Han perdido la lucha en el campo de las ideas. Terminaron escondiéndose del debate. Han sido demolidos con argumentos serios y profesionales. Han sido vapuleados intelectualmente. Lo mejor del pensamiento nacional de la actualidad los ha dejado desnudos ideológica y programáticamente. Los defensores del TLC han salido derrotados cuando el debate ha sido libre, democrático, equitativo y equilibrado.
Se han venido quedando aislados, teniendo que refugiarse, por ejemplo, en las páginas de la prensa oligárquica que construye muros frente a sus oficinas, para esconder sus mentiras.
Después de la pulverizada que se llevaron en el parlamento cuando demostramos la mentira del empleo y el TLC, se han quedado mudos. Es más, hasta se han acobardado, puesto que rehusaron el reto público que se les hizo para debatir este sensible punto. Todavía los estamos esperando aunque sabemos que no darán la cara. No tienen argumentos.
Han mentido miserablemente en que su TLC generará miles de empleos, pero no nos dicen ni cuándo ni adónde los habrá, manipulando así los sentimientos de la enorme cantidad de jóvenes costarricenses que han creído en semejante falsedad.
Ahora nos anuncian una gigantesca campaña propagandística a favor de su TLC, desde el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX). Eso es lo que les quedó. Con el dinero de todos, pretenden pagar la difusión de sus mentiras, de sus tergiversaciones, de sus falacias y de sus engaños. Pretenden intoxicarnos con su discurso hueco, lleno de palabrería cajonera pero impregnada con frases de acoso psicológico y de terrorismo ideológico.
Es lo que les queda para tratar de contrarrestar la creciente, indetenible y consistente oposición a su TLC. Podría decirse que al estilo del Sr. Goebbels, el jefe de propaganda de Adolfo Hitler, creador de la Alemania Nazi que tanto dolor causó a la Humanidad. “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, era uno de los postulados de este nefasto político alemán de aquellos tristes años (Wikipedia, la enciclopedia libre).
Malgastaron ya 1.300 millones de colones, de dinero oficial, en su primera campaña para convencernos de su TLC. Gastaron otro montón de millones más, por vías “paralelas”, con dineros de dudosa procedencia en su más reciente ofensiva de propaganda. Ahora tienen nueva plata para seguir mintiendo.
Pero entre más plata invierten, más crece la oposición al TLC. Agricultores, sacerdotes y pastores de diversas denominaciones cristianas; estudiantes de todos los niveles, académicos e intelectuales de las más diversas profesiones y posiciones políticas; empresarios decentes; maestros, profesores y educadores; grupos, dirigentes y activistas de todas las diversas formas del pensamiento ecologista nacional; líderes comunales; ciudadanas amas de casa; trabajadores y trabajadoras en general; entidades cívicas de todo tipo; etc.
Hasta sectores solidaristas ya están en contra de su TLC, pese a que han alambrado “mentalmente” los centros de trabajo del Sector Privado, castrando todo debate democrático en sus empresas, impidiendo la discusión libre y equilibrada, manipulando a sus poblaciones laborales con el miedo, con el odio y con la violencia.
Los dineros públicos que son pertenencia de toda la sociedad no deben usarse, en el caso del TLC, para propaganda mentirosa e infame, manipuladora y falaz de la parte pro-TLC. Esto es corrupción porque dentro del gobierno hay familias de políticos-empresarios que se van a favorecer con ese TLC; y, por tanto, no es justo que la plata de todos les promueve sus particulares intereses mercantiles.
Esperamos que el honorable parlamento costarricense, o al menos sus sectores patrióticos y más sanos, alcen su voz soberana y exijan un debate profesional, altamente ético, completamente equilibrado con la plata de todos. La paz de la Patria lo merece.