Como era lógico suponer, el 1.33 % de reajuste por costo de vida a los salarios mínimos propuesto por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP), para aplicarse a partir del próximo 1 de julio; refuerza la tesis de este gremio corporativo de que la política salarial debe seguir por el mismo sendero pernicioso de los últimos años: a) reforzar la concentración de la riqueza, b) impedir la ampliación del poder de compra del salario, c) aumentar el crecimiento de la desigualdad y d) impedir una mejor distribución de los beneficios del crecimiento económico.
El Gobierno del Presidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, ha quedado en una encrucijada, considerando que es ésta la primera fijación de las 8 que deben darse en su administración, en el ámbito de los salarios mínimos de aplicación en el sector privado de la economía. ¡Llegó el momento de su “prueba de fuego”! Tres alternativas tiene a su disposición:
1) Darle su aprobación a la injusta y egoísta propuesta empresarial, mandando así una clarísima señal de cuál será la naturaleza esencial de su gestión gubernativa, lo que evidenciaría que el tal “cambio” fue únicamente una exitosa estrategia de propaganda electoral.
2) Darle su aprobación a la propuesta sindical, por ejemplo, la del 4.12 % que la ANEP y otras entidades sindicales sensatas estamos respaldando, enviando así una poderosa señal de que en su gestión la política salarial es componente esencial para reducir la desigualdad y potenciar la capacidad adquisitiva del salario para incrementar el papel del mercado interno en la reactivación de la economía. Además, mostraría el nuevo gobernante que comprende bien que quien le llevó a la Presidencia fue, en esencia, el voto obrero, pues abrumadoramente los grandes segmentos laborales de la clase trabajadora asalariada, de los sectores privado y público, le hicieron ganar la segunda ronda electoral.
3) La tercera alternativa es mostrar una enorme capacidad de gestión de consenso para que haya un acuerdo tripartito en el seno del Consejo Nacional de Salarios (CNS) y que haya un acuerdo empresarios-sindicatos con el voto gubernativo, por una propuesta mucho más decente y justa que el repugnante 1.33 % propuesto por la UCCAEP.
Desde un principio indicamos que esta fijación salarial, por ser la primera de la Administración Solís Rivera, representa una “prueba de fuego”. ¡Acertamos! En próximas horas constataremos la realidad del comportamiento gubernamental en un tema de tanta sensibilidad para la clase trabajadora asalariada del sector Privado.