“¡Que estalle la crisis!”

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…” “¡Que estalle la crisis!” Así de contundente es el criterio, más bien el “grito de guerra social”, de la diputada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), la señora Rosibel Ramos Madrigal, fiel abanderada del fundamentalismo extremista neoliberal y enemiga jurada de las personas trabajadoras asalariadas del sector Público; quien junto a su contraparte masculina en el parlamento, el señor Otto Guevara Guth, se pasaron toda la pasada legislatura constitucional, período 2015-2016, haciendo francotiroteo contra todas las iniciativas de ley para parar el robo de impuestos en todas sus manifestaciones; y, a la vez, bloqueando a mansalva las necesarias leyes para que los que tienen más, paguen más, tributariamente hablando.

La señora diputada, como presidenta que fue de la pasada Comisión de Hacendarios del parlamento, se coludió (políticamente hablando), con el indicado legislador, para que ningún proyecto de ley en la dirección correcta apuntada en el párrafo anterior, tuviera el más mínimo avance; perversa estrategia de ambos que tiene muy contentos a los ladrones de impuestos, a los poderosos que concentran riqueza insaciablemente y hasta los operadores financieros del dinero sucio producto del crimen organizado. Al momento de escribir este artículo, parecía que ella continuaría al frente de la indicada comisión legislativa.

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, es un irresponsable, provocador, incendiario llamado a la confrontación social abierta que lanza la derecha del capital de signo extremista neoliberal que habla por la boca de la señora Ramos Madrigal y del señor Guevara Guth. Ni ella ni él están “solos” en esta cruzada de terrorismo político que ejercen con tales posiciones suyas en el actual parlamento.

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, lo afirmó la legisladora Ramos Madrigal en declaraciones para DIARIO EXTRA, el de mayor circulación nacional y el más leído del país, en la edición del pasado lunes 25 de abril de 2016 (página 10-Nacionales), pues les garantizó a sus representados y para que estos poderosos estuvieran tranquilos, que “No va a haber reforma de impuestos”, según el titular de la nota en mención.

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, nos dice que para la diputada Ramos Madrigal y sus poderosos representados por cuyos intereses ella aboga en el seno de la actual Asamblea Legislativa, es “mejor” que estalle la crisis fiscal, que el Estado central quiebre, colapse con todas sus consecuencias dramáticas en el orden humanitario, social, laboral, económico y productivo. Tal y como pasó en Grecia.

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, es un fundamento doctrinario de primer orden del extremismo ideológico neoliberal pues al estallar la crisis se abre paso a “…reducciones masivas de los impuestos de los ricos, destrucción del sindicalismo, desregulación, privatización y tercerización y subcontratación de los servicios públicos”. (George Monbiot, para ElDiario.es).

Siniestros personajes de la política internacional como el estadounidense Ronald Reagan y la británica Margaret Thatcher fueron “emblemáticos” abanderados de la tesis de que estalle la crisis, la cual traducida “a lo tico” y en boca de la señora Ramos Madrigal es que “Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, es una tesis política de corte extremista similar a la que se formula en algunos sectores de la antípoda política del pensamiento de la señora Ramos Madrigal. En el otro extremo, algunos piensan que “Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, pues que así sea dado que sobrevendrá la verdadera justicia social por la cual tantos y tantos han luchado, siguen luchando y continuarán haciéndolo.

Lo que nosotros estamos pensando es que el eje central que le pueda dar sentido a toda nuestra lucha actual debe tener como un punto esencial de apoyo (aunque no el único), todos los contenidos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Declaración Universal de los Derechos Emergentes (de esto último hablaremos en próximas entregas en este mismo espacio).

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, es una temeraria afirmación que, precisamente, colisiona brutalmente con los principios fundamentales de ambos postulados; especialmente en el primero, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la cual nuestro país es firmante original, Estado signatario de la misma desde su propia promulgación por la Organización de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948.

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, es una perversa posición extremista de derecha que debe ser combatida por la más amplia unidad cívico-patriótica, obrero-laboral y hasta por sectores productivos responsables. En el caso propio nuestro seguiremos incansablemente insistiendo en que es posible una unidad sindical en la acción para proteger, realmente, los intereses del pueblo trabajador que decimos representar y que, en teoría, presuponen un valor supremo de la lucha por la justicia social más allá del estrecho enfoque corporativista-gremial que, en ocasiones, nos hace solamente en reparar en el árbol y no en el bosque.

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, nos ofrece la estratégica posibilidad de combatir tan perversa tesis, ¡que estalle la crisis!, trabajando juntos, desde el lado obrero social (y hasta del sector productivo responsable) para “una reforma tributaria justa y equitativa y el combate tenaz al fraude fiscal que provea nuevos ingresos y contribuya primero, a recuperar esa institucionalidad pública en proceso de derretimiento y, segundo, a frenar el crecimiento de la deuda púbica”, como bien lo apunta el prestigioso académico-economista don Luis Paulino Vargas Solís, en su artículo “La ‘alianza opositora’ está detrás del palo en el tema fiscal” (ver www.anep.cr).

“Si tenemos que irnos a la crisis, vámonos a la crisis…”, es lo que prefiere la señora legisladora Rosibel Ramos Madrigal y su pareja política en la parlamento, el señor diputado don Otto Guevara Guth, porque a los poderosos sectores económicos que ambos representan no les sirve que: a) se empiece a combatir el robo de impuestos que es del orden de 8.5 puntos porcentuales del PIB; b) se empiece a parar la fiesta de exenciones-exoneraciones que anda por el orden de 6% del PIB; c) que se empiece a buscar solución a los 2.5% puntos de PIB que se dejaron de percibir en las aduanas por los tipos de TLC’s que ellos defienden (como el que nos impusieron con Estados Unidos); d) que se transparente la naturaleza de los sectores y personas que se están beneficiando con el pago de los intereses de la deuda, que por año, consume 3% de PIB; y, finalmente, que no se pueda controlar los 8% de PIB que por dinero sucio, dinero del narcotráfico, dinero del crimen organizado, pasan por la economía nacional y nuestro sistema financiero, ¡al año!, según el propio Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos: nada más y nada menos que 4.200 millones de dólares. El desafío ha sido lanzado.

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