Fronteras y aeropuertos cerrados, con un rótulo de “sólo se atiende en horarios de oficina”. Es una idea que parece absurda, pero que ahora se podría convertir en realidad. La búsqueda justa de controlar el gasto público ha equivocado su camino e intenta recortar el presupuesto nacional del Gobierno Central para el año 2015 en remuneraciones clave como anualidades, cesantía y pago de horas extra.
La realidad del trabajo en muchas instituciones exige tener un amplio presupuesto para el pago de horas extra, como sucede en Migración y Extranjería, donde, como nos cuenta Cristina Fernández, Directiva Nacional de ANEP, “muchísimas personas, incluida yo misma, salimos todos los días a las 7 de la noche para poder atender a las personas con cita nocturna… A mi que no me digan que no podemos atender a toda esa gente porque nos van a quitar las horas extra”. Más de 85 personas diarias son atendidas en horario nocturno para el trámite de sus cédulas de residencia. Quitar ese servicio sería equivalente a dejar de atender a más de 20 mil personas al año.
Y eso es sólo un ejemplo de la falla estructural que sería para Migración perder su presupuesto de horas extra. La atención de fronteras en horarios nocturnos, el trabajo en días feriados y festividades tanto en puestos fronterizos como en aeropuertos, la atención 24 horas que exige el tema de trata de personas, así como la atención a personas refugiadas.
La seguridad de nuestro país y de las personas que viven o transitan por él está en juego. No se pueden recortar horas extra en Migración y Extranjería.