El próximo directivo obrero de la Caja

Albino Vargas Barrantes, Secretario General (ANEP)

Aún conmovidos por la irreparable pérdida de don Mario Devandas Brenes, corresponde a las principales corrientes sindicales la designación de su reemplazo en el seno de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Nueve son las personas que componen lo que supone es el máximo organismo de dirección política de la más importante institución de bienestar social del pueblo costarricense.

Tres personas son de designación directa del gobierno de turno (una de las cuales ocupará la presidencia ejecutiva); otras tres, representan al empresariado corporativo organizado en el sindicato patronal de mayor renombre; y las tres restantes para completar los nueve escaños, se distribuyen así: uno, nombrado por el movimiento solidarista; otro, por el cooperativismo; y, finalmente, el que designan los sindicatos.

En este último caso, los sindicatos que pretendan participar en la designación del próximo directivo obrero de la Caja, lo serán aquellos que ya habían tomado parte en la designación de don Mario Devandas Brenes (q.d.D.g.), pues se trata de nombrar a alguien para que termine su período. Esta es nuestra interpretación de la regulación administrativa en la materia.

Como corriente sindical representativa de varios miles de personas trabajadoras asalariadas tanto del sector Público como del Privado, todas las cuales son cotizantes del sistema de seguridad social representado por la Caja; nos sentimos con la suficiente autoridad ética y moral para plantear lo siguiente:

Aspiramos a que logremos consenso interno entre las fuerzas sindicales participantes de la indicada designación, hoy profundamente divididas por intereses personalistas y de gremialismo-corporativo de corto plazo; nombrando a una persona con suficiente credibilidad entre esos sectores sindicales y que tenga la suficiente claridad de las amenazas que se ciernen sobre la Caja Costarricense de Seguro Social.

Además, que tenga la suficiente valentía y el coraje político para actuar en el seno de un cuerpo directivo donde casi siempre será 8 a 1, debido al alineamiento imperante con relación a los anti-valores de la hegemonía político-económica dominante del acontecer nacional.

Pensamos que esta persona deberá establecer un proceso constante de comunicación con los sectores sindicales que le habrían designado, de tal suerte que se procure establecer un proceso de seguimiento de los grandes asuntos de la Caja, habida cuenta del gran peso de ésta en la vida de miles y de miles de personas trabajadoras y sus familias, tomando decisiones que les afectarán seriamente, tanto en el corto como en el mediano plazo.

Es criterio nuestro que nunca como antes y desde su fundación, la Caja tiene el más grave peligro de su historia; que sus enemigos, tanto internos como externos, hoy están sumamente empoderados. Que los anti-valores del negocio con la salud de las personas, ha llevado a muchos mandos tecnocrático-jerárquicos a pervertirse y a corromperse, generando pérdidas multimillonarias a la seguridad social representada en la Caja.

Tendrá el nuevo (y único) directivo obrero de la Caja que comprender que hay extra-poderes a la propia directiva de la institución y que, en no pocos casos, se lleva a su seno los asuntos por resolver ya “cocinados”, con tráficos de influencias en desarrollo. Estas circunstancias le deben llevar a plantear las denuncias correspondientes para lo cual su constante comunicación con los sindicatos será esencial.

Además, esta persona representante que se ha de designar, debe tener la suficiente fuerza crítica propia para comprender que la Caja Costarricense de Seguro Social es del pueblo trabajador, no de los sindicatos, ni siquiera de los sindicatos que le han respaldado para que ocupe ese escaño.

El acuerdo-consenso en ese nombre es clave en estos momentos cruciales de la desestructuración ideológico-política del proceso de desmontaje del Estado Social de Derecho que nos fue heredado y del cual la Caja ha sido bastión insigne.

No lograr tal consenso intra-sindical, es darle la posibilidad a Alvarado y su deslegitimado gobierno de imponer el 9 a 0 en todas las sensibles decisiones que ha de tomar la directiva de la CCSS, designando en sustitución del irremplazable don Mario Devandas Brenes, a un elemento alineado. Esto sería de gran perjuicio para la Caja y para todo el pueblo trabajador que ocupa sus estratégicos y vitales servicios.

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