Debemos reconocer que es positiva la iniciativa del presente Gobierno para que se emita una ley que le ponga tope a la usura descarada que representan los intereses que se cobran por las tarjetas de crédito. Igualmente, para que en materia de préstamos haya cierta regulación en cuanto a las tasas que se cobran por los mismos.
Particularmente, la clase trabajadora asalariada de los sectores medios y bajos, así como buena parte del micro y medianoempresariado, se encuentra en una situación de alto endeudamiento, producto de un sistema económico que ha venido privilegiando la concentración en contra de la distribución.
La circunstancia de que, por ejemplo, en tarjetas de crédito el endeudamiento popular y social alcance más de 3 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), es más que elocuente dato de un proceso de empobrecimiento generalizado en las bases de la ciudadanía, vs. la fiesta abusiva de concentración de riqueza que viven los sectores ganadores del modelo económico neoliberal que intenta consolidarse, definitivamente en nuestra sociedad: hablamos, por ejemplo, del sector financiero-bancario.
A propósito de la gravedad del endeudamiento de las personas trabajadoras asalariadas, ANEP recuerda que en el año 2009, junto a otros grupos civiles organizados y como parte del proceso de propuesta social, lanzamos las “10 medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva”. Propusimos como sexta medida el “Plan solidario para rescatar a personas altamente endeudadas”, buscando la creación de “un sistema para la restauración financiera de personas físicas y una serie de empresas de economía social cuyo principio fundamental sea convertirse en el apoyo financiero de las personas para restaurar su condición económica. Como resultado se habrá garantizado la reestructuración de sus deudas, la recuperación de su autoestima, la capacitación en torno al consumo responsable y la gestión presupuestaria familiar”.
Bien haría la Asamblea Legislativa en darle gran atención a este tipo de iniciativas, aprobando lo pertinente para beneficio de las grandes mayorías angustiadas por una situación económica estrujante; que, entre otros factores más que clarísimos, indica que a nivel de consumo, el indicador actual es el más negativo de toda la presente administración Chinchilla Miranda.