El proyecto ideológico-económico que se viene impulsando desde el pasado 8 de mayo de 2018 no debe generarnos duda alguna de su naturaleza excluyente, de su visión sectaria y de su propensión autoritaria.
Luego de muchos años de intentarlo y de abogar por ello de las más diversas formas, muchas de ellas contrarias a la más elemental ética en materia de práctica transparente de la libertad de expresión, reproductoras fieles de la propaganda goebbelsiana; el latifundismo mediático del capital neoliberal con su práctica de periodismo de odio, está gobernando; impulsando las diversas acciones de su proyecto de política pública, tanto ejecutivas como legislativas, para constitucionalizar (de facto, por supuesto), su disciplinamiento-ordenamiento de nuestra sociedad bajo los más fundamentales dictados del neoliberalismo.
Dicho proyecto, de un rabioso antisindicalismo al que percibe como su enemigo natural al punto de merecerle impulsar la desaparición total de las organizaciones obrero-sociales de esta naturaleza (y ya trabaja en ello); también ha venido generando rechazo político-social de diversa naturaleza y amplia base.
Las personas que en los actuales momentos de la vida nacional estamos ocupando posiciones sindicales de dirigencia, sin importar el rango y/o la dimensión de la agrupación obrera en la cual militamos, hemos sido colocados en una de las etapas más cruciales de la institucionalidad republicana; quizás, la más determinante luego de los acontecimientos de los años 40 del siglo XX.
La otra acera tiene total convicción de que este gobierno es la viabilización política, por excelencia, de la materialización ideológico-hegemónica que estaban, ansiosamente, esperando durante los últimos 30 años: su egoísta y codicioso sueño de extermino de lo público como preponderante en el orden social, para dar paso a la entronización del mercado, de la “libre” competencia y de la total provisión privada de los más rentables servicios públicos todavía con carácter de propiedad pública.
Los esfuerzos máximos de toda la dirigencia sindical nacional de la actualidad, en sus diversas expresiones organizativo-políticas, legales o coyunturales, pueden mostrar el potencial de ese poder social latente en la sociedad y que tiene en la figura sindical, un fuerte vehículo de expresión cívico-patriótica; para conjuntarse con los otros sectores y fuerzas que, desde otros ángulos, están con enorme preocupación por la ofensiva neoliberal que sale desde la Casa Presidencial y desde la Asamblea legislativa.
Le parece a uno que, en términos generales, las dirigencias sindicales están coincidiendo en una lectura compartida de la actual coyuntura político-histórica del país, así como la naturaleza del desafío gremial-corporativo que tal escenario representa.
Creemos que anida en la dirigencia sindical nacional actual una inteligencia colectiva con fuerte perspectiva obrero de carácter integral; que existe una convicción amplia en cuanto a que la gente de la otra acera no tendrá conmiseración alguna; y que, en ofensiva abierta, como ya lo están desde el Poder, la timidez, la ingenuidad y/o una apuesta “gremial-salvacionista”, terminará siendo consumida más temprano que tarde.
Es de esperar que otros sectores no sindicales y cívico-patrióticos también habrán de manifestarse este primero de mayo.
No importa si convocan en un lugar A, o en un lugar B, o en un lugar C; lo importante es la salida a La Calle (pongámoslo en mayúscula), pues es La Calle el terreno más que legítimo para que “los y las de abajo” (de lo cual, los sindicatos apenas somos una parte), muestren el potencial de una articulación de nuevo tipo, a partir de una agenda que integre, que sume, que convoque.
Algunos pensamos que la celebración histórica del primero de mayo, en el caso costarricense, debe obligarnos a honrar la conmemoración patria (junto a la obrero-mundial); cual es esa del triunfo del pueblo costarricense en favor de su soberanía, con ocasión de la derrota definitiva, el primero de mayo de 1857, de la primera incursión seria por estas tierras latinoamericanas del naciente expansionismo estadounidense.
Por eso nos congregaremos al pie de la estatua del Héroe Nacional y Libertador de la Patria, don Juan Rafael Mora Porras, don Juanito Mora.
Otras corrientes sindicales están destacando que este año 2019, se celebran los primeros 100 años de existencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Válida motivación que también nosotros avalamos.
Al salir éstos del Parque La Merced y los otros del Correo Central, esta manifestación obrero-patriótica se juntará en el Parque Central; muestra más que simbólica de que partiendo desde distintos puntos es posible el caminar juntos.
Algunos grupos patrióticos han decido congregarse al pie del Monumento Nacional. Su enojo cívico, compartido plenamente desde la perspectiva sindical, también está destinado a confluir en esta hora crucial en que la Patria está llamando a la preservación del mejor legado acumulado, hoy puesto al servicio del mejor postor.