PRIMERO DE MAYO: Sobran razones para manifestarnos

Se acerca el PRIMERO DE MAYO. En este 2011 cae en domingo. La clase trabajadora del planeta, una vez más, hará escuchar su voz frente al poder formal y al poder real, siendo este último, “el de a verdad”.

En Costa Rica sobran razones para manifestarnos. Estamos ya viviendo los “tiempos de TLC’s” y el escenario sociopolítico y económico nos indica de una convivencia como nación en constante tensión, debido a la gravedad de una enorme cantidad de problemas que, juntos todos, nos llevan a uno mayúsculo: el crecimiento de la desigualdad y sus derivaciones: exclusión cada vez mayor de más gente de los beneficios del desarrollo económico vs. aumento de la concentración abusiva de la riqueza con sus ofensivas manifestaciones.

En Costa Rica el poder real, “el de a verdad”, está sin control. Carece de contrapeso. Forma parte de una hegemonía global de carácter planetario que está promoviendo (con pocas excepciones y casi todas en la América Latina), una gran involución, la reversión, la derogatoria, de trascendentales conquistas sociales logradas a lo largo de muchas décadas de lucha política, sindical y social a favor de las clases trabajadoras, de las clases populares, en fin, de “los y las de abajo”.

Por ejemplo, es impresionante lo que estamos presenciando en varios países de la Unión Europea (UE). ¿Quién lo diría? Despidos masivos, rebajas salariales, aumento de la edad para pensionarse, privatizaciones a mansalva, más impuestos indirectos (especialmente el IVA), más reducciones impositivas para los capitales, menos recursos para programas de salud y de educación, etc., etc.

Irlanda, Grecia, Portugal han sido puestos de rodillas ante los organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). El Reino Unido (Gran Bretaña), Italia, España, Francia, promueven fuertes reducciones de la cobertura social de sus legislaciones laborales y de reducción de sus servicios públicos de acceso universal.

Y lo que está pasando en Estados Unidos era impensable hasta hace poco tiempo. El Presidente Obama (“demócrata”) y los republicanos de la derecha política gringa, unen fuerzas para aniquilar sindicatos, eliminar la negociación colectiva, reducir al mínimo los importantes programas sociales de Medicaid y Medicare, destinados a la gente pobre sin posibilidades de acceso a la salud, por ejemplo; pero, por el contrario, fortalecen la tendencia a la reducción y a la eliminación de pago de impuestos de los archimillonarios y de las gigantescas corporaciones transnacionales.

Todo esto es debido a esa gran hegemonía global producto del poderío político sin control alguno del capital financiero de corte neoliberal. Ese mismo que provocó las grandes crisis bancarias recientes cuyos efectos siguen presentes; y ese mismo que, ¡oh paradoja!, cuando se vio en serios aprietos corrió a tocar las puertas de “papá Estado” para ser salvado, con inyecciones archimillonarias, en cantidades inimaginables, de dólares y de euros que, dolorosamente, le serán cobrados a los pueblos trabajadores de, prácticamente, todo el orbe.

En Costa Rica, la versión local de los representantes de esa hegemonía global dominante nos está llevando al precipicio de la confrontación social abierta. Veamos algunos datos. Ya casi llegamos al 50 % de los hogares de familias trabajadoras asalariadas a las cuales no les alcanza la plata para terminar la quincena o el fin de mes. Pasamos ya el 40 % de la Población Económicamente Activa (PEA), con empleo informal y que debe “jugársela” por cuenta propia.

A una de cada tres personas trabajadoras asalariadas en el sector Privado no se les paga el salario mínimo de ley, ya de por sí bajo y no se ve voluntad política por ningún lado para establecer una nueva fórmula de cálculo que los aumente.

La evasión, el robo de impuestos, al año, es de, más o menos, 500 mil millones de colones, cifra muy parecida a lo que se pretende recaudar con el nuevo paquete de impuestos que este Gobierno nos quiere imponer. 800.000 furgones entran y salen del país sin la menor fiscalización tributaria de qué llevan dentro, dada la “fiesta aduanera” de ausencia de control total, pese al grito reiterado de los sindicatos de Hacienda por parar semejante relajo.

Una abrumadora mayoría de la clase trabajadora asalariada, incluyendo importantes segmentos medios de la misma, está con altísimos niveles de endeudamiento pues ha sido el mecanismo más utilizado para evitar caer en la pobreza. Se avecinan las fijaciones salariales de los sectores Público y Privado y serán raquíticas, indignantes, humillantes

Un abandono casi total del apoyo de la política pública hacia el pequeño emprendedurismo empresarial, pese a que hay “guardados” casi 200 mil millones de colones por concepto de banca de desarrollo.

Se atropellan los derechos constitucionales y los Derechos Humanos en materia de Libertad Sindical en grandes segmentos del sector Privado, impidiéndosele a la gente trabajadora organizarse para defenderse.

Los taxistas formales (los rojos”), los traileros costarricenses, los microbuseteros nacionales, están amenazados de extinción dando otra señal más del pernicioso camino de la exclusión social. Y “pa’ que no nos falte”, la Caja bajo ataque… ¿Seguimos?

Como vemos, sobran razones para salir a la calle este PRIMERO DE MAYO. Sí, es domingo. No importa. Somos el más numeroso segmento de la sociedad, somos la “gente de abajo”, la mayoría… el pueblo trabajador en sus diferentes formas. Estamos en plena capacidad de hacer visible, potente, poderosa, nuestra propia hegemonía; a la costarricense, inspirada en el bien común, en la reducción de las desigualdades, en medio de nuestra rica diversidad que es nuestra propia fuerza. ¡A la calle, este PRIMERO DE MAYO!

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