Al terminar el mandato del actual Regulador General de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), Dennis Meléndez Howell, expresamos nuestra felicidad por su salida definitiva y porque como él mismo lo está reconociendo, su reelección tiene viabilidad política cero.
La gestión de Mélendez Howell ha mostrado un sesgo profundamente empresarial y, por el contrario, un gran abandono y una enorme desconsideración para con las personas usuarias de los servicios públicos regulados por la ARESEP; pero más cruelmente, con la población trabajadora usuaria de los servicios de autobús.
Los usuarios del servicio público de transporte modalidad autobús han sido los mayores perjudicados por la gestión de Meléndez Howell, misma que siempre estuvo a favor de los intereses del gran empresariado autobusero del país, en concordancia con el gran peso político-fáctico real que este poderoso gremio corporativo representa en la política nacional.
Los “errores de cálculo” de la ARESEP en tarifas de autobús elevadas injustamente a favor del empresario y en contra del usuario; así como la sospechosa tardanza en aplicar rebajas en las tarifas de autobús pese a la sistemática caída del precio internacional del petróleo y de rebaja en los combustibles, desenmascararon la naturaleza política de la ARESEP para dejar claro que su carácter “técnico” siempre la emprendió contra los usuarios de los servicios de autobús.
Los exabruptos políticos que viene cometiendo la ARESEP de Meléndez Howell, la condujo a una serie de tropelías y de potenciales prevaricatos, contraviniendo la legislación internacional que en materia de Derechos Laborales y de Negociación Colectiva, el país juró respetar dada su pertenencia a la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La ARESEP de Meléndez Howell ejecutó derogaciones de facto que esperamos no queden impunes pues son parte esencial de una denuncia internacional que haremos en fecha próxima al respecto.
El sistema salarial de la ARESEP en su alta cúpula político-jerárquica sí constituye un verdadero sistema de privilegios odiosos que, dado el carácter político de la gestión de la ARESEP del señor Meléndez Howell, no fue objeto de atención por parte de los latifundios mediático oligárquico-neoliberales, dada la comunidad ideológica entre ambas partes en el marco de la actual cuestión del empleo público.
Finalmente, formulamos un vehemente llamado a la honorable Asamblea Legislativa, a los señores diputados y a las señoras diputadas para que aprovechando la feliz circunstancia de que se termina el mandato de don Dennis Meléndes Howell, al frente de la ARESEP, consideren, al menos, lo siguiente:
PRIMERO: Ya que no es posible cerrarla del todo (como lo deseamos en la ANEP), al menos se revise su actual estructura jurídica para ver si se pueden introducir algunos mecanismos de verdadera y efectiva protección del usuario de los buses, ante el poder fáctico real que ejerce el gran empresariado corporativo autobusero en materia de fijación de tarifas, en materia de la corrección de los “errores técnicos” de la ARESEP y en el campo de la sospechosa tardanza en aplicar las rebajas de esas tarifas que se deberían agilizar a partir de las sensibles bajas de los precios internacionales del petróleo.
SEGUNDO: Definan un nuevo sistema salarial en la ARESEP, al menos para su alta cúpula político-tecnocrática, la cual gana más que el salario de los actuales diputados y las actuales diputadas.
TERCERO: Que mantengan un gran control político preventivo a fin de que la persona sustituta del señor Meléndez Howell, no que pertenezca al actual grupo de poder que controla la ARESEP, a ver si acaso los usuarios de los servicios públicos regulados por esta entidad, pudieran tener mejores condiciones de defensa real, en especial, los de los buses.