Con la parte 6 de la próxima semana, Dios mediante, concluiremos esta serie de comentarios sobre el SINDICALISMO DEL BICENTENARIO, pues lo que queda es ponernos a trabajar para estructurar la propuesta con todos los insumos apuntados en las cuatro entregas anteriores, los que agregamos hoy y los de hoy en ocho.
La verdad es que, por un lado, el tema SINDICALISMO DEL BICENTENARIO puede tener una sustentación de profundo contenido estratégico desde la perspectiva de que la política dejó de ser, hace ya bastante tiempo, monopolio de los partidos políticos aunque éstos seguirán existiendo; por otro, que ante democracias que sufren una especie de secuestro corporativo, que han sido privatizadas (como lo plantean ya varios estudiosos), correspondería a la sociedad civil organizada (incluyendo los sindicatos), potenciarse con propuestas de hondo calado y de inserción fuerte y movilizadora en el tejido social para construir un sujeto político de base que “desprivatice” las democracias cuyos procesos electorales implican enormes cantidades de capital y de dinero que no tienen los sectores populares y cívicos.
La preparación para procesos de alta incidencia político-estratégica en el rumbo que deben tener políticas públicas hacia la promoción del bien común y la integración social, pareciera representar un serio pero riquísimo desafío en una sociedad como la costarricense de hoy; misma que muestra una ciudadanía decepcionada con la política-electoral al punto de que entre un 50 y 70 por ciento no desea apuntarse en nada en tal ámbito. O, al menos, nada (partido) ni nadie (candidato) le emociona y le motiva en estos momentos.
La PLADA: Plataforma de Desarrollo de las Américas es un documento realmente inspirador en la dirección apuntada, es decir, la alta incidencia político-estratégica desde la “bajura” hacia la superestructura política tan desacreditada.
La Confederación de Trabajadores y de Trabajadoras de las Américas (CSA), que es en los actuales momentos la más grande y la más representativa corriente sindical de nuestro continente tardó más de una década en su elaboración, mediando un extraordinario esfuerzo de articulación intersectorial; de estudio, análisis y reflexión; de elaboración teórica y propositiva, como para que hoy tengamos el mejor documento sindical de los últimos tiempos en esta región americana. La PLADA es una integral guía para la acción sociopolítica en cuatro dimensiones (política, económica, social y ambiental), que podemos adaptar para la realidad costarricense en una propuesta de SINDICALISMO DEL BICENTENARIO.
“Más democracia, más derechos, por más y mejores empleos” eje fundamental que inspiró, precisamente, el tercer congreso de la CSA, celebrado el pasado mes de abril de 2016 en Sao Paulo, Brasil, complementa la PLADA. Se trata del documento base y de las resoluciones para un programa sindical amplio y de trabajo pues tiene orientaciones sobre Desarrollo Sustentable; sobre tratados de libre comercio y tratados de protección de inversiones; sobre poder corporativo, multinacionales y cadenas globales de producción; sobre alianzas sociales; sobre Paz, Democracia y Derechos Humanos; democratización de las comunicaciones; reforma agraria; juventud trabajadora; equidad e igualdad de género, por ejemplo.
Una propuesta de SINDICALISMO DEL BICENTENARIO tiene un extraordinario material para construirse con estas tesis planteamiento de Sindicalismo Sociopolítico de la CSA.
En el 2009 escribimos un trabajo que titulamos _“El sindicalismo en tiempos de TLC’s”, planteando nuestro criterio sobre el concepto de Sindicalismo Ciudadano que definíamos en ese momento así: “Es el involucramiento comprometido y activo de las diferentes personas integrantes de la organización sindical que se insertan en la vida social activa de sus comunidades, a lo interno de sus diversas expresiones organizativas ya creadas (o fomentando su creación), generando la construcción y el desarrollo de una corriente de pensamiento y de una práctica política que garantice el compromiso del Estado con la ciudadanía en cuanto a la provisión de la serie de servicios públicos imprescindibles para el bienestar colectivo; y, a la vez, incentivando, desde la perspectiva sindical, la acción ciudadana para mayores conquistas en cuanto a derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales; aportando así para la construcción de la nueva hegemonía política restauradora de la promoción del bien común como norma fundamental de la convivencia social”. _
Este escrito nuestro se inspiró en una especie de proclama de contenido ético lanzada un año antes, el 2008, denominada Sindicalismo Rebelde. Habría que analizarla a la luz de las circunstancias sociopolíticas actuales de nuestro país.
¡Bueno! Eso de Sindicalismo Ciudadano que lo escribimos en el 2009, ¿estará desactualizado? ¿Podría el Sindicalismo Ciudadano así conceptuado aportar a la base de un pensamiento para el SINDICALISMO DEL BICENTENARIO? ¿Y qué tal sería el cruce de ambos con el Sindicalismo Sociopolítico de la PLADA y del documento “¿Más democracia, más derechos, por más y mejores empleos”, que son las resoluciones del tercer congreso de la CSA? ¿Qué podría salir de todo ello?… Como apuntamos al principio, la semana próxima terminamos estas series.