Este documental fue rodado en 2001 y muestra el terrorismo desde el punto de vista de las víctimas de ETA. En el documental se narran veinticinco historias de víctimas en las que cuentan sus espeluznantes experiencias.
“Queremos contar que existimos, que ETA no mata porque no puede pero la amenaza existe, está presente, lo distorsiona todo, el terror sigue reinando en nuestras calles y lo nuestro no caduca“, afirmó Consuelo Ordóñez una de las víctimas que aparece en el documental.