Soy partidario de este postulado: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Y de este otro: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
También creo en estos otros tres principios: 1) “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”. 2) “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. 3) “Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica”.
Sigo…: “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley”.
Más izquierdista todavía porque creo también en esto: 1) “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”. 2) “Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal”.
Vean ustedes la profundidad de “mi izquierdismo”… Pienso que lo que sigue es completamente válido y fundamental para la Democracia: A) “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación”. B) “Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”.
Y para que no les quepa la menor duda de que soy de izquierda, creo también en esto: A) “Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente”. B) “Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”. C) “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión”. D) “Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas”. E) “Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación”.
Ahora, ¡asústense! A esta altura del artículo me he convertido en “radical” de izquierda… Es más, me hago un “fundamentalista” a partir de este momento. Tomen nota del porqué… Es que creo en todo esto: 1) “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”. 2) “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo”. 3) “Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual”. 4) “Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social”. 5) “Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses”.
Ahora estoy llegando a una posición totalmente “subversiva”, prácticamente “intolerable” para algunos: Fíjense que pienso que este postulado es sumamente correcto y oportuno para la época que estamos viviendo: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”.
¿Hay más… hay muchas más razones… hay mucho para creer en la izquierda… De este tipo de izquierda. Las citas anteriores no son parte de un partido de izquierda, ni siquiera de un partido socialdemócrata y tampoco de un partido inspirado en el humanismo cristiano. ¡Nada que ver con partidos ni con ideologías en particular!
Son citas que forman parte del articulado nada más y nada menos que de la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, emitida al término de la Segunda Guerra Mundial, un 10 de diciembre de 1948. Acabamos de celebrar el aniversario número 67 de su promulgación.
Es que hemos llegado a un punto de la convivencia humana de tanta desigualdad, de tan cruel miseria y criminal pobreza, de tantas formas de violencia, de imperialismos y guerras territoriales, de precarización del empleo y de la esclavitud laboral, de depredación ecológica y destrucción del ambiente, de degeneración moral, de infanticios indescriptibles, de migraciones masivas dolorosas, de narcotráfico sin control y crimen organizado controlador de países y regiones…, etc., etc., etc.
¡Es la genocida globalización neoliberal!, la del capitalismo hegemónico de signo financiero-bancario altamente concentrador de la riqueza, la de las dictaduras corporativo-mediáticas a favor del pensamiento único y totalitario e idólatra del dios mercado; la de la promoción de la guerra para gastar las armas embodegadas y producir nuevas según lo evolución de la tecnología del momento para aumentar la riqueza generada por el comercio del armamento…
Esta globalización neoliberal ha tirado hacia la izquierda los maravillosos postulados pensados para otra convivencia humana, pensados para otro mundo posible. Por eso es que creemos que la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS se ha vuelto de “izquierda”; toda vez que cada uno de sus 30 artículos se han vuelto “subversivos” según la lógica de ese capital criminal que cuenta en el país con sus adoradores criollos y con toda una caterva de amanuenses de toda laya a su servicio. Por eso soy de izquierda: porque creo en la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.