…haciendo énfasis en que debemos poner un frenazo en el camino de la peligrosa senda de exclusión social a que nos están llevando los grupos y personas detentadoras del poder real en Costa Rica; esa clase dominante que sigue lanzando imprudentes provocaciones en contra de la estabilidad misma de institucionalidad democrática.
Se sigue jugando con la buena voluntad de un pueblo trabajador generoso y que con franciscana paciencia sufre en carne propia el propio drama de su existencia cotidiana, de su dura lucha por el diario vivir; en medio de una situación social que hace avanzar, por todos lados, la corrupción social y la concentración de la riqueza.
Las escandalosas revelaciones acerca de la magnitud de la evasión de impuestos en Costa Rica, nos hacen reforzar nuestro clamor de que la señora Presidenta de la República escuche a la Gente que grita no querer más impuestos.
Porque más impuestos es para que los sigan pagando los que siempre pagan y nunca evaden: la clase trabajadora, tanto la que tiene empleo formal con salario fijo, como aquella que en la actividad del mercado informal, el “_cuentapropismo_”; pero para que se los sigan robando los que siempre se los roban, “_los de arriba_”; aquellos que por sus vínculos con el poder, directos y/o indirectos, obtienen contratos millonarios, jugosas consultorías, concesiones abusivas, compras monopólicas a través de licitaciones amañadas y previamente negociadas, falsos gastos en las campañas electorales, etc., etc.
A la vez, empresas grandes y pequeñas, de “_respetable imagen_”, registran cuantiosísimos ingresos pero reportan “_pérdidas_” para no pagar renta, para pagarlas en poca cantidad; o bien, jugosísimos negocios financiero-bancarios que han acumulado inimaginables niveles de riqueza, en forma abusiva y ofensiva.
Insisten la señora Presidenta de la República y su Gobierno en imponer un paquete fiscal, que a no dudarlo, hará que ese robo de impuestos se incremente y se profundice; agravando la situación económica de quienes siempre seguirán pagando porque no pueden evadir: los trabajadores y las trabajadoras.
Si fuese cierto el discurso de la señora Presidenta Chinchilla Miranda de que su proyecto tributario es “_solidario_”, lo más conveniente es, por ejemplo quitarle al mismo el pernicioso impuesto al valor agregado, que nos hará pagar el impuestos sobre las ventas que ya conocemos varias veces, en diversos tramos del proceso productivo de un bien, incrementando su costo final y elevando ese impuesto del 13 al 14 %. Lo más conveniente sería concertar con representativos sectores sociales, sindicales y empresariales responsables, con el respaldo de la academia y de la intelectualidad cívica y patriótica, un gran acuerdo sobre todas aquellas transformaciones que requiere el injusto sistema tributario costarricense para detener, atenuar y eliminar el gigantesco robo de impuestos. Las investigaciones y los estudios sobran al respecto; como sobran las propuestas, algunas muy creativas (como la pensión-consumo), para enfrentar ese robo.
Pero no. Lo más fácil es lo de siempre. Que el pueblo trabajador siga siendo el “_paganini_” para que se puedan seguir repartiendo con cuchara grande, entre los pocos de “_arriba_”, dineros públicos que bien podrían servir para más políticas sociales de las que tanto estamos necesitados.
En verdad, sobra elementos para indignarse, para organizarse, para movilizarnos, pero en una gran unidad respetando diversidades, sin imposiciones y sin dogmatismos.
¡Cómo no indignarse y cómo no protestar si nos van a sacar de nuestros empobrecidos bolsillo, entre 3 y 5 mil millones de colones con las nuevas tarifas de autobús!, impuestas por el sistema de “_compadre_” hablando y ya sin guardar las apariencias de una “_consulta_” al usuario; sistema tarifario que parece haber surgido de una de esas consultorías de moda, las de los “_procesos_”.
¡Cómo no indignarse si en el banco de los trabajadores se habría gastado una enorme cantidad de millones remodelando la oficina de la presidencia!
¡Cómo no indignarse si un político-banquero se gana 15 millones mensuales, mientras que el repartidor de recibos de agua se juega la vida en barrios marginales por un salario miserable!
¡Cómo no indignarse si a un trabajador en nuestra querida Caja le dan una cita médica para el año 2020; mientras se “_invirtieron_” 18 millones de colones en otra “_consultoría_” para nombrar gerentes en la institución.
Por razones de espacio se nos quedan más ejemplos para motivar, con más fuerza nuestra indignación. Estamos seguros de que usted, que nos hace el gran honor de leernos, tiene también los propios. ¿Entonces, qué esperamos?
Con toda transparencia (porque nuestro interés no va más allá de nuestro compromiso de servicio con el pueblo trabajador y porque no respondemos a ninguna ideología político-partidista y mucho menos de corte electoral); le hacemos un vehemente llamado para salgamos a la calle este Primero de Mayo. Que la indignación, que ya sabemos que es grande entre nosotros y nosotras, la Gente, así en mayúscula, “los y las de abajo”, mueva los cimientos sobre los cuales la gente poderosa cree que está muy segura haciendo de las suyas sintiéndose muy segura de nuestra “_pasividad_”.