La corriente de este tiempo es mirar y escuchar sentimientos de incertidumbre, de pesimismo hacia el futuro. Se viene hablando de falta de empleo, de problemas con el déficit fiscal, de proyectos que pretenden aumentarnos los impuestos que ya hoy pagamos, de ejecutar recortes presupuestarios como medida de “salvación” aunque éstos se den sin ningún estudio técnico y de manera indiscriminada, inclusive sin medir sus consecuencias a corto plazo.
Por ejemplo si miramos, en Seguridad Ciudadana, ¿en qué áreas se recortaría presupuesto? Hace falta equipo de oficina, infraestructura, mantenimiento, equipo policial, avituallamiento, por citar solo algunos; aunado a la inminente necesidad de atender situaciones de emergencia en tiempo extraordinario que representa el pago correspondiente; algo que hoy es un derecho que se reconoce a la Fuerza Pública después de 67 años de historia, esto en la parte policial.
No menos importante es la labor que realizan nuestras compañeras y nuestros compañeros de la parte administrativa, dentro del Ministerio de Seguridad Pública, hoy. Igual, con una alta cuota de sacrificio, producto de la atención de gestiones por procesos que datan de muchos años, tales como reclamo de feriados que antes no se le reconocían a nuestros compañeros policías y a nuestras compañeras policías, horas extras, aunados a múltiples procesos que se presentan cada día por distintas circunstancias.
La criminalidad actual amerita en muchos casos que nuestros y nuestras policías deban trabajar jornadas superiores a las doce horas diarias, lo cual constituye necesariamente el pago de tiempo extraordinario; por ejemplo, las flagrancias obligan en muchos casos a que los y las oficiales que actúan en una detención, deban permanecer en servicio hasta finalizar las diligencias judiciales.
Este trabajo policial implícitamente ocasiona que la parte administrativa deba aumentar los controles en aras de favorecer el derecho de nuestros uniformados y de nuestras uniformadas. Esto les demanda un esfuerzo importante, entendiendo que hace sólo unos años no se reconocían feriados ni horas extra a los miembros de la Fuerza Pública.
Se incrementó el trabajo administrativo, el cual se ve imposibilitado de laborar en jornada extraordinaria,(recorte) situación que provoca retrasos que perjudican al personal policial, motivando que muchas veces se acuda a la instancia jurisdiccional en la cual se logra (en la mayoría de los casos), una sentencia condenatoria con la consecuente sanción en pago de costas procesales. Entonces, lo que se “ahorró” la Administración en horas extra, al personal administrativo, lo paga en costas procesales.
Esta situación nos lleva a pensar que la “cura sale más cara que la enfermedad”. Por eso venimos hablando de que se requiere de análisis serios, maduros, consensuados, que se deriven de la búsqueda del equilibrio, la equidad y la justicia social, procurando una Costa Rica mejor para todos y todas.
La “politiquería” debe salir de la agenda parlamentaria. Es cansado y aburrido mirar cómo se pasó el primero año de esta administración. Por un lado, los ahora oposición, tratando de ridiculizar a los de gobierno; y, por otro, observar a éstos echándole la “culpa” de todo lo malo a los anteriores, cuando lo ideal sería mirar a las personas que son electas para ejercer representación de todos y todas en búsqueda de una agenda común, de un proyecto país, que nos permita volver por la senda de la justicia y la paz del ser costarricense.
¿No son acaso los procesos electorales uno de los mayores generadores de gasto? Entonces, necesitamos ver ese gasto justificado con trabajo serio, responsable y maduro. No podemos seguir hacia el despeñadero social, con el incremento en los delitos contra la vida, el tráfico de drogas y el desempleo. Ese es el camino al que estamos apuntando, a menos que nos pongamos a producir en verdad por el bienestar colectivo.
Dos de los sectores que posiblemente, demandan más presupuesto son Seguridad y Educación; pero, igual ambos son sumamente esenciales para el progreso, la democracia y la paz de nuestro país.
En Seguridad Ciudadana hemos señalado en el pasado la necesidad de fiscalizar y mejorar controles. También hemos denunciado aquellos casos que hemos considerado ameritaron alguna investigación, pero tenemos claro que en la Fuerza Pública se necesita de presupuesto para no solo mantener un buen servicio, sino para aumentarlo en el campo de la seguridad común; considerando, además, que en este momento nos parece que la cartera ministerial está en buenas manos, se requiere asegurar presupuesto.
Una Costa Rica mejor sí es posible. Se requiere de unir voluntades, participar desde los espacios que se nos permitan y actuar con sensatez en procura de favorecer a las mayorías, al bien común y a la justicia.