El fenómeno criminal crece, se mueve entre nuestra sociedad, lo que obliga una modificación sobre las forma en que se manejan números, estadísticas y resultados. Es preciso ser objetivos y dejar de lado la politiquería en torno a la seguridad ciudadana. Pero también es necesario replantearnos como sociedad qué podemos hacer, cuánto estamos contribuyendo con este descalabro social… ¿Sucumbimos ante la corrupción?
Es completamente normal que la ciudadanía se muestre preocupada al observar la sección de sucesos en los medios de comunicación masiva. El sentimiento cala más profundo cuando estos acontecimientos de violencia suceden en el mismo barrio donde se vive, o se conoce a algún familiar y/o amistad de una de las tantas víctimas que aumentan día con día.
Estamos pasando de dos a tres homicidios diarios. ¿Cuál es la razón de que se incremente el poder de la criminalidad organizada en nuestro país? ¿Qué ha cambiado en nuestro contexto social para que se presenten estas lamentables situaciones?. Si frecuentemente se anuncian grandes decomisos y presuntas desarticulaciones de narco- bandas, ¿por qué no disminuyen estas incidencias? ¿Qué están haciendo nuestras autoridades?…
Como sociedad, ¿qué estamos haciendo? ¿Acaso nos acostumbramos y dejamos de preocuparnos, para ser parte de una sociedad que perdió el norte de la solidaridad y el respeto por la vida?
Es impactante que una persona trabajadora del servicio de transporte publico manifieste en un medio de comunicación, “ya estoy casi acostumbrado a los asaltos”. ¿Acaso esto es ya una señal clara de que como sociedad nos acostumbramos y bajamos los brazos? ¿Nos dejó de conmover el dolor ajeno?
Cada día los medios nos anuncian robos, asaltos, homicidios por encargo, balaceras entre pandillas, femicidios, infanticidios, suicidios; y, mientras tanto, se hace todo un escándalo por cosas de menor importancia.
Un diputado demanda según él, porque se debió rebajar salarios; diputado, además abogado que pareciera olvidó algunas materias básicas del derecho laboral y penal. Así hay varios que se preocupan por llamar la atención de los medios, sin que se observe que se estén preocupando por la situación actual, ¿Por qué no piden explicaciones por el incremento en la criminalidad? ¿Por qué no preguntan que se está haciendo? ¿Por qué no indagan sobre lo que debería estarse haciendo y se dejó de hacer?…
Es natural en cualquier sociedad del mundo que existan situaciones ilícitas que van un paso por delante del sistema de justicia y las tácticas de prevención del crimen. Por tal motivo se deben realizar reformas a las leyes, cambios en los planteamientos operativos e implementación de nuevas estrategias para emparejar la lucha.
Debemos recordar principios objetivos que nos permitan claridad del discurso planteado. Debemos de considerar variables que entran en juego, con una serie de cuestionantes que puedan decirnos u orientarnos sobre cuáles factores se están obviando o nos estamos olvidando; evitando invisibilizar factores incidentes o recurrentes.
De qué sirve decir ante los medios de comunicación, “decomiso histórico de drogas”, si la seguridad y la paz social están socavándose. Es lamentable que un jefe policial dijera tras un reciente acto delictivo en el cual murieron tres jóvenes: “la villa es ideal para ese negocio”, en alusión al narcotráfico. Pregunto: si se conoce ese dato, ¿qué se hace al respecto?.
¿Será que además de lo analizado párrafos arriba, se deba agregar que estamos viendo el resultado de estar “administrados” por funcionarios que forman parte de un pequeño “grupo de amigos” donde algunos se “repartieron el pastel”, y se convalidaron su “carrera policial”?…será ¿qué hace falta la experticia, que solo ofrece el trabajo de campo?
Es preciso unir esfuerzos, procurar el bien común, el interés público por sobre el interés individual. Yo no me acostumbro a ver como normal lo que sucede: “el poder de uno es hacer algo”. Gandhi.