A lo largo de los últimos 25 años y luego de la caída del Muro de Berlín, cuando la derecha del capital proclamó “el fin de las ideologías” y en nuestro país se dio una desbandada de militantes de la izquierda clásica y su diversidad de colectividades partidarias en práctica disolución; a algunos nos tocó levantar las banderas de la justicia social desde nuestras respectivas organizaciones, especialmente las de carácter sindical.
Esta historia está por escribirse y hasta podríamos hablar de etapas. Una podría ser la década de los 90’s que culmina con la gesta histórica del combo ICE, en el año 2000; de aquí, una segunda, cuando emerge la etapa de la ruptura del bipartidismo clásico “PLUSC”, a partir de la fundación de partidos “hijos” del Combo ICE (especialmente, Acción Ciudadana PAC y Frente Amplio); y la emergencia del concepto sociopolítico de la Democracia de la Calle, “estrenado” con ocasión de la mencionada lucha del Combo ICE y magistralmente desarrollado con la lucha del No al TLC y la gigantesca manifestación del 30 de setiembre de 2007, la más grande de toda la historia republicana costarricense.
Tal vez, la tercera podría ir desde el 2007, con el “triunfo” del Sí al TLC y el “frauduréndum” del 7 de octubre de ese año, hasta las elecciones presidenciales del 2014 con el triunfo arrollador del actual Presidente Solís Rivera; esperanzados de que la magnitud de tan calificado capital político le hubiera llevado a desafiar la hegemonía supuestamente perdedora del bipartidismo “PLUSC”, misma que se está recomponiendo luego del “asalto” al directorio legislativo, el pasado 1 de mayo, partiendo del quebranto de la fracción parlamentaria gobiernista, especialmente. Esto es la que está en desarrollo y en la cual, con seguridad, la Democracia de la Calle será necesario invocarla de nuevo.
La Calle, así en mayúscula, ha sido la tónica de todos estos años en cientos y cientos de eventos de protesta social de la más variada naturaleza. La Calle y su estrategia de resistencia que hemos denominado como la Democracia de la Calle, ha sido protagonista del proceso de resistencia que se ha dado en el país contra las políticas neoliberales.
Paralelamente y luego del año 2000, la corriente sindical en la que militamos ha desarrollado un gran proceso, silencioso y responsable, mediáticamente ignorado, de estudio, de análisis, de construcción social diversa y diferente procedencia organizacional; tratando de generar planteamientos y propuestas alternativas al excluyente y criminal neoliberalismo; partiendo de las bases de la nacionalidad costarricense, de la institucionalidad social que nos fue heredada y de la sapiencia de las generaciones anteriores para construir un modelo de sociedad nutrido con el pensamiento de diferentes corrientes político-filosóficas; básicamente, el pensamiento liberal de principios del siglo XX, el Humanismo Cristiano, el Socialismo Científico basado en las tesis marxistas y en los postulados de la Socialdemocracia clásica, traicionada por el Partido Liberación Nacional (PLN).
Con el genérico nombre de “Aportes para una Costa Rica inclusiva y solidaria”, hemos construido, a lo largo de los últimos 15 años, un pensamiento sindical y social que está llamando la atención de muchas personas preocupadas por el futuro del país de diferentes procedencias político-partidistas y ciudadanas.
Para algunos llama la atención que desde una organización clásica de trabajadores, como lo es el sindicato, pueda haber surgido todo un proceso sostenido, diverso, multisectorial, sistemáticamente sostenido en el tiempo y con una visión de inclusión social, de justicia social, de clase trabajadora y de impulso a la filosofía del bien común como eje central de toda política pública; como para concitar, por ejemplo, el interés, entre otros, de actores políticos, académicos y hasta productivos.
Y como creemos que la lucha social ha sido realmente exitosa combinando la calle con la propuesta y con la incidencia, estaremos en disposición de atender a quien así nos lo pida para hablarles de nuestro pensamiento social y sindical; eso sí, si quienes estamos compartiendo esta causa en las circunstancias de hoy, lo acordamos entre todos.