Por: Albino Vargas Barrantes
Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)
Piense en esta cantidad: 20 mil 468 millones, 800 mil dólares. En números, así: 20.468.800.000. Ahora, imagínesela en colones (a 615 por dólar): 12 billones, 588 mil 312 millones. En números, así: 12.588.000.000.000.
Ahora, piense en esta otra cantidad: 12 mil 351 millones, 200 mil dólares. En números, así: 12.351.200.000. Si la pasamos a colones, nos da esto: 7 billones, 595 mil 988 millones. En números, 7.595.988.000.000.
¿Verdad que son cantidades gigantescas, de difícil comprensión? ¡Pues sí! Es plata-platica y toda está en Costa Rica.
Los 20 mil 468 millones y resto de dólares (o los casi 13 billones de colones), son la “tenencia de los bancos de activos en moneda extranjera”. Y, los 12 mil 351 millones y resto de dólares (o, los 7 y medio billones de colones), representan “depósitos del público en moneda extranjera en los bancos”.
Tales datos nos los suministró don Eduardo Prado Zúñiga, Gerente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), ante pregunta nuestra. Representan un corte a setiembre del año pasado 2018. El BCCR le llama a esta información “Depósitos del público y tenencia de activos de los bancos comerciales en moneda extranjera”.
Al hablar de bancos comerciales, incluye a los privados y a los del Estado (éstos, ahora meramente comerciales pues hace tiempo dejaron de ser promotores del desarrollo para la inclusión social).
Si ya estos datos son impresionantemente conmovedores, desconocidos por toda la ciudadanía y, especialmente, por el pueblo trabajador, y si usted se impresionó al conocerlos; uno queda atónico al contrastarlos con los datos del año 2010, de hace sólo 8 años, también comprendidos en el informe que nos dio don Eduardo.
Los bancos aumentaron sus depósitos pasando de 10 mil 222 millones, 900 mil dólares, en 2010, a los indicados 20 mil 468 millones, 800 mil dólares (setiembre pasado). Es decir, en 8 años los banqueros aumentaron sus depósitos en moneda extranjera en un ¡100 por ciento!
En lo que respecta a los “depósitos del público en moneda extranjera en los bancos”, en ese mismo período de 8 años, pasaron de 7 mil 711 millones de dólares, a los que arriba citamos 12 mil 351 millones, 200 mil dólares. O sea, hubo un incremento de un ¡60 por ciento!
Si ya había conciencia en la mayoría de la ciudadanía costarricense de que la desigualdad es un angustiante problema nacional, ¿puede alguien afirmar actualmente que no sea el número 1 ¡Por supuesto que sí es el número 1! Esta es nuestra convicción categórica.
¡Qué locura! Al sumar los “depósitos del público y tenencia de activos de los bancos comerciales en moneda extranjera” y la “tenencia de los bancos de activos en moneda extranjera”, tenemos la no menos impresionante cifra de 32 mil 820 millones de dólares… ¡una cifra similar al monto total de la deuda pública nacional!
Definitivamente que ocupamos transformaciones estructurales desde el punto de vista de la distribución de la riqueza y de la distribución de los beneficios del crecimiento económico.
¿Cómo no va a ser real estar, con estos datos, en el top ten de los países más desiguales del mundo?
¿Cómo podemos ser, en tal caso, una nación tan políticamente hipócrita si nos convertimos en el primer país del mundo en firmar unpacto nacional por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), conocida comúnmente como la Agenda 2030? Sucedió en el gobierno anterior y, ¿qué hay a hoy?…
Recordemos que los ODS son una agenda de 17 objetivos planetarios en salud, trabajo, educación, ambiente, paz, justicia, igualdad, equidad… adoptada en 2015 por los 193 estados miembros de Naciones Unidas y que deberá concretarse en resultados al año 2030.
“Reducción de las desigualdades” es el ODS número 10, que tiene, a su vez, entre sus metas, de aquí a 2030, “lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional” … “Adoptar políticas, especialmente fiscales, salariales y de protección social, y lograr progresivamente una mayor igualdad”. ¡Ni lo uno ni lo otro se está haciendo! Más bien, todo lo contrario.
Acaba de ser firmado en el país, siguiendo el modelo del tripartidismo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el“Memorándum de Entendimiento para la puesta en marcha del Marco de Cooperación Técnica de la OIT: Programa de Trabajo Decente para Costa Rica 2019-2023”; mismo que tiene como uno de sus resultados a lograr éste: “Las instancias de diálogo nacional…, con el apoyo de la OIT, mejoren su capacidad de llegar a acuerdos y a la efectiva implementación de su agenda, tomando en cuenta los ODS”.Recalcamos y subrayamos: “…tomando en cuenta los ODS”. ¡Qué utopía!
En nuestro criterio y dada la actual situación sociopolítica y económica del país, con la desigualdad y la exclusión social avanzando de manera indetenible, con un mayor distanciamiento entre el gobernante y los gobernados, con el alto corporativismo megaempresarial controlando la hegemonía política ejecutivo-parlamentaria del país, así como con los impresionantes datos de la acumulación de capitales en moneda extranjera que reporta el Banco Central; para el sindicalismo nacional (el firmante de ese memorándum y para el que no lo hizo), no hay mayor reto (tanto en la mesa como en la calle), que el que señala ese ODN No. 10: “Reducción de las desigualdades”. Al menos, la corriente sindical en la cual militamos tendrá este desafío como una de sus máximas prioridades de nuestra lucha actual.