De manera contundente, una vez más, debemos expresar nuestra más fuerte crítica a la alianza que, ahora de manera descarada, se da entre la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y el empresariado autobusero; una alianza de corte corporativo en contra de las miles de personas trabajadoras usuarias obligadas del transporte público modalidad autobús. No podemos de otra forma interpretar la nueva alza tarifaria en los buses que se está anunciando.
Sinceramente nos parece escandaloso que la Aresep les apruebe a sus “socios” del empresariado autobusero una nueva alza en las tarifas de los buses, cuando éstas jamás reflejaron las siete u ocho bajas consecutivas que en los últimos meses tuvieron los precios de los combustibles, dada la caída de los precios internacionales del petróleo.
Enfatizamos en la imperiosa necesidad de que la Aresep se cierre para dar paso a otro tipo de institucionalidad en la materia que actúe con más justicia y con más transparencia.
El proceso de audiencias de la Aresep al respecto está totalmente desacreditado. Es pura “operación cosmética” de una casi que burlesca “participación ciudadana”.
Las personas usuarias del servicio de autobús y sus organizaciones a nivel local, regional y comunal, deberían cuestionarse seguir participando en este tipo de consultas espurias y dejar de legitimar con su presencia un proceso que termina siendo una tomadura de pelo. Aresep siempre le concederá al autobusero el alza que éste le está pidiendo.
El contubernio entre la Aresep y los empresarios autobuseros, ahora todavía mucho más evidente, empobrece al pueblo trabajador de ingresos salarios medios y bajos, ya de por sí en bastantes aprietos económicos por cuanto seguimos con una política de salarios mínimos en constante deterioro al no incrementarse el poder de compra de los mismos.
Lastimosamente, el actual Gobierno de la República parece “mirar para otro lado” en estos de la alianza corporativa ARESEP-empresariado autobusero, pues no le conocemos ninguna iniciativa político-administrativa, y mucho menos legal, a favor del usuario del transporte por autobús; usuario que, por cierto, también se encuentra indefenso ante el control que este mismo sector empresarial tiene sobre el Consejo de Transporte Público (CTP).