Miércoles, 29 de Agosto de 2007 / 10:53 h
Todo sube de precio y los salarios siguen estancados
Napoleón Valiente Castillo
En El Salvador todos los días suben de precio los alimentos, medicinas, alquileres de vivienda, transportes públicos, la recreación social y servicios elementales como lo son energía eléctrica, agua potable, recolección de la basura, consultas médicas, exámenes radiológicos, trabajos dentales y oftalmología, lo cual pone en dificultades a las personas que ganan bajos salarios.
Como esta situación perjudica a la mayoría de salvadoreños, sería justo y necesario, que las autoridades estatales establecieran un aumento salarial entre los trabajadores del área rural, urbana, centros industriales, comerciales y ocupaciones tradicionales en pueblos pobres y subdesarrollados.
Medidas de esta naturaleza son las que evitan los estallidos sociales y los levantamientos violentos que siempre dejan huellas de dolor, muerte y desgracia, que terminan con la estabilidad económica, social, educativa y cultural, de los pueblos que se precian de civilizados.
De conformidad con lo que hemos observado en el desarrollo de países superiores al nuestro, se hace necesario e imprescindible, emprender una batalla sin cuartel contra la injusticia social, al acumulamiento de grandes riquezas económicas en pocas manos y miseria, hambre, desesperación y angustia en millones de salvadoreños que carecen de alimentos, vivienda digna, trabajo permanente y bien remunerado, asistencia médico-hospitalaria gratuita y zonas de recreación social, necesaria para los seres humanos.
Sino obtenemos el establecimiento de un gobierno estatal que aborde con valentía esta clase de problemas existentes en nuestro país, no nos sorprendamos cuando surja un ESTALLIDO SOCIAL o REVOLUCION BELICA, que resuelva todos los problemas de miseria, explotación y descontento social que padecemos desde hace más de cien años, que está llegando a su punto final.
Los salvadoreños debemos recordar las sabias palabras que dicen: “más vale prevenir que lamentar”, toda esa sed de riqueza fácil que practican nuestros acaudalados multimillonarios, sacrificando a las grandes mayorías, debemos evitar que siga destruyendo nuestro país, porque va a llegar un momento que diremos “BASTA YA” nos levantaremos como un sólo hombre a defender lo nuestro y los derechos ciudadanos que nos otorga la Constitución Política en vigencia.
A los patrocinadores de la privatización de bienes y servicios propiedad de Estado, para entregarlos gratuitamente a empresas privadas nacionales y extranjeras, sólo las recomendamos que comparen los elevados precios que adquieren los alimentos, medicinas, servicios médico-hospitalarios, centros de recreación social o deportiva, cuando son administrados por empresas privadas salvadoreñas o extranjeras y notarán lo carísimo que son sus cotizaciones para el público usuario.
Después de hacer esta observación y comparación, hay que ubicarse en contra de clase de privatizaciones, vengan de donde vengan.
Fuente: Diario Colatino, El Salvador