Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
Por supuesto que existe un importante grupo de personal en el Ministerio de Hacienda que desempeña su quehacer con gran honradez, con suma ética y honrando el real significado de la transparencia en la función pública.
Sin embargo, las manzanas podridas de la corrupción están ganando la partida en ese ministerio .
Siempre hemos estado afirmando que la corrupción con ropaje legal o sin él, está carcomiendo la institucionalidad pública.
Además, que la perversa alianza de lo que está torcido en lo público, al juntarse con lo no menos podrido de lo privado, en materia de negocios con la cosa pública, nos lleva al despeñadero como sociedad.
En menos de una semana, tres noticias surgidas de cosas malas que están sucediendo en el Ministerio de Hacienda, provocan fuerte conmoción ciudadana; al punto de que la transparencia del quehacer de esta institución sufra de manera casi que irreparable.
Impactados quedamos al recibir un escrito anónimo firmado bajo el notario concepto de “Funcionarios NO CORRUPTOS del Ministerio de Hacienda”; grupo que da una versión distinta acerca del caso de los varios miles de millones de colones que le “perdonaron” a la transnacional Standard Fruit Company, bajo la amnistía que impuso la ley 9635, el combo fiscal, la del “fallo constitucional de compadre hablado”.
En ese escrito se dan criterios para dudar de que esa multimillonaria amnistía fuese éticamente correcta, para decirlo de manera decente.
Que un grupo de funcionarios del Ministerio de Hacienda se catalogue a sí mismos como “NO CORRUPTOS”, expresa la cruel admisión de la existencia de un funcionariado corrupto en esta entidad conspirando contra toda la sociedad; en evidente asociación con ese importante segmento del corporativismo de los negocios privados que están inmersos en las sucias prácticas de la evasión tributaria; segmento al que estamos catalogando como “empresaurios”.
La segunda noticia de que el binomio corrupto público-privado está reinando en el Ministerio de Hacienda, es el impactante dato de la “desaparición” de 13.000 mil contenedores dado a conocer por parte del mismísimo Director General de Aduanas.
Para que sigamos estupefactos con esto de la corrupción en el Ministerio de Hacienda, agregamos la información de que varios funcionarios viajaron al extranjero con financiación de empresas privadas, las cuales pretendían -presuntamente-, algún tipo de trato “especial” en el ámbito tributario-Fiscal.
Parece que la sociedad está indefensa ante el desmadre que ocurre con la evasión fiscal y tributaria en Costa Rica.
El inventario de este desmadre fiscal-tributario que impera en el Ministerio de Hacienda no acaba aquí, con estos tres incidentes sucios de corruptelas en el Ministerio de Hacienda. Hay mucho más…
La responsabilidad política de la Ministra de Hacienda es inobjetable. La señora Rocio Aguilar Montoya debe dar la cara.
Aunque sabemos que la ideología que ella profesa es totalmente proclive a la hegemonía de lo privado, es innegable que frente a sus narices están ocurriendo graves fraudes ético-jurídicos tributarios descomunales, cuyo abordaje directo y contundente no puede eludir.