TLC: Una decisión de todo el pueblo

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Ese TLC nos obligará a desechar la búsqueda del bien común en el proceso de desarrollo, basada en los postulados de lo que se conoce como Estado Social de Derecho; característica principal que nos hizo un país distinto, una sociedad diferente, del resto de los otros países centroamericanos metidos en ese TLC.

Con el TLC se instaurará la dictadura absoluta del mercado y la idolatría anticristiana de la acumulación de riqueza como única forma de ser persona, generando así la más dolorosa situación de exclusión social y de empobrecimiento para las mayorías populares, especialmente para las personas asalariadas de la clase trabajadora. Los casos de Guatemala (49.3 % de su niñez con desnutrición crónica), de Honduras, de El Salvador (30 asesinatos diarios por violencia criminal) y de Nicaragua (miles y miles de nicas huyendo de su país), demuestran las consecuencias del totalitarismo del mercado.

Nosotros estamos convencidos, en consecuencia, que ese TLC es una especie de golpe contra la actual Constitución Política de Costa Rica, cuya base filosófica es el humanismo cristiano. Ese TLC destruye esa base.

Si ese es el tipo de sociedad que nos espera con ese TLC y si este TLC es a perpetuidad, para siempre; no es ético ni políticamente correcto que la suerte final de las actuales generaciones de costarricenses y la suerte de las que vendrán luego, la decidan solamente 57 personas (los actuales diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa).

Algunas de esas 57 personas actuarán no conforme a sus conciencias, ni producto de un estudio individual; sino y lo más grave, atendiendo a los poderes extraparlamentarios que, por ejemplo, se expresan en la prensa oligárquica que vive amurallada por temor a la democracia; esa que practica el totalitarismo mediático todos los días.

Para nosotros, en consecuencia, el TLC debería ser una decisión de todo el pueblo, a través de una amplia consulta democrática a todos los ciudadanos y a todas las ciudadanas mayores de 16 años; un verdadero referéndum como se hace en las democracias modernas de la Unión Europea cuando se trata de decisiones de este calibre.

Una ley específica se puede emitir al efecto, garantizando aspectos como equidad para acceso igualitario a las tesis encontradas en la prensa nacional de todo tipo; obligando a divulgar las fuentes de financiamiento del Sí y del No; estableciendo una junta ciudadana que coadyuve al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) en todo el proceso de consulta democrática, entre otras condiciones.

Si por pensar así nos acusan de sedición, ¡háganlo! Si lo que la oligarquía criolla aliada ahora con los capitales sangrientos centroamericanos (que por lo visto financian ahora campañas presidenciales), a través de su prensa infame (esa que defrauda al fisco), lo que pretende es silenciar a los sindicatos, ¡inténtelo!… El mundo está pendiente de lo que pase en Costa Rica y una gigantesca red de solidaridad internacional está lista para entrar en acción.

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