Limón, 03 de Diciembre de 2008
A simple ojo es fácil concluir que Usted, señor Presidente, es quizás el presidente de Costa Rica que más ha viajado durante su periodo presidencial. La historia lo recordará por ser el que más viajó y por ser el Presidente que despedazó el Estado Social de Derecho que nos ha caracterizado por más de medio siglo. Abundan los ejemplos de sus atropellos al sistema jurídico costarricense.
Como si fuera poco y para nuestra vergüenza como costarricenses, sus constantes viajes recuerdan a una vedette octogenaria que se esfuerza por seguir mostrando en el circo de la política internacional sus viejos atributos, de los que ya no quedan mas que fotografías en marcos de lujo.
Quiere agregar ahora a estos atributos sus congénitos dotes de mercader, de vendedor. Esto en apariencia no sería ningún problema. Al fin y al cabo todos y todas tenemos derecho a realizarnos como personas en aquello para lo que tenemos vocación. El problema es que pretenda realizar su vocación, valiéndose de los demás y con bienes que no le pertenecen. Dejémoslo claro, Usted Don Oscar tiene derecho a hacer alarde de sus condiciones de mercader, pero no tiene derecho de ir a cualquier rincón del mundo a vender las instituciones insignes de este país. Peor aún si esa venta la hace a precio barato.
En estos días anda Usted por Asia. Casa Presidencial ha divulgado que en Singapur ofrecerá los puertos de Limón y Moín. ¿Sabe acaso cuánto valen los puertos? ¿Sabe que por Limón y Moín pasa el 85% de las importaciones y exportaciones de Costa Rica? ¿Sabe lo que esto representa para toda la economía del país y el comercio nacional con el exterior? ¿Sabe que los puertos administrados y operados por JAPDEVA ocupan el lugar número 11 en el ranking latinoamericano y del Caribe midiéndose con 287 puertos de toda la región? ¿Sabe que JAPDEVA es rentable, autosuficiente, productiva y eficiente? ¿Se ha enterado o le han informado sus asesores y el resto del Gabinete que con tan solo una pequeña inversión de $80 millones de dólares podríamos elevar la productividad, la eficiencia, la competitividad y la rentabilidad del sistema portuario Limón-Moín? ¿Sabe que esos $80 millones de dólares los podría aportar la misma JAPDEVA o en su defecto el mismo sistema financiero nacional? ¿Sabe que en el total de remuneraciones de JAPDEVA; incluyendo salarios ordinarios y extraordinarios, horas extras y aguinaldos; solo se gasta el 37% del presupuesto anual? ¿Cuántas de sus propias empresas tienen este porcentaje de gasto en salarios? ¿Sabe que SINTRAJAP no se opone a que se de en concesión las obras nuevas, siempre y cuando se le suelten las amarras a JAPDEVA?
Por supuesto que Usted, Don Oscar, sabe las respuestas a estas y otras tantas preguntas. Precisamente por eso es que anda ofreciendo-vendiendo nuestros puertos en el exterior. Porque sabe que son un excelente y jugoso negocio. Esa es la primera y principal razón para andar vendiéndolos. Pero la segunda razón, que es indisociable de la primera, es que el viejo casette con el que le programaron su trasnochado dogma de la concesión, no le permite entender y mucho menos aceptar que un negocio o que una empresa funcione eficientemente si ésta es pública. En su trasnochado dogma es imperdonable e inconcebible que una institución pública sea eficiente. El Estado solo puede ser policía represor y de rebote dedicarse a la educación básica para formar la mano de obra barata que las empresas transnacionales necesitan. Porque según Usted y sus allegados la mano de obra calificada la deben preparar las universidades privadas.
Don Oscar, Usted y su comitiva, incluyendo al Presidente Ejecutivo de JAPDEVA, en vez de ir a pasear a Qatar y Singapur deberían ir a Limón, pero no en helicóptero como acostumbra; sino por carretera a caminar en las comunidades que hoy están inundadas, para que se entere que situaciones de emergencia como la que vivimos, se atienden mejor gracias a la existencia de JAPDEVA y que si JAPDEVA desaparece los daños serían peores. O para enterarse de la urgente necesidad de invertir ya, en buenas carreteras y puentes, en el ferrocarril y en infraestructura portuaria con recursos públicos. Es realmente una injusticia de grandes magnitudes frenar la inversión que urge ya; para dar tiempo a que lleguen sus amigos de las eventuales concesionarias extranjeras. Es una injusticia porque las inversiones se pueden hacer ya, sin necesidad de esperar a que haga viajes al otro lado del planeta para traer empresarios y entregarles la mesa servida para se llenen a sus anchas. Otra posibilidad para los intereses nacionales, sería que en lugar de ir a vender-regalar los puertos, aprovechara el viaje para obtener a bajo precio o donado, parte del equipo especializado como grúas pórticas, que son fundamentales para la operación portuaria, del mismo modo que lo consiguió con el estadio nacional. No sabemos Señor Presidente, si el viaje servirá para ilustrarlo o frustrarlo cuando constate que el puerto de Singapur, uno de los más grandes y eficientes del mundo, ES PÚBLICO.
SINTRAJAP en reiteradas ocasiones le ha solicitado audiencias para hablar de estos temas y otros con Usted. Nunca tuvo tiempo para atendernos, pero sí ha sacado tiempo para ir a vendernos o regalarnos ¡Sabrá Dios!
No podemos omitir el hecho de que el Presidente de Panamá, ante la emergencia que vivimos actualmente los dos pueblos, optara por suspender su agenda internacional para devolverse a atender personalmente la emergencia y estar al lado de su pueblo. Usted Señor Presidente, al contrario, continuó en su paseo totalmente insensible a la desgracia que estamos enfrentando con tal de entregar nuestros puertos a manos extranjeras. ¿Explicará esa actitud del Presidente Martín Torrijos el por qué Panamá no está dispuesta a entregar en concesión el Canal de Panamá?
Definitivamente, Usted Señor Presidente necesita una brújula nueva, porque la que usa lo lleva a latitudes equivocadas y debería apurarse a cambiarla, ya que en los nuevos tiempos el pueblo se ha ido enterando de sus erráticos viajes.
“No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo” (Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura)
Lic. Ronaldo Blear Blear
Secretario General SINTRAJAP