Venezuela: lecciones para los bolivarianos

09/12/07

El 44 por ciento del electorado se quedó en casa. ¿Por qué? Primero, porque o no entendieron o no aceptaron la necesidad del referéndum. Las medidas relativas a la semana laboral y otras reformas sociales podían ser fácilmente objeto de legislación parlamentaria. Las cuestiones clave eran la remoción de las restricciones a la repetición de mandato del jefe de gobierno (como en la mayor parte de Europa) y pasos hacia un “Estado socialista”. Respecto de este ultimo, simplemente faltó debate y discusión bastantes entre el pueblo llano.

Como señaló Edgardo Lander, un crítico que simpatiza con la revolución:
“Antes de votar a favor de una reforma constitucional que ha de definir el Estado, la economía y la democracia como socialistas, los ciudadanos tenemos derecho a participar en esas decisiones. ¿Qué se entiende por ‘Estado socialista’? ¿Qué se entiende por ‘economía socialista’? ¿Qué se entiende por ‘democracia socialista’? ¿En qué sentido se diferencian de los Estados, las economías y las democracias que acompañaron al socialismo del siglo XX? No estamos hablando aquí de entrar en un debate semántico, sino de decisiones básicas sobre el futuro del país.”

Greg Wilpert, un periodista simpatizante cuya página web (venezuelaanalysis.com) es la mejor fuente [angloparlante] de información sobre el país, fue más allá:

“Al lanzar el proceso de reforma, Chávez regaló a la oposición una ocasión prácticamente sin precedentes de asestarle un duro golpe. Asimismo, las prisas con que fue lanzado el proceso dejaron el flanco franco a la crítica de que el proceso era en lo fundamental errado, una de las principales críticas de los opositores moderados a la reforma.”

Otro error fue la insistencia en que, tómalo o déjalo, se votaran en bloque todas las propuestas. Es perfectamente posible que un buen número de propuestas hubiera sido aprobado, caso de ser éstas votadas una a una. Eso habría obligado a los bolivarianos a realizar una campaña más efectiva entre el pueblo llano mediante discusiones y debates organizados (como hizo la izquierda francesa para argumentar en contra de y finalmente derrotar a la Constitución de la UE). Siempre es un yerro subestimar al electorado, y Chávez tiene que saberlo mejor que nadie.

¿Qué hacer ahora? El presidente se mantiene en el cargo hasta 2013, y sea Chávez lo que sea, no casa con él la descripción de “pato cojo” //1. Es un luchador, y pensará en el modo de fortalecer el proceso. Si se actúa adecuadamente, la derrota podría ser un mal de los que vienen bien. Después de todo, ha desecho los argumentos de los columnistas y tertulianos occidentales, que no han dejado de repetir en los últimos ocho años que en Venezuela la democracia había muerto a manos del autoritarismo.

Cualquiera que, como yo en Guadalajara rodeado de amigos mexicanos, haya oído la pasada noche a Chávez admitiendo la derrota, no tendrá la menor duda de su compromiso con un proceso social encauzado democráticamente. Eso es claro. Una de las debilidades del movimiento en Venezuela ha sido la hiperdependencia respecto de una persona. Es peligroso eso para la persona –basta una bala—, y es dañino para el proceso bolivariano. Habrá mucha introspección anímica en Caracas, pero la clave ahora es un debate abierto analizando las causas del retroceso y el paso a un liderazgo colectivo para decidir el siguiente candidato. Hay tiempo por delante, pero la discusión debería empezar desde ahora mismo. Profundizar en la participación popular y estimular la inclusión social (según preveían los cambios constitucionales rechazados): es lo que habría que hacer en cualquier caso.

La derrota en el referéndum dará indudablemente aire a la oposición venezolana y a la derecha latinoamericana, pero se equivocarían creyendo que esa victoria les reportará automáticamente la presidencia. Si las lecciones de la derrota son cabalmente entendidas, son los bolivarianos quienes saldrán ganando.

NOTA T.: //1 “Pato cojo” es como se llama en EEUU al presidente cuando está al final de su mandato presidencial.

* Tariq Ali es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso.

*Fuente:*Sin Permiso

Traducción: Roc F. Nyerro

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