Síntesis del caso de los Cinco cubanos

En septiembre de 1998 cinco cubanos, fueron arrestados en Miami por agentes del FBI y aislados en celdas de castigo durante 17 meses antes que su caso fuera llevado al tribunal. Su misión en los Estados Unidos era monitorear las actividades de grupos y organizaciones responsables de actividades terroristas contra Cuba.

Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González fueron acusados del nebuloso cargo de conspiración para cometer espionaje. El gobierno de Estados Unidos nunca los acusó de espionaje real, ni afirmó que hubiera ocurrido espionaje real ya que no les fue incautado ningún documento clasificado.

A pesar de la enérgica objeción por parte de la defensa, el caso se llevó a juicio en Miami, Florida, comunidad con una larga historia de hostilidad hacia el Gobierno cubano, que impidió en este caso la realización de un juicio justo.

El juicio duró más de seis meses, convirtiéndose en el más largo en Estados Unidos hasta ese momento. Más de 119 volúmenes de testimonios y 20 000 páginas de documentos fueron compilados, incluyendo el testimonio de tres generales retirados del ejército y un almirante retirado, quienes coincidieron en que no existía evidencias de espionaje.

Al final del juicio, cuando el caso estaba a punto de ser presentado al jurado para su consideración, el gobierno reconoció por escrito que había fracasado en probar el cargo principal de conspiración para cometer asesinato impuesto a Gerardo Hernández, alegando que enfrentaba un “obstáculo insuperable” para ganar el caso. El jurado, no obstante, encontró culpables a los cinco de todos los cargos, después de haber sido puesto bajo una intensa presión por parte de los medios de prensa locales.

Después de ser hallados culpables los Cinco fueron sentenciados a condenas que suman 4 cadenas perpetuas más 77 años y confinados a cinco cárceles diferentes de máxima seguridad, totalmente separadas una de otra y sin comunicación alguna entre ellos.

(Ver cuadro 1 en ARCHIVOS ADJUNTOS EN LA COLUMNA DERECHA)

Adicionalmente se les impuso una cláusula según la cual “como una condición especial adicional de la libertad supervisada, se les prohíbe asociarse con o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos tales como terroristas, miembros de organizaciones que propugnan la violencia o figuras del crimen organizado.”

Los cargos de conspiración para cometer espionaje y conspiración para cometer asesinato conllevaron para tres de ellos sentencias de cadenas perpetuas, convirtiéndose en las primeras personas en Estados Unidos en recibir cadena perpetua en casos relacionados con espionaje, donde no existió evidencia de obtención y transmisión de un solo documento secreto.

La apelación ha tomado 8 años. El 9 de agosto de 2005, un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones revocó sus veredictos de culpabilidad al considerar que estos cinco hombres no tuvieron un juicio justo en Miami. En una acción inusual, el Gobierno solicitó a los doce jueces de la Corte de Apelaciones revisar la decisión del panel en un procedimiento llamado en banc. Exactamente un año después, el 9 de agosto de 2006, con una fuerte opinión discrepante por parte de dos de los jueces, el pleno de la Corte revocó por mayoría la decisión de los tres jueces originales.

Mientras tanto, el 27 de mayo de 2005, el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias, después de estudiar los argumentos presentados tanto por la familia de los Cinco como por el gobierno de Estados Unidos, determinó que su privación de libertad era arbitraria y exhortó al gobierno de Estados Unidos a tomar las medidas necesarias para rectificar esa arbitrariedad.

El Grupo de Trabajo manifestó que, basado en los hechos y las circunstancias bajo las cuales se llevó a cabo el juicio, la naturaleza de los cargos y la severidad de las sentencias, la privación de libertad de los Cinco viola el Artículo 14 de la Convención Internacional sobre Libertades Civiles y Políticas, de la cual Estados Unidos es signatario.

Nunca antes el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria ha denunciado como arbitraria la privación de libertad en un caso juzgado en Estados Unidos debido a violaciones cometidas durante el proceso legal.

La falta de pruebas para sustentar las dos principales acusaciones – conspiración para cometer espionaje y conspiración para cometer asesinato en primer grado- y la imposición de condenas de cadenas perpetuas, completamente irracionales e injustificables, constituyó a lo largo de todo el proceso de apelación otro argumento clave de la Defensa para explicar la arbitrariedad del proceso.

El 2 de septiembre de 2008 la Corte de Apelaciones de Atlanta ratificó los veredictos de culpabilidad de los Cinco. Ratificó las sentencias de Gerardo Hernández y René González, y anuló las sentencias de Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino, por considerarlas incorrectas, enviando nuevamente a la Corte de Distrito de Miami los casos de estos tres últimos para ser re-sentenciados (proceso aún en curso).

En esa ocasión la Corte de Apelaciones en pleno reconoció que no existía evidencia alguna de que hubo obtención ni transmisión de información secreta o de defensa nacional en el caso de los acusados del cargo de conspiración para cometer espionaje.

Por otra parte, uno de los tres jueces del Panel, la Jueza Phyllis Kravitch emitió una opinión disidente de 16 páginas en la que argumentó que no existía evidencia alguna para sustentar el cargo de conspiración para cometer asesinato.

El 15 de junio de 2009 la Corte Suprema de Estados Unidos anunció, sin más explicaciones, su decisión de no revisar el caso de los Cinco cubanos a pesar de los sólidos argumentos esgrimidos por los abogados de la defensa ante las evidentes y múltiples violaciones legales cometidas durante todo el proceso.

Desconocieron asimismo, el universal respaldo a esta petición y a los Cinco, expresado en una cifra de 12 documentos de “amigos de la Corte”, cantidad que constituye un hecho sin precedentes ya que representa el mayor número de amicus que se haya presentado hasta ese momento ante la Corte Suprema de Estados Unidos para la revisión de un proceso penal.

10 Premios Nobel entre los que figuran el Presidente de Timor Leste, José Ramos Horta, Adolfo Pérez Esquivel, Rigoberta Menchu, José Saramago, Wole Soyinka, Zhores Alferov, Nadine Gordimer, Günter Grass, Darío Fo y Mairead Maguire; el Senado de México en pleno; la Asamblea Nacional de Panamá; Mary Robinson, presidenta de Irlanda (1992-97) y Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas (1997-2002), y el ex Director General de la UNESCO, Federico Mayor, suscribieron los amicus.

A ellos se sumaron cientos de legisladores de todo el mundo entre los que se encuentran 75 miembros del Parlamento Europeo, incluyendo dos ex Presidentes y tres actuales vicepresidentes de ese órgano legislativo; así como numerosas asociaciones de abogados y de derechos humanos de diferentes países de Europa, Asia y América Latina, personalidades internacionales y organizaciones legales y académicas de Estados Unidos.

Con esta decisión del Supremo se agotaron en la práctica los recursos legales para apelar el fallo de la Corte de Atlanta que ratificó sus veredictos de culpabilidad.

El 13 de octubre de 2009 tuvo lugar en la Corte de Distrito de Miami la audiencia de re-sentencia de Antonio Guerrero en el curso de la cual la propia Jueza que en diciembre de 2001 le impuso una sentencia de una cadena perpetua más 10 años, se vio obligada a admitir que en el caso de Antonio no existe evidencia ni de obtención ni de transmisión de información secreta. No obstante, le impuso la injusta sentencia de 21 años y 10 meses en prisión más 5 años de libertad supervisada.

El 8 de diciembre tuvo lugar la audiencia de re-sentencia de Fernando González y Ramón Labañino. La sentencia original de Fernando (19 años) fue modificada a 17 años y 9 meses en prisión, mientras la de Ramón (1 cadena perpetua más 18 años), fue reducida a 30 años en prisión.

Durante todos estos años de injusta prisión la dilación en el otorgamiento de las visas a los familiares de los Cinco cubanos presos en territorio de Estados Unidos desde Septiembre 12, 1998, ha originado que en la mayoría de los casos, los mismos hayan podido visitarlos sólo una vez al año como promedio, aun cuando, de conformidad con las regulaciones de las prisiones respectivas, podrían haberlos visitado mensualmente.

A dos de ellos, Gerardo Hernández y René González, se les ha impedido recibir la visita de sus respectivas esposas, Adriana Pérez y Olga Salanueva, a las que se les ha negado reiterada y sistemáticamente el permiso de entrada a territorio estadounidense para efectuar tales visitas. Como resultado de dichas negativas Adriana y Olga no han podido ver a sus esposos desde hace 11 y 9 años respectivamente.

Gerardo Hernández
La Corte de Apelaciones ratificó su sentencia
2 cadenas perpetuas más 15 años

Ramón Labañino
La Corte de Apelaciones anuló su sentencia
El 8 de diciembre de 2009 fue resentenciado a 30 años

Antonio Guerrero
La Corte de Apelaciones anuló su sentencia
El 8 de diciembre de 2009 fue resentenciado a 21 años y 10 meses

Fernando González
La Corte de Apelaciones anuló su sentencia
El 8 de diciembre de 2009 fue resentenciado a 17 años y 9 meses

René González
La Corte de Apelaciones ratificó su sentencia
15 años

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Ciudad de La Habana, 16 de marzo del 2010.
Año 52 de la Revolución.

A: Diputados, Parlamentarios, Congresistas.

Estimados (as) amigos (as):

En mi condición de Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba (Parlamento), quiero compartir respetuosamente con ustedes, la injusticia que se comete con nuestros cinco hermanos cubanos, actualmente presos en cárceles de Estados Unidos, por luchar contra el terrorismo.

Hace unos meses se realizó el proceso de resentencias a tres de ellos que dio como resultado modificaciones en sus sentencias, en el mismo sucedió un hecho que es de vital importancia, y fue que el Gobierno de los EE UU reconoció la existencia de un movimiento internacional de solidaridad con los Cinco que lo obligaba a querer mostrar flexibilidad, ello permitió eliminar las cadenas perpetuas que pesaban sobre Ramón y Antonio.

Con ese reconocimiento bajo la presión internacional a favor de los cinco, sumado a que la batalla por hacer justicia a nuestros Cinco compatriotas en el plano jurídico ha concluido, y se ha agotado toda posibilidad de encontrar una solución dentro del sistema judicial norteamericano.

Se impone entonces, que es el momento en emprender acciones específicas de solidaridad en todo el mundo, por su liberación, a la que pedimos a ustedes, si lo consideran, sean partícipes, entre otras pudieran ser:

– Presentar en sus Parlamentos documentos de solidaridad, por la inmediata liberación de los cinco cubanos presos en los EEUU. – Solicitar a sus colegas norteamericanos, intercedan ante el Presidente de los Estados Unidos, para que liberen a los cinco. – Buscar todas las vías posibles desde nuestras funciones para hacer llegar al pueblo norteamericano la realidad de nuestros cinco hermanos, de manera que se sumen a nuestras acciones.

Por otra parte, es inhumano que durante todos estos años de injusta prisión la dilación en el otorgamiento de las visas a los familiares, lo que ha originado que en la mayoría de los casos, los mismos hayan podido visitarlos sólo una vez al año como promedio, aun cuando, de conformidad con las regulaciones de las prisiones respectivas, podrían haberlos visitado mensualmente, pero eso no basta.

A dos de ellos, Gerardo Hernández y René González, se les ha impedido recibir la visita de sus respectivas esposas, Adriana Pérez y Olga Salanueva, a las que se les ha negado reiterada y sistemáticamente el permiso de entrada a territorio estadounidense para efectuar tales visitas. Como resultado de dichas negativas Adriana y Olga no han podido ver a sus esposos desde hace 11 y 9 años respectivamente.

A pesar de que más allá de la insensibilidad humana de quienes permiten que hechos como estos sucedan, la prohibición de las visas a Adriana y Olga es una violación de los derechos humanos, de los que tanto promueve ese imperio, apelo como médico que soy a esa sensibilidad humana que millones de personas en el mundo profesamos.

Ante hechos como el que les comento, el gobierno de los EE UU es indiferente, y la indiferencia ante el dolor y el sufrimiento del hombre es el peor enemigo de la sensibilidad humana.

Es por ello que apelo a todas y todos para sumarse a nuestra causa. Es el momento de la unidad internacional por esta justa causa.

Aprovecho la ocasión para agradecer a todas aquellas personas que han contribuido en la batalla por la liberación de nuestros cinco hermanos.

Viva la solidaridad entre los pueblos.

Viva la unidad.

Fraternalmente,

Dr. Raymundo Navarro Fernández
Diputado.

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