Con toda sinceridad, reciba nuestra felicitación, don Luis Guillermo Solís Rivera, al ser electo usted como nuevo Presidente de Costa Rica. Ha recibido usted un mandato sumamente legítimo y robusto, aunque con un enorme segmento ciudadano abstencionista que no fue a votar el pasado domingo 6 de abril de 2014.
Entonces, tiene usted un reto doble: para quienes le dieron ese fuerte e inobjetable mandato, deberá demostrarles que no se equivocaron, que no serán estafados otra vez, políticamente hablando, que usted es la personificación del “cambio” por el que tanto ha venido clamando una ciudadanía harta de tanta política macroeconómica contraria al bien común, promotora de una ruin desigualdad y generadora de tanta exclusión social y precariedad laboral y salarial.
La otra parte de ese reto doble que usted ya tiene encima, es lo que representa esa gran cantidad de ciudadanía que no fue a votar porque, en términos generales, la política del bipartidismo clásico (ahora alicaído), la alejó del ámbito electoral y la “convenció” de que no vale la pena ir a votar, de que nada ha de cambiar y de que “todos son lo mismo”.
Entonces, su doble reto, señor Presidente (electo), lo resumimos así: demostrar en lo cotidiano y en lo concreto, el “cambio”; y, a la vez, demostrar que con usted y con quienes le acompañarán en la gestión gubernativa, nada que ver con eso de “todos son lo mismo”.
Hay cambiar la injusta circunstancia de que a 6 de cada 10 personas trabajadoras, se les violentan sus derechos laborales básicos. Usted puede cambiar esto: quítele el irracional veto que le interpuso la ya saliente y desacreditada mandataria a la Reforma Procesal Laboral (RPL).
Hay que cambiar el sistema de impuestos para que paguen más los que más tienen y podamos emprender el camino de una progresividad tributaria. Para ello, usted ya conoce la propuesta social-sindical “Hacia una reforma fiscal para el desarrollo y la reactivación del empleo”. Usted verá cómo, sin ponerle más impuestos a la “gente de abajo”, su gobierno tendrá muchos ingresos frescos para que usted haga una buena gestión.
Hay que cambiar la política con respeto a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), para liberarla de la especie de secuestro en que la tienen grupos corporativos, internos y externos, mismos que han venido pervirtiendo sus fines originarios; transformado las necesidades de tener un buen servicio de salud pública para el pueblo trabajador, en fuente de lucro privado con el negocio de la salud; hasta el punto de dejar morir un bebé en un quirófano público para operar a otro en un hospital privado donde la “paga es muy buena”, y doble, porque se sigue ganando el salario de la Caja.
Hay que cambiar para que el país tenga asegurada y tenga el pleno control de la soberanía energética nacional, fortaleciendo al ICE y a Recope, a fin de que coadyuven en el desarrollo y la expansión de una industria nacional de biocombustibles.
Hay que cambiar la orientación del sistema financiero, redireccionándolo hacia el sector productivo nacional en su conjunto y sin exclusiones, tanto las dirigidas al mercado externo como las dirigidas al mercado interno; cambio que debe considerar flexibilización de indicadores y una regulación financiera diferenciada; así como imponer requisitos de desempeño social, ambiental y productivo.
Señor Presidente (electo): Usted ha generado una enorme cantidad de expectativas de “cambio”. Evidentemente, esto tiene una serie de diversos contextos sociopolíticos por venir. Pero de algo estamos seguros: El reto del “cambio”, sí es verdadero, no hará que el “status quo” afectado se quede quieto. ¿Ha pensado ya cómo se va a enfrentar al mismo?..