Sobre el Referendo de la Reforma Constitucional: El Punto de Bifurcación

No solo las “agencias” de E.U., también son los grupos fascistas quienes están detrás de la oposición en Venezuela.

Fecha de publicación: 05/12/07
aporrea.org

A partir de estos eventos, de vivir y sufrir la infamia de quienes conspiraron contra la dignidad del pueblo venezolano, de ver y enfrentarnos al peligro real de perder lo conquistado, la conciencia colectiva se potenció y la esperanza renació con mayor fuerza hasta hacernos dar un verdadero salto creativo, orijinal (con jota) como proponía el maestro Simón Rodríguez. Prueba de ello, entre tantas, son las misiones sociales, hoy reconocidas y alabadas en el mundo entero.

Nuevamente, con los resultados del 2D, volvemos a vivir otra hora estelar, pero esta vez es distinto, es un singular cruce de caminos, una suerte de autogol, impensable y poco digerible. Se trata –a mi modo de ver- de un nuevo punto de bifurcación, que nos plantea diversas alternativas y rutas. De la sabiduría y la capacidad que tengamos para asimilar el momento e iniciar como el águila un doloroso cambio de piel, depende el país que soñamos, nuestro presente y futuro.

El aporte de una nueva perspectiva

En la naturaleza de la vida coexisten estructura y cambio, quietud y movimiento. Son las “estructuras disipativas”, como las llamó el Premio Nobel Ilya Prigogine, que van del orden al caos o desorden, del flujo armonioso a una liberación inusual de energía, en un proceso denominado entropía.

Siendo un sistema abierto, cuando una estructura disipativa alcanza un punto de inestabilidad o bifurcación, sobreviene la indeterminación o la impredecibilidad. Es un umbral que puede llevar al derrumbe de tal estructura o a nuevos estados de orden y mayor complejidad.

Aplicada a los sistemas sociales, la teoría de Prigogine nos brinda una perspectiva novedosa. Estamos sin duda, en un punto de bifurcación que nos exige a todas y todos los bolivarianos total atención y una reflexión urgente y colectiva de nuestra hora menguada. Cada sector del chavismo debe hacer lo propio. Desde nuestros grupos familiares, afectivos, laborales, en cada espacio de participación política.

La oportunidad de desarrollar una verdadera pedagogía política, como en otros momentos lo hicimos (con la propuesta de la Constituyente y la Constitución, y más adelante con algunas de las 49 leyes Habilitantes, con los debates públicos y sistemáticos sobre nuestra PDVSA, y acerca de la democratización de la comunicación y por ende el papel de los medios masivos de información), es ahora, pues como lo reconoció el propio Presidente Chávez, con la reforma constitucional no hubo tiempo. En realidad no nos dimos el tiempo que requieren tales procesos de educación política y participación popular. Nos atropelló la persecución de la meta.

Del diálogo al reencuentro

Pero debemos ser consecuentes y coherentes en este diálogo, porque aún así corremos enormes riesgos. Una postura insincera, desde nuestras trincheras, llámense corrientes ideológicas, grupos de intereses o nuestro propio individualismo, nos condenaría a crear un nuevo orden o estabilidad, sacrificando las fluctuaciones que dan origen a los cambios verdaderos y trascendentes.

Convertiríamos a Venezuela en un volcán, de apariencia inactivo, aunque con una enorme proporción de magma en sus entrañas, que tarde o temprano presionará por salir en intermitentes erupciones, es decir, un volcán social, en lo interno del chavismo, incubando malestar y desencanto ante las conductas arribistas, las alianzas grupales para el beneficio propio, el clientelismo, la ineficiencia de la gestión pública, el egoísmo y todas aquellas aberraciones que heredamos de la pasada cultura bipartidista, cuyo punto de bifurcación nos llevó a esta V República.

Pero tampoco basta con una postura ética, debemos ser lo suficientemente capaces de tener una mirada amplia, integradora, que nuestros análisis y valoraciones no sean sólo de las partes sino de las totalidades, e incluirnos cada quien en ellas. Así podremos ensayar un diálogo sin sectarismos entre nosotras y nosotros mismos, desde la diversidad y la tolerancia, en un auténtico ejercicio de autocrítica, y abarcando la mayor cantidad de realidades posibles que configuran la complejidad de nuestro proceso sociopolítico.

Finalmente, debemos rescatar la humildad y la visión de servicio. Este nuevo diálogo debe servir para redimensionar no sólo conceptos sino “sentires”. El reencantamiento del socialismo o del enfoque social de Estado no debe ser la elaboración de una receta intelectualizada, llena de preceptos ortodoxos, sino que debe orientar especialmente la consolidación de una pedagogía de valores.

Hemos dado grandes pasos en la construcción de nuestro país bolivariano, con pasión, con amor, tratando de internalizar la solidaridad a pesar de los arraigados valores del capitalismo. Hagamos un esfuerzo para convocarnos nuevamente, para encontrarnos y reconocernos en esa acción desde la honestidad, el compromiso y la convicción por la transformación.

beglisa@ gmail.com

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