Rodrigo Chaves Robles, el ya “renunciado” Ministro de Hacienda indicó en su carta de abandono del puesto lo siguiente: “Mantengo las banderas que enarbolé cuando asumí el Ministerio, es decir un compromiso genuino con la lucha contra la evasión fiscal, el comercio ilícito, la corrupción y en favor de la responsabilidad fiscal. Sin duda, estas son áreas que tocan intereses y sensibilidades profundas”.
Sostenemos que no fue consecuente con esta prédica; sin embargo, lo que nos interesa resaltar porque vale mucho para nuestra causa por la justicia social real en la maltrecha democracia costarricense, es que él apuntó que “se tocan intereses y sensibilidades profundas” cuando se debe emprender “la lucha contra la evasión fiscal, el comercio ilícito, la corrupción y en favor de la responsabilidad fiscal”. Lo dejó por escrito quien por 25 años ha sido funcionario del Banco Mundial y, por tanto, buen conocimiento tiene de los temas tributario-fiscales en países como el nuestro.
Y es que aquí está el punto central y medular de la grave crisis fiscal que vive el país: un sistema tributario perversamente regresivo y espantosamente corrupto al punto de que, anualmente, entre 15 y 16 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), se les van de las manos al fisco por la maraña del relacionamiento ilegal, de esa podrida colusión entre lo público y lo privado de la situación tributaria del país, que son “…áreas que tocan intereses y sensibilidades profundas”.
El señor Chaves Robles dijo la mitad de lo que debió indicarle al país. Le faltó indicar, explícitamente, que esas “…áreas que tocan intereses y sensibilidades profundas”, son hoy en día un fuerte factor de poder real que tienen enorme peso político tanto en el seno de la Asamblea Legislativa como en la propia Casa Presidencial.
Es más, creemos que más allá de los “errores” políticos del hoy exministro de Hacienda, esas “…áreas que tocan intereses y sensibilidades profundas” son comandadas por el empresauriado evasor de impuestos mediando las más diversas y creativas maneras, legales e ilegales; además de que importantes segmentos de ese empresauriado fraudulento ubicado en el sector bancario-financiero del país, gestiona dinero sucio proveniente del crimen organizado y del narcotráfico. Por algo será que, al momento de la llegada de la pandemia al país, los bancos tenían cerca de 35 mil millones de dólares en depósitos del público; ¿cuál público?
Esta circunstancia, descaradamente tolerada y tutelada por los últimos gobiernos, incluido el actual, es la que mueve nuestra feroz resistencia a que se siga sacrificando a la clase trabajadora, tanto la pública como la privada, así como a la micro-pequeña y mediana empresa, obligándola a pagar los efectos de la crisis fiscal en desarrollo.
El congelamiento salarial para el sector público anunciado por el sucesor de don Rodrigo Chaves Robles, don Elián Villegas Valverde, este pasado día lunes 1 de junio, que le será impuesto a toda la clase trabajadora estatal, ha sido rechazado fuertemente por parte de la corriente sindical en la cual militamos, precisamente por su profunda injusticia; misma que queda en evidencia al contrastar la maléfica realidad del fraude tributario que hay en el país, el cual incluye el comercio ilícito y la corrupción, tal y como explícitamente fue mencionado por el ahora exjerarca hacendario en su carta de renuncia.
Si esos 15 o 16 puntos PIB anuales que, en los últimos años, han venido faltando en la hacienda pública y que, por tanto, fueron reemplazados por diversos tipos de endeudamiento tanto a nivel nacional (colocación de bonos en la Bolsa Nacional de Valores), como internacional; ahora están generando una profunda crisis fiscal agravada por la pandemia; entonces las verdaderas responsabilidades políticas deben señalarse con el dedo acusador de una ciudadanía en proceso de empobrecimiento, estafada políticamente hablando una y otra vez, agobiada por altos impuestos y la no menos alta carestía de vida; y, ahora, extorsionada en lo social, lo económico, lo psicosocial y lo emocional por la grave crisis derivada del covid-19.
Continuaremos por esta senda de combate frontal a esta criminal política neoliberal del fraude fiscal y en contra del abusivo poder del empresauriado corrupto. Es la misma democracia lo que ya están poniendo en juego cuando han decidido jugar con el hambre de la gente.