Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
El ministro de Hacienda, Nogui Acosta Jaén, ha indicado que el pago de intereses de la deuda pública es “insostenible”. Desde el punto de vista de nuestra perspectiva de la realidad nacional, eso quiere decir que el país no puede seguir soportando esa carga financiera.
Según los datos por él aportados, durante los primeros nueve meses del presente año 2022 (enero a setiembre), el pago de intereses de la deuda pública consumió recursos públicos por el orden de 1 billón 753 mil 627 millones de colones. Si lo ponemos en números se ve así: ¢1.753.627.000.000.
Si tomamos esa gigantesca cantidad de plata y la dividimos entre 9 (los primeros nueve meses de este año 2022), tenemos que cada mes se ha estado pagando, la también impactante cifra de 194 mil 847 millones 444 mil 444 colones cada 30 días.
En cifra así: 194.847.444.444. Hagámoslo simple: ¡195 mil millones de colones mensuales en intereses de la deuda pública!
Y, al promediarlo por pago diario, cada 24 horas, los intereses de la deuda pública consumen 6 mil 500 millones de colones (¢6.500.000.000). Más cruel todavía. Noten ustedes: 270 millones de colones por hora. Digan ustedes si esto, además, no es inmoral.
¡Claro que esto es insostenible! Pero, vayamos más allá: esta realidad es socialmente criminal, abusiva, extorsionante y expoliadora.
Específicamente, esta realidad es socialmente criminal porque son dineros que con urgencia se necesitan para atacar el retroceso que experimenta el país en integración social y en atajar el crecimiento de la desigualdad que se ha vuelto sistémica.
Nosotros, que llevamos ya demasiado tiempo denunciando esta barbaridad y que no nos cansaremos de hacerlo, no salimos de nuestro asombro y estupefacción al contemplar la gélida reacción de la clase política tradicional (y la recién llegada al “club”), ante esta realidad socialmente criminal del pago diario, abusivo, obsceno y escandaloso, de los intereses de la deuda pública.
Impresiona, por ejemplo, el silencio sepulcral en la actual Asamblea Legislativa, considerando que la misma muestra figuras políticas, de uno y otro signo que, precisamente, lograron escaños parlamentarios montándose en fuerte crítica a la clase política tradicional, esa que es la responsable directa de esta debacle socioeconómica y financiero fiscal en desarrollo, que es el pago diario de intereses de la deuda pública.
Aunque sea en “solitario”, reiteramos que mantener el dedo en el renglón del tema de la escandalosa deuda pública y del no menos escandaloso pago diario de intereses, es una posición correcta desde el ángulo de visión que da el sindicalismo sociopolítico en el cual militamos.
Es más que imperioso un proceso político de auditoraje de esa deuda pública que nos permita obtener algún nivel de claridad y de transparencia, en cuanto a: su gestación, en determinar sus responsables político-gobiernistas de las últimas Administraciones, en la identificación de sus agentes financiero-bursátiles y sus conexiones con la clase política tradicional; y, además, su vinculación con la caótica situación de un sistema tributario que golpea a los sectores medios y bajos de la sociedad y facilita el reino de la impunidad en las alturas de los núcleos acumuladores de riquezas. ¡No nos cansaremos!