Las intenciones del Lic. Pablo Bertozzi Calvo, el “Comisionado Bertozzi” (como gusta que le llamen), de despedir policías penitenciarios, que él habría planteado en la sesión del Consejo de Personal de la Policía Penitenciaria este jueves anterior, día 10 de julio; hicieron insostenibles por más tiempo, llegando ya a “un punto de no retorno”, las contradicciones en el seno de la Dirección Nacional de la Policía Penitenciaria, pues el Subdirector de ésta, don Danilo Mesén Salas, funcionario formado en el seno del Sistema Penitenciario Nacional, donde ya ajusta más de 35 años de experiencia en el manejo de la seguridad carcelaria del país, no habría avalado procedimientos autoritariamente abusivos, de sesgo prepotente, ajenos a toda forma humanista; tal y como se aprecia ya en el estilo confrontativo de gestión que realiza el alto jerarca policial Bertozzi, cuya llegada se percibe como una “intrusión policial distorsionante” para la dinámica convivencial cotidiana en el manejo de los procesos intramuros carcelarios de las personas privadas de libertad, según diversos profesionales de las Ciencias Sociales que trabajan en la institución.
La salida de Mesén, dada a conocer por la ANEP pocos minutos después de que se produjera, luego de las 4 de la tarde de este jueves 10 de julio de 2014, confirma lo que es de sobra sabido entre quienes saben de materia penitenciaria:
“La función penitenciaria es una función civil, no militar ni policial. La naturaleza y objetivos de la función militar como la función policial, no son los de la función penitenciaria. Cada una de estas tres profesiones requiere una específica selección, formación y capacitación de funcionarios. Excelentes militares o excelentes policías no son excelentes funcionarios penitenciarios”.
Este criterio no es de la ANEP. Este criterio fue emitido por una de las personalidades más respetadas, tanto a nivel latinoamericano como a nivel mundial, por la profundidad de su conocimiento en materia penitenciaria y criminológica, gran especialista en este campo: el Dr. Elías Carranza, actual Director del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, conocido por sus siglas ILANUD.
Accesando al sitio web del ILANUD, nos encontramos el documento “Las cárceles en América Latina y el Caribe: ¿Qué hacer?, ¿Qué no hay que hacer?”; una ponencia del Dr. Elías Carranza que presentó en Tokio, Japón, el pasado mes de junio, ante el United Nations Asia and Far East Institute por the Prevention of Crime and the Treatment of Offenders (UNAFEI), entidad que es el equivalente del ILANUD para el sureste asiático.
La aguda sordera que ya manifiesta la máxima cúpula político-ministerial de la cartera de Justicia y Paz ante esta realidad objetiva de lo que significa la naturaleza del trabajo al interior del Sistema Penitenciario Nacional de Costa Rica, obliga a la ANEP a intensificar sus esfuerzos, en los más diversos órdenes, para que sea la calle la que hable a través de un gran número de policías penitenciarios y de funcionarios no penitenciarios (profesionales, técnicos y administrativos), en próxima manifestación.
ANEP, que no es un sindicato patronal y que tampoco promovemos ni defendemos a persona alguna del actual cuerpo policial penitenciario como para que sustituya al Sr. Bertozzi (ni siquiera al señor Mesén), ha venido detectando el creciente malestar laboral por la “intrusión policial distorsionante” en la dinámica penitenciaria representada por este señor; en contraposición de lo que dictan los profundos estudios de entidades universalmente reconocidas en la materia, como el ILANUD que, ¡oh gran paradoja!, tiene su sede en nuestro país y a una distancia muy corta del despacho de la señora Ministra de Justicia y Paz.
Se escuchan fuertes rumores de que la “intrusión policial distorsionante” del Sr. Bertozzi podría ser de tal nivel que se le designaría como Director General de Adaptación Social, dejándosele en recargo la Dirección Nacional de la Policía Penitenciaria; concentración de poder que ha de profundizar su carácter verticalista, alimentando más cualitativamente el escenario de confrontación interna. ANEP no eludirá su responsabilidad en tal sentido pese a que ya el Sr. Bertozzi cuenta con algunas amistades sindicalistas de corte propatronal y oportunista que ya han salido a defenderle.
ANEP defiende principios y en tal sentido, como organización sindical histórica en el Sistema Penitenciario Nacional sabemos lo que su personal resiente con esta “intrusión policial distorsionante”, la primera que registra la historia institucional desde la reforma penitenciaria de los años 70.