Abro comillas: “Quiero anunciar que me pongo a las órdenes del Ministerio Público para declarar sobre todo lo que sé al respecto de la empresa Beta Matrix que utiliza Leonel y sobre el traspaso de 65 millones de dólares que se hizo a Panamá, entre otras cosas”. Cierro comillas.
Esas manifestaciones son de la señora Yafit Ohana Beladel, esposa del reconocido y hoy más afamado que nunca, banquero don Leonel Baruch Goldberg. Ambos sostienen una controversia familiar que ya es de amplio conocimiento público. Ella hizo tales manifestaciones del total dominio público por las redes sociales y han circulado por diversos medios de comunicación colectiva.
Don Leonel es, sin lugar a dudas, un personaje de renombre en el mundo de las finanzas costarricenses. Un caballero inmerso en los vaivenes del capital financiero nacional y, por ende, tiene muchísimo conocimiento del teje y maneje del mismo.
Como se habrán dado cuenta las personas lectoras que nos honran leyendo nuestros más recientes comentarios aparecidos en esta prestigiosa publicación de libre expresión que es La Revista; estamos convencidos de que en Costa Rica el poder político real de nuestra sociedad, tiene en el capital financiero-bancario su corazón.
Y, sostenemos también, que este capital financiero tiene un sobredimensionado poder sobre la institucionalidad formal de la República, como lo es la Asamblea Legislativa, la Casa Presidencial y hasta el mismísimo Poder Judicial.
Aunque don Leonel, como hombre de empresa que es, ha incursionado en otros ámbitos de actividad lucrativa como lo es el negocio de las noticias, lo real es que se sabe que la preponderancia de su quehacer lucrativo-mercantil lo es el ámbito financiero-bancario.
A raíz de la denuncia pública que ha hecho su señora esposa, la Fiscalía Adjunta de Delitos Económicos, Tributarios y Aduaneros, la está llamando para que declare, a la mayor brevedad posible todo lo que ella sabe acerca de “… el traspaso de 65 millones de dólares que se hizo a Panamá, entre otras cosas”, que dice ella habría realizado don Leonel.
En la Costa Rica de hoy, la de la profunda desigualdad y de la cruel exclusión económica, el gran problema de las responsabilidades fiscales-tributarias de los que más tienen, debería ser un tema estratégico de la agenda nacional. ¡No lo es! Y, precisamente, estimamos nosotros, para que no lo sea, se debe al excesivo poder e influencia de los personajes que manejan el capital bancario-financiero nacional.
La corriente sindical en la cual militamos tiene muchos años de estar hablando del tema de la evasión fiscal y tributaria que, a gran escala, ocurre en este país.
La clase trabajadora en todas sus clasificaciones (con empleo formal y salario fijo, en la informalidad, en el desempleo -abierto o encubierto-, en el cuentapropismo… en la desesperanza), es víctima directa de ese crimen social que es la evasión fiscal en Costa Rica; la cual, tiene estrecha relación y vínculo estratégico con un sistema tributario cruelmente injusto.
Y, también estamos convencidos de que a las ganancias del capital financiero-bancario nacional, ese que tiene un sobredimensionado poder político real, no las abarca un sistema tributario de carácter progresivo, sencillamente porque éste no existe en Costa Rica.
Nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Principio constitucional y de derecho fundamental. No nos corresponde juzgar la conducta tributario-fiscal de don Leonel
A lo que sí tenemos derecho es a no dejar pasar desapercibido el comentario público de su señora esposa, con relación a esta afirmación: “sobre el traspaso de 65 millones de dólares que se hizo a Panamá, entre otras cosas”.
Si la Fiscalía Adjunta de Delitos Económicos, Tributarios y Aduaneros está interviniendo de oficio, es imposible quedarse viendo los toros desde la barrera puesto que las manifestaciones de doña Yafit Ohana Beladel abre un sinnúmero de interrogantes y de especulaciones.
Por ejemplo, ¿se habrían dado otros traspasos de millones de dólares a Panamá?; ¿a qué se refiere ella con esa frase “entre otras cosas”; ¿qué son esas otras cosas? Y, ¿existirán otros banqueros que hacen esos traspasos y esas otras cosas…?
Lastimosamente, con el tipo de Asamblea Legislativa que tenemos en estos momentos, tales preguntas, ¡jamás!, puede uno esperar a que serían respondidas. La esperanza parece ser la Fiscalía… Permítanme ustedes que lo ponga en duda…