¿Qué hay detrás del ataque a los empleados públicos?

Continúa en desarrollo una de las más fuertes y sistemáticas campañas de ataque a las personas trabajadoras asalariadas del sector Público, a sus derechos, al empleo y al sector Público, en general.

La campaña, bien orquestada y desarrollada sistemáticamente desde hace ya varios meses, tiene varias fuentes de procedencia, coordinadas entre sí y con un discurso único ante la opinión pública para manipularla; discurso que en esencia plantea lo siguiente:

El principal mal del país es el sector Público, su personal y los salarios de éste, especialmente los “pluses” salariales producto de las convenciones colectivas; los empleados públicos son vagos, haraganes, corruptos y llenos de privilegios y, para peores, ganan el doble de lo que devengan sus homólogos del sector Privado. Es éste el que verdaderamente produce la riqueza, mientras que el otro, el sector Público, es el que se roba esa riqueza producida. Además, es el Estado el origen de toda la corrupción.

La campaña es liderada por el periódico La Nación, como la voz oficial de la hegemonía del capital neoliberal (y su derecha política “multipartidista”), que sigue siendo un gran poder real por encima de la institucionalidad republicana formal.

Esta campaña se expresa, también, desde la propia Asamblea Legislativa, especialmente por medio de la fracción parlamentaria del otrora socialdemócrata Partido Liberación Nacional (PLN), con el apoyo y soporte de varias vocerías diputadiles de otros partidos, incluso del que está en el Gobierno.

A la campaña se suman algunos otros medios de prensa que “le chupan rueda” al principal latifundio mediático del país que es que les da la agenda “informativa”. Luego aparecen “opinólogos”, amanuenses, articulistas y similares, principalmente en prensa escrita.

También forma parte de la campaña el más estridente gremio corporativo del empresariado neoliberal que se asume a sí mismo como la voz “única” del sector.

En este marco y tratando de ver qué es lo que hay en el fondo de esta campaña en contra de un millón y medio de personas (las familias asalariadas del sector Público), ejecutada por personas y por sectores de bajo número pero de gran fuerza económico-financiera; nos encontramos con elementos como los siguientes (aunque el orden en que se citan no guarda relación alguna con jerarquía de importancia; ni tampoco son todos):

1) Los principales activos del sector Público siguen sin privatizarse y hay poderosos sindicatos en ellos que lo siguen impidiendo. Hay que destruirlos y/o reducirlos a su mínima expresión. “Todo mercado. Nada Estado” es la consigna ideológica de esta campaña (tanto como lo ha sido en los últimos 25 años).

2) Hay que hacer que la gente del pueblo desarrolle ya no sólo rechazo sino odio contra los sindicatos.

3) Castrar cualquier germen de arraigo sindical en el sector Privado a partir de la satanización plena de los del Estado, especialmente de aquellos que son titulares de convenciones colectivas de trabajo.

4) Se necesita que quienes laboran para el sector Privado vean a quienes trabajan en el sector Público con envidia y, por ende, los condenen sin misericordia como parias y depredadores de la sociedad.

5) Homologar hacia abajo los salarios estatales para que queden en el mismo nivel de los privados, en la estructura ocupacional mediana y baja de estos empleos. (Pero no incluye los salarios de la alta cúpula político-tecnocrática del Estado que gana similarmente a la alta gerencia corporativa privada).

6) Ocultar al máximo para que nunca aflore la verdadera razón del déficit fiscal: a) sistema tributario regresivo; b) altísimo robo de impuestos; c) Negocio financiero de unos cuantos con la compra de bonos del Estado; d) la naturaleza del endeudamiento del país: quiénes son nuestros acreedores internos y externos, cuánto debe Costa Rica y cuánto se paga de intereses por año.

7) Impedir nuevas leyes tributarias ya no solamente para fortalecer a la administración contra el robo de impuestos; sino para que no se establezcan impuestos por el lado del capital, como la renta global.

8) Que el común de la gente piense que todos los empleados públicos tienen regímenes de pensiones de privilegio y así se les va a odiar más; ocultando que la abrumadora mayoría de ellos, al igual que todos los del sector Privado, cotizan para el mismo sistema: Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Considerando el ámbito central de nuestro desarrollo cotidiano en la lucha social, afirmamos que es clarísimo apelar a la más grande unidad en la acción y a la más eficiente y solidaria coordinación organizacional para impulsar movilizaciones de calle de impacto fuerte, a fin de frenar esta campaña de “limpieza laboral” (extrapolando esta frase para efectos ilustrativos, a las perversas persecuciones tipo “limpieza étnica”); enfrentando abiertamente a sus propulsores; mismos que actúan con mucho fundamentalismo, alta intolerancia, perturbadora manipulación mediática y ejecución política sumaria. ¡Empecemos este PRIMERO DE MAYO!

0 comentarios en «¿Qué hay detrás del ataque a los empleados públicos?»

  • Allan Rivera Benavides dice:

    No señor. Don Albino, usted está completamente equivocado, los presupuestos de este país se están fugando en pluses y salarios, miles de costarricenses no nos tragamos ese cuento suyo. YO NO SOY DE LA NACION, NI EMPRESARIO, NI POLITICO, no he conversado con ningún grupo de estos, soy un costarricense pensante que ve como el sistema que usted defiende está llevando a la bancarrota al país y beneficiando a un grupo, a costillas de otro.

  • Carlos Chinchilla dice:

    Por qué será que le cuesta tanto entender que efectivamente tienen privilegios únicos y desproporcionados en el sector público? Cómo un conserje o un guarda va a ganar dos millones de colones solo porque tiene x cantidad de años laborando en una Institución? De dónde sale ese dinero sino es de los impuestos que pagamos todos? Cómo vamos a seguir manteniendo esos privilegios, y muchos más que hasta dan cólera?
    No es que se odie al empleado público, sino al que es vividor que se esconde bajo su fuero sindical y al saber que son intocables bloquean la búsqueda de la más apta manera de que el gasto público de salarios sea nivelado.

  • Don Albino en los primeros párrafos habla ud con la verdad, no es una apreciación personal, es la realidad.
    Yo no soy seguidor del medio periodístico al que hace alusión,de hecho lo considero, tanto o un poco menos corrupto que mucho funcionario público.
    Y aunque así parece ser contra la persona del funcionario público no tengo nada en contra, este, para satisfacer sus necesidades cae en el torbellino de la corrupción del gobierno. Don Albino le insisto, no es una campaña orquestada, ni una cuestión de apreciación, es la realidad, y ya el pueblo no quiere más de eso.
    Este es un país pobre con un déficit fiscal producto de gasto público que causa inflación, e incrementa la pobreza. Aquí no hay plata para privilegios.

  • Aquí me parece que se quiere defender lo indefendible y lo que todo el mundo ya sabe: «la mayor parte de los impuestos recaudados se van en: pago de salarios, pluses, beneficios, etc , me parece que lo que dijo Otto Guevara tiene sentido, la gente que esta actualmente en el gobierno se queda como esta, las nuevas contrataciones se tienen que revisar y yo le agregaría: todos los pluses y beneficios deben de tener un tope, porque como es posible que unos pocos prosperen mientras que la mayoría nos estancamos o peor vamos para atrás, como el cangrejo.

  • Me parece que si bien en algún momento los sindicatos tuvieron un valor importante, en este momento solo defienden los intereses de pequeños grupos de trabajadores. Es muy obvio que existen muchas más instituciones públicas de las necesarias (CNP, Racsa, INVU, etc.) y todos conocemos personas que trabajan en el sector público que efectivamente aceptan que hay muchísimo personal que hace muy poco. Es injusto como sociedad quitarle dinero de los que producen para mantener una elite que no produce. El estado se debe reorganizar, eliminar instituciones y empleados que sobran, y más bien fortalecer algunas instituciones que necesitan más recursos o personal.

  • Erick Castro dice:

    Los sindicatos se han convertido en una mafia enemiga y desangradora de la verdadera clase trabajadora de este paisl.

    Usted, Albino Vargas, es un mafioso y así la mayoría de costarricenses lo vemos.

    Ya ustedes, las mafias sindicales, no engañan a nadie.

    Y algo muy peligroso : Cada vez somos más los costarricenses que los repudiamos.

  • Alberto Murillo dice:

    Los sindicatos mismos se han encargado de echarse al pueblo encima con su prepotencia, intransigencia y corrupción…
    Los sindicatos dejaron de luchar por el pueblo tico para dedicarse a defender solamente sus privilegios abusivos…
    Ya se han dado casos de acoso laboral por parte de sindicalistas y «jefes» chavistas…

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