Por: Albino Vargas Barrantes
Secretario General de la ANEP
El último dato que hemos venido manejando en cuanto al valor de un punto porcentual del PIB, en el caso de la economía costarricense, es de 350 mil millones de colones. Aunque se haya reducido (a raíz de la crisis fiscal en desarrollo); o que haya aumentado según el crecimiento económico de los últimos meses, lo real es que para el ciudadano común esta es una cantidad inmensamente grande y de difícil comprensión, desde nuestra perspectiva de mortales ciudadanos ubicados en las afueras del poder real.
Si tomamos esa cantidad de 350 mil millones de colones y lo multiplicamos por 13,3, tenemos esta otra cifra, cuya magnitud es de dificilísima asimilación: 4.655.000.000.000. En letras, 4 billones, 655 mil millones de colones.
Si tomamos esa cantidad de 4.655.000.000.000 (13,3 puntos PIB) y la dividimos entre los 365 días del año que acaba de comenzar, nos da este resultado: 12.753.424.657: doce mil setecientos cincuenta y tres millones, cuatrocientos veinticuatro mil seiscientos cincuenta y siete colones. Redondeemos: 12.754 millones de colones, ¡cada 24 horas!
¿A qué vienen estas grandes cifras? ¿Qué tienen que ver con cada persona ciudadana costarricense? ¿Qué tiene que ver, por ejemplo, con la clase trabajadora asalariada? ¿Qué tiene que ver con el micro, pequeño y mediano empresariado nacional? ¿Qué tiene que ver con la gente sin empleo y la que está en la informalidad de la economía? ¿Qué tiene que ver con la juventud sin trabajo? ¿Qué tiene que ver con las mujeres trabajadoras jefas de hogar?, etc., etc.
¡Demasiado! Pues, nada más y nada menos que los y las de abajo tenemos que ponerla y/o ya lo estamos haciendo, considerando que el sistema tributario costarricense es, hablando desde el punto de vista social, criminalmente injusto.
Según los especialistas afines al actual binomio gobiernista Alvarado-Piza, especialmente los de carácter económico y su prensa afín, para este 2019 el país se enfrenta a esta realidad macrofiscal monstruosa: las necesidades de financiamiento del Gobierno para este año 2019 andan por esa cifra: 13,3 puntos PIB.
Por un lado, nos dicen que se deben honrar compromisos de pago de deuda adquirida tiempo atrás y que vencen, precisamente en este año 2019, por el orden de 6,8 puntos PIB. Esto es dos billones trescientos ochenta mil millones de colones: 2.380.000.000.000.
Entonces, cada día de estos 365 del 2019, el Gobierno tiene que hacer pagos de deuda pública por el orden (redondeado) de los 6.521.000.000: seis mil quinientos veintiún millones de colones, ¡cada 24 horas! Y, por tanto, cada hora, 272 millones de colones, también redondeado.
Por otro lado, 6,5 puntos PIB es la cifra del nuevo déficit fiscal para este 2019, otra estrambótica cantidad: 2 billones 275 mil millones de colones: 2.275.000.000.000. Por día, redondeado, 6 mil 233 millones de colones: 6.233.000.000. ¡260 millones de colones por hora!
¡Abruma tanto número y esas cantidades tan grandes! Resumiendo: cada hora, de cada día, de este año 2019, el Gobierno tiene que: a) desembolsar 272 millones de colones para pagar deuda de vencimiento en este 2019; b) buscar plata fresca-endeudarse, dado el déficit fiscal de 6,5%, por 260 millones de colones por hora, para funcionar al mínimo.
Por hora, ¡532 millones de colones! Cifras para arriba, cifras para abajo (por efectos matemáticos del redondeo). Eso es lo de menos, pero la cantidad es impresionantemente enorme.
En tal sentido, uno tiene que concluir que, con esos números, tanto el pago de la deuda como enfrentar el nuevo déficit nos van a estrangular en este 2019; estrangulamiento que, por supuesto, hemos de sufrir las grandes mayorías trabajadoras y ciudadanas de este país.
¿De dónde va a sacar el Gobierno 532 millones de colones frescos durante cada hora de este 2019? Si el paquetazo de impuestos -combo fiscal- que le impusieron al pueblo, de manera truculenta, es apenas (y esperando que funcione a plenitud; y que los que roban impuestos no roben más), de apenas 1,2%; ¿cómo van a conseguir el restante 12,1% puntos PIB para llegar al 13,3 que afirman se necesita para este año…?
¿Incrementar la senda del empobrecimiento salarial, reduciendo todavía más los reajustes al salario mínimo (en el caso del sector privado); en el público, eliminando las anualidades y el salario escolar? Y, en este caso, ¿despidiendo, masivamente, empleados públicos? ¿Cuántos? ¿De qué sectores…?
Nada de esto ayudaría al manejo del déficit y de la deuda. Por el contrario, más dolor, más sacrificio, más violencia y más exclusión será lo que sobrevendría. Entonces, ¿vender los pocos activos rentables que todavía siguen siendo de propiedad pública…?
Si todo esto no fuera así (difícil de creer otra cosa, dado el carácter ideológico de los que comandan, hegemónicamente, la actual Administración), el nuevo endeudamiento que quiere el binomio Alvarado-Piza, de 6 mil millones de dólares, ¿para qué sería? ¿Para pagar esos vencimientos de deuda de este año 2019 y para atajar el crecimiento del déficit…?
Estamos ya en un círculo vicioso infernal: endeudarse para pagar deuda, en esencia. ¿Por qué? Porque la naturaleza de clase de la actual hegemonía en el poder (y en el gobierno) no estará jamás dispuesta a lo que realmente nos ayudaría a salir del problema sin grandes sacrificios sociales: acometer la estratégica e históricamente pendiente tarea de la transformación tributaria estructural. Esto solo será posible con un contrapoder cívico-social y patriótico que todavía no ha podido conformarse, aunque la materia prima sobra…