“Laudato si”

Ha empezado a dar mucho de qué hablar. Ya se desató la polémica. Para quienes estamos de este lado de la acera, resultará imposible (irresponsable, más bien), no leerla, por lo menos.

Estudiarla sería lo mejor. Para la lucha social de la actualidad representa un arsenal de pensamiento para potenciarnos y apuntarnos, con nuevos aires, en la mejor de las causas que jamás se han emprendido: la lucha por la preservación misma del planeta Tierra y la preservación de la vida misma, de todas las formas de vida; ante la amenaza criminal y genocida más grande de la historia de la Humanidad: la extinción producto de un sistema económico degenerado, perverso, maligno como lo es el capitalismo depredador que impera actualmente y su terrorífica mortandad de la desigualdad.

Estamos hablando de “Laudato si” (“Alabado seas”), según se afirma, la primera encíclica de su propio puño y letra que ha emitido el Papa Francisco, dada a conocer la semana pasada: “Carta Encíclica del Santo Padre Francisco sobre el cuidado de la Casa Común”, que es el nombre oficial dado por el Estado del Vaticano a uno de los documentos de la Iglesia Católica más impactante de los últimos tiempos.

“Uhm… Este Papa se las trae…”, podríamos decir a lo interno de la amplia gama de la gigantesca diversidad de sectores, grupos, organizaciones, partidos, academias, etc.; que compartimos la lucha global, regional y nacional contra la anticristiana globalización neoliberal.

Pero, el “uhm… Este Papa se las trae…”, también debe estarse pensando en los centros principalísimos de poder real global, ese de la hegemonía política planetaria que representan, por ejemplo, las grandes empresas multinacionales y transnacionales; o bien, alguno o algunos de esos 90 archi-recontra-super-ricos que tienen tanta plata junta entre sí como la suma de la plata que poseen, juntas a la vez, 3.500 millones de personas: ¡la mitad de la población actual del planeta!

Lo importante es que esta encíclica ecológica del Papa Francisco ofrece una nueva perspectiva de construcción social para la articulación contrahegemónica que puede, repetimos, darle un nuevo aire a la lucha sostenida bajo el concepto filosófico-político de “Otro mundo es posible”; desde que la actual orientación de la globalización neoliberal criminal y excluyente asomara sus orejas con la llegada de la señora Margareth Thatcher al poder, en el Reino Unido, en 1979.

Con solamente reparar en los títulos de sus seis capítulos, la encíclica ecológica del Papa Francisco deviene en provocadora para el orden sistémico global que no está beneficiando a las mayorías planetarias: “Lo que le está pasando a nuestra casa”, “El Evangelio de la Creación”, “Raíz humana de la crisis ecológica”, “Una ecología integral”, “Algunas líneas de orientación y acción”; y, “Educación y espiritualidad ecológica”.

Cientos de comentarios por las redes sociales están formulándose ya y hay que acudir a la internet para poder aquilatar cuál es el impacto que está teniendo “Laudato si”. Resulta imposible pensar que en Costa Rica, dado el poder de los latifundios mediáticos coludidos con el poder político real de la hegemonía del capital, el pueblo pueda tener acceso general y universal a este extraordinario y más que oportuno pensamiento papal.

Para el célebre teólogo y pensador latinoamericano de origen brasileño, Leonardo Boff, “Laudato si” es “La carta magna de la ecología integral: grito de la Tierra/grito de los pobres”. Le recomendamos digitar en internet “La carta semanal de Leonardo Boff”, donde encontrará un extraordinario análisis de este documento papal (http://www.servicioskoinonia.org/boff/).

El padre Boff nos indica que el pensamiento del Papa Francisco en esta encíclica ecológica “…es tributario de la experiencia pastoral y teológica de las iglesias latinoamericanas que a la luz de los documentos del episcopado latinoamericano (CELAM) de Medellín (1968), de Puebla (1979) y de Aparecida (2007) hicieron una opción por los pobres contra la pobreza y a favor de la liberación”. El Papa Francisco, decimos nosotros, está “matriculado”, indudablemente “con los y las de abajo”.

A este respecto, resulta interesante percatarse de que los principales ataques al Papa Francisco por su pensamiento “revolucionario”, visto en el contexto global actual, provienen nada más y nada menos que de la derecha ultraconservadora de los Estados Unidos, especialmente de los políticos del partido de las transnacionales y de los archimillonarios, el Republicano.

“Los conservadores en EE.UU. que no son católicos y que no están muy familiarizados con la Iglesia católica y su doctrina, creen que se ha pasado de un papa conservador y de derechas a uno de izquierdas, radical e incluso marxista”, apunta el experto del AEI”.

Es ésta la opinión del señor James Pethokoukis, periodista y analista del Instituto de Empresa Estadounidense (AEI, por sus siglas en inglés), un centro de estudios conservador con base en Washington. Así lo leímos en el sitio web de noticias de BBC.com/mundo.

Lo que sucede es que es tal la magnitud perversa de la, repetimos, criminal globalización neoliberal del capitalismo depredador, que no sería nada raro que a la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948, el primer tratado internacional en la materia, se le declare “comunista”, “marxista”. Con mucha emoción y gran esperanza vamos a ver si podemos estudiar en serio la “Laudato si”.

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