Trabajadores del Banco de Costa Rica contra el TLC

20 de febrero de 2007
RMM-48-02-07
PARA: TODO EL PERSONAL BCR
ASUNTO: TRATADO DE LIBRE COMERCIO

¡Llegó el momento de cumplir con nuestro deber ciudadano¡

Hace 150 años, una falange de mercenarios invadió el territorio nacional y trató de adueñarse de nuestro país. Afortunadamente, en esa ocasión, nuestra Nación estaba bajo el mando de un Señor Presidente, incorruptible, insobornable, que por el contrario, marchó personalmente, al frente de nuestro glorioso ejército libertador, a enfrentar y derrotar a los filibusteros.

Pero lo que en aquella oportunidad no lograron con la fuerza de las armas, porque se encontraron con la resistencia de un pueblo que no estaba dispuesto a sacrificar su soberanía y libertad, lo tratarían de intentar, después, con “la diplomacia del dólar”. Este fue el pronóstico del derrotado W. Walker.

Ahora es con el Tratado de Libre Comercio que pretenden dominarnos y saquear todos nuestros recursos.

Los tratados de libre comercio son instrumentos que los EEUU han promovido y celebrado con diferentes países, para garantizar su hegemonía política, económica y militar.

De_ “libre”_ comercio no tienen absolutamente nada, porque en su negociación siempre han prevalecido los poderosos intereses de los EEUU y las compañías que representa. Así lo admite el propio JOSEPH STIGLITZ, Premio Nóbel de Economía, quien llegó a presidir el Consejo de Asesores Económicos de la Administración Clinton y después vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial:_ “En la asimétrica negociación de tratados comerciales no priman la equidad o la democracia, sino los intereses de grupos particulares como las farmacéuticas y las petroleras, o al menos son los intereses que representa la oficina comerciales de EU.(…) Si la firma del TLC tuviese negociaciones reales y posibilidades de beneficiar a los países, sí lo recomendaría, pero Estados Unidos no negocia sino que demanda e impone.”_

Nada más cierto que lo que afirma Stiglitz en el caso de la tristemente célebre negociación del TLC de EEUU con Centroamérica, que se desarrolló al amparo a la sombra de una cláusula de secretividad o confidencialidad, impuesta por aquel país, dócilmente aceptada por los
negociadores costarricenses, que le impidió a la ciudadanía conocer el proyecto original y los avances del oscuro proceso, hasta que se nos dio a conocer la criatura ya consumada, totalmente perjudicial para Costa Rica.

¡Y ni qué decir de la tramitación que hasta ahora ha tenido el TLC en la Asamblea Legislativa, cuyo trámite ha sido totalmente atropellado, autoritario y hasta más de una legisladora ha sido cuestionada por un pretendido conflicto de intereses¡

Jamás podríamos estar en contra de la apertura comercial, ni mucho menos del libre comercio, pero este TLC no tiene nada de libre, ni mucho menos de justicia, porque no se respetaron las asimetrías que existen entre nuestro país y aquella poderosa nación, cuyo típico ejemplo es el subsidio a la agricultura norteamericana, que EEUU se opuso a cualquier medida que afectara esa política pública.

Ya existen países que están pagando muy caro la firma de un TLC. El caso más patético es México, cuya agricultura ha sido barrida, los salarios mínimos reales sustancialmente han disminuido y pasó a ser de un país que exportaba, a un país que ahora tiene que importar una buena parte de la producción de granos. Ya se le vendió el alma al Diablo y cuando se trata de esta clase de comercio, no hay acción de regreso y nadie se salva de las llamas del fuego.

No queremos que le ocurra la misma suerte a nuestro querido país. No queremos esta clase de TLC, que entregará toda la inversión que los costarricenses, a lo largo de más de 50 años, con mucho costo y sacrificio, destinamos al desarrollo de las telecomunicaciones, electricidad y la protección de nuestros recursos naturales.

No queremos esta clase de TLC que devastará la seguridad social costarricense, que obligaría a la CCSS a comprar medicamentos patentados, con el consecuente perjuicio para la salud pública.

No queremos un TLC que violenta nuestra institucionalidad democrática, destruirá nuestro Estado Social de Derecho y que “llevaría a Costa Rica a transformarse en una colonia norteamericana”, que fue lo que le advirtió recientemente ADOLFO PEREZ ESQUIVEL, Premio Nóbel de la Paz, al Presidente Arias: “El fracaso de los EEUU de implantar en el nivel continental en el 2005 el TLC, es una muestra clara y contundente que hay pueblos que no claudican, que resisten a las fuertes presiones y que tienen el coraje de defender sus derechos. Otros lamentablemente han claudicado y han hipotecado la vida de sus pueblos, traicionando su libertad y autonomía. (….)Frente a estos desafíos, cabe peguntarse ¿qué quiere el pueblo costarricense?.”

La Junta Directiva de UNEBANCO se suma a todas las voces de los diferentes sectores sociales, económicos, productivos, eclesiásticos, de este país, intelectuales, de las universidades públicas, que no están de acuerdo con este TLC. Nos alienta y reconforta mucho la reciente declaración de más de treinta sacerdotes costarricenses, que recogiendo el clamor de sus feligreses, también se pronunciaron en contra del TLC.
Tenemos una responsabilidad que cumplir con nuestros hijos y futuras generaciones; que no nos vayan a reclamar que no supimos defender la justicia, la soberanía y la libertad, que nuestros antepasados, labriegos y sencillos, que no eran de muchas letras, pero que no necesitaron muchos estudios para comprender, que cuando la Patria está amenazada, el deber está por encima de todo.

Hacemos un caluroso llamado a todos los trabajadores y trabajadoras del Banco de Costa Rica, para que participemos, cada uno de acuerdo con nuestras posibilidades, en la marcha pacífica que se estará realizando el próximo 26 de febrero, por la defensa de nuestra paz, justicia y libertad.

P/COMITÉ EJECUTIVO
Róger Muñoz Mata
Secretario General

POR UN SINDICATO PARTICIPATIVO

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