Se nos informó en días recientes, en varios medios de comunicación, que las diputadas y los diputados rechazaron atender al ministro de Comunicación, exigiendo algo de lo cual carecen la mayoría de los “padres y las madres de la Patria”: respeto. Sería bueno recordarles la frase “trate a los demás, como quisieras que te traten a ti”…
No conozco personalmente al señor Mauricio Herrera, ni necesita posiblemente que este servidor le defienda, pero como actúo siempre en apego de mis ideales, manifiesto lo siguiente: Diputados irrespetuosos que rompen el quórum constantemente (abandono de trabajo): diputados que haciendo uso del “control político” se irrespetan frente a todos y a todas; pero no sólo se irrespetan ellos mismos, sino también irrespetan a la ciudadanía que los elige para legislar en sentido positivo. ¿Piden respeto?… El respeto se gana.
Diputados entre los cuales figuran algunos que “lincharon” al anterior Ministro de la Presidencia, don Melvin Jiménez, y ahora reniegan del actual; diputados que irrespetan a quienes opinan distinto de ellos, que hacen mofa de los temas que no les son afines, como “fanáticos” sectarios; que inclusive se apuntan al irrespeto y a la burla del propio Presidente de la Republica, a quien bien podrían éstos hacer sus observaciones de manera elegante y con posiciones de altura. Pero no, mejor recurren la mayoría de las veces a la chota.
¿Algunos de estos mal llamados “padres” de la Patria (en mi caso preferiría ser “huérfano”), se habrán dado cuenta que hoy gracias a posiciones ideológicas y caprichos, antagónicos, es que nos tienen enfrentados y a muchos de sus “hijos” al borde de una “batalla” campal?
Siendo éstos (diputados), más bien, quienes deberían estar haciendo un llamado al dialogo, a la búsqueda de consensos; al abordaje responsable, equilibrado y respetuoso de los temas que ineludiblemente el país necesita resolver. La criminalidad y el desempleo, por citar un par de ejemplos.
Pero, lamentablemente, todo indica que son, en su mayoría, un grupo de irrespetuosos, burlistas, altaneros, irresponsables, que no hacen un ejercicio objetivo sino acomodado a sus intereses, o los de sus patrocinadores de campaña.
Que sirven de “alfombra” para que algunos despotriquen en contra de la clase trabajadora del aparato estatal; que hacen política de la seguridad, de la educación y de la salud, temas que por sí solos deberían ser política de Estado de quien quiera que nos gobierne. No usados en politiquería barata en discursos partidarios.
Irresponsables que hablan sin fundamentos, sin bases, sin pruebas de sus aseveraciones, al asegurar ante medios de comunicación que “el 50 % de los empleados públicos están haciendo un 10% de lo que tienen que hacer con regularidad”. Peor aún, afirmar que “(…) de los salarios que se están dando en anualidades, horas extra y dedicaciones exclusivas el 95% es plata botada totalmente (…)”. Este tipo de referencias son demagógicas, temerarias, infundadas e irresponsables.
¿Cómo lograron sus estudios académicos? Ahora reniegan de sus maestros, reniegan de la historia, esa que permitió las garantías sociales, la solidaridad y la paz que nos mostró ante el mundo, como un país capaz de resolver sus diferencias mediante el instrumento del dialogo.
Algunos siguen metiendo las manos en asuntos de orden interno, solicitando movimientos, traslados, y todo esto alegando que llevan “seguridad a sus cantones”. Algunas cosas se mueven “políticamente” por injerencia de algún diputado, ¡sí!, así lo señalo, así lo sostengo: diputados que utilizan su posición para la intromisión y, en algunos casos, no para bien sino para mal.
Diputados como los que “despotrican” del empleo público, como si ellos se hubiesen forjado trabajando en el campo. Basta mirar sus hojas de vida. Posiblemente la mayoría dirá, experiencia laboral: “político” y tras de eso, la mayoría con evaluación de desempeño, a lo sumo de regular. Así las cosas, señores diputados, ¡pónganse serios, legislen para el interés común y…respeten para que se les respete!