Los fundamentalistas del déficit fiscal, esos que nos hablan de que ha “llegado el fin de los tiempos” y de que el “Apocalipsis fiscal” nos va a mandar al hueco más negro del universo, han abierto un nuevo flanco de su “santa cruzada” contra el empleo público, contra el sector Público, contra los empleados públicos y contra las empleadas públicas. ¡Sí!, acaban de poner en su “lista de exterminio” a las “U” públicas.
Dado que se acerca la discusión acerca de los recursos públicos que el país deberá invertir para los próximos cinco años, 2016-2020, en el marco del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), en cuanto al financiamiento de las cinco universidades públicas; la oligarquía del capital neoliberal y su latifundio mediático “estrella”, arrancaron ya con la campaña de manipulación de la opinión pública para, nuevamente, fortalecer su ataque al sector Público y todo lo que éste representa.
Nosotros pensamos que desde ya mismo (aunque de seguro ello está en desarrollo), las cinco comunidades universitarias públicas deben prepararse para enfrentar este desafío de los “Torquemada” del gasto público y de los abanderados del “Muera la inteligencia”.
Los correspondientes profesorados académicos, el personal administrativo y, muy especialmente, el estudiantado, deberán disponerse a diversos escenarios en defensa de la institucionalidad universitaria pública, a la cual se está acusando de que el FEES es una especie de “cheque en blanco” que les permite hacer “lo que les da la gana” con la plata que les da el pueblo costarricense y que, al respecto, no le rinden cuentas a éste.
Desde nuestra perspectiva, la lucha que tendrán que dar las “U” públicas en defensa del FEES necesita estar vinculada, muy fuertemente, al papel que deben desempeñar en la necesaria lucha por la Transformación Estructura Tributaria (así, en mayúsculas), que ocupa nuestro país y nuestra sociedad; lucha que venimos dando algunos sectores sindicales, con mucha seriedad, desde hace largo rato.
Nosotros estamos de acuerdo en que la financiación del sistema universitario público costarricense debe verse como un asunto estratégico del Estado. Sin embargo, se necesita de un papel poderosamente activo de las cinco universidades públicas para esa especie de “revolución” tributaria que ocupamos; empezando porque deben manifestarse, abiertamente, a favor de las diversas iniciativas de ley que están en la corriente parlamentaria contra el fraude tributario, contra el contrabando fiscal, contra las exenciones y exoneraciones abusivas e irracionales; y, por supuesto, a favor del fortalecimiento estratégico de la administración tributaria del país.
Las cinco universidades públicas, muy especialmente las que con ocasión del Movimiento Patriótico del No al TLC jugaron un extraordinario papel en el esclarecimiento y fortalecimiento intelectual-profesional y pedagógico-académico de los alcances del TLC que nos impusieron con Estados Unidos (ese, el del flamante fracaso con sus hipotéticos medio millón de empleos que jamás vimos y, por el contrario, abruma actualmente el estado de situación del desempleo en la actualidad); deben, repetimos, asumir una posición beligerante defendiendo el FEES y apoyando esa “revolución” tributaria.
Deben las “ú” públicas darle insumos a los sectores populares y cívicos, a los sectores político-partidistas sanos y decentes, para que la población pueda reparar en las verdaderas causas del déficit fiscal, en los reales responsables del mismo, en las soluciones integrales y concertadas que ocupamos como sociedad; para no solamente darle toda la plata que, objetiva y realmente el FEES ocupa para los próximos cinco años sino también, para el financiamiento de una serie de programas de política pública destinados a quienes menos tienen y a quienes están en más alta vulnerabilidad social; programas al borde del caos total por su inminente paralización.
Las “U” públicas, junto al pueblo trabajador y sus organizaciones, deben asumir la histórica lucha patriótica en contra de los “Torquemada” de los recortes presupuestarios por el recorte mismo, así como en contra de los abanderados de la austeridad y la contención del gasto irracionales que nos están llevando a niveles de alta peligrosidad y conflictividad social.
Finalmente, deben las “U” públicas ayudarnos a diagnosticar la gravedad de la crisis de empleo público en importantes ámbitos de la política pública en los cuales no ha de intervenir el sector privado pues no hay lucro de por medio que ganar; ámbitos tan deteriorados por ausencia de empleo público que están generando ya pérdidas de vidas humanas, incluso. Como vemos, la lucha a favor del FEES por el FEES mismo pareciera no ser justa de cara al grave problema tributario del país que afecta a las grandes mayorías.