará-leerá su Mensaje Presidencial en esta sagrada fecha obrera. La Asamblea Legislativa actual ya cambió su reglamento interno y será un día (o dos), después del PRIMERO DE MAYO, cuando el Presidente de la República presentará su anual rendición de cuentas.
Agradecimiento público por esta vía dejamos costando a esas personas diputadas del actual parlamento que han acogido para su trámite estos cambios cualitativos y ya empezamos a notar que es posible un PRIMERO DE MAYO sólo para la clase trabajadora y sus diferentes expresiones organizativas.
Empezaremos a tener este PRIMERO DE MAYO tal y como lo tienen en todos los países que lo conmemoran alrededor del planeta. Un PRIMERO DE MAYO solamente para que la clase trabajadora muestre sus demandas, divulgue sus planteamientos, exprese en alta voz sus reclamos; exhiba sus insignias, mantas y pancartas; para que todos los movimientos sociales, en fin, le indiquen a todo el conjunto de la sociedad sus reivindicaciones puntuales. Conmemoremos como nunca antes, en Costa Rica, este PRIMERO DE MAYO, el Día Internacional de la Clase Trabajadora.