100 años del INS

Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El INS: un siglo de proteger al país y promover el bienestar económico y social, el cual se cumplirá el próximo 30 de octubre de 2024. Costa Rica  se ha diferenciado y destacado en el mundo moderno por muchas cosas: entre ellas, la  abolición del ejército en 1949; la creación de una política ambiental sostenible y de vanguardia desde 1970; el desarrollo de un sistema de seguridad social público,  ejemplar, liderado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), desde 1942 (que debemos cuidar y fortalecer); un sistema educativo público protegido y financiado por el Estado desde 1890 (venido a menos en la actualidad); un modelo de país democrático exitoso desde 1948 que, aunque no es perfecto, debemos preservar; y una entidad aseguradora pública que ha permitido ser garante, protectora y generadora de  paz social y desarrollo económico de toda la nación desde el 30 de octubre de 1924. Hablamos del Instituto Nacional de Seguros, más conocido por sus tres letras, INS, que llegó al siglo de existencia. ¡Y esto debe celebrarse!

La visión del carácter público-monopólico (hasta 2008) del “Banco Nacional de Seguros” como se llamó originalmente; que los líderes de entonces visionaron fundar, don Ricardo Jiménez Oreamuno (Presidente de la República); y, sobre todo, don Tomas Soley Güell (Ministro de Hacienda y Comercio), sencillamente marcó la diferencia en estos 100 años de desarrollo de toda nuestra sociedad.  

Esta visión de búsqueda de la justicia social y económica de don Tomás, se resume en este profundo y hermoso postulado filosófico-político-existencial, que mantiene y mantendrá absoluta vigencia por siempre:

El seguro es un problema de solidaridad humana. Su monopolio por el Estado equivale a la asociación mutualista de la población del país, realizando el propósito de prevención por medio de la solidaridad de los habitantes”. Tomás Soley Güell, 1924 (citado por Don Carlos Alfaro en Nuestra Historia y los Seguros).

Don Tomas, sin proponérselo o bien siendo consciente de ello, expone en este postulado la ecuación funcional económico-político-social del negocio del “riesgo de seguros”, en lo que respecta al giro social de la historia de los seguros en la Costa Rica, de 1924; a diferencia de lo que sucedía y sucede en la mayoría de países del mundo, donde este negocio es manejado por empresas privadas, y sus ganancias van a arcas privadas y no públicas, como sí sucede con nuestro INS. Resumimos este algoritmo así:

INS = (Σ + i) – (Cp + Ip) = UEN, donde:

Σ = suma de primas (pagos de seguros) de todas  las personas y empresas

i  = intereses o rendimientos financieros que generan esas  primas de seguros

Cp = costos de producción de la gestión de seguros

Ip = suma de las indemnizaciones pagadas a los asegurados y empresas

UEN = Utilidad económica del negocio para toda la sociedad costarricense

Conceptualizar la Costa Rica de hoy, sin el INS, es un ejercicio que podemos hacer, y no dudamos del resultado. Veamos: una mayor y escandalosa  desigualdad económico-social; inexistencia de “ los hijos e hijas del INS” como Bomberos, Riesgos del Trabajo, Seguro Obligatorio Automotor, Hospital del Trauma y Red de Salud, Museo de Jade, Puesto de Bolsa y SAFI, INS-Servicios; ausencia de enormes contribuciones económicas al fisco y a la sociedad en general que, como consecuencia, ha permitido la creación y soporte económico para el desarrollo a muchas entidades, causas  públicas y miles de empresas privadas que, gracias a la garantía del INS  surgieron y existen; y, desde luego, ser  fuente de trabajo a miles de personas  que dependen (hoy) del INS.  

Históricamente, y hasta la fecha, las compañías de seguros en el mundo, sobre todo las más antiguas y poderosas, se han convertido en ejes de inimaginable poder económico en una economía globalizada y concatenada a los intereses privados de una espeluznante minoría, donde el culto al lucro y al poder es su dogma. Lo público no cuenta para ellos.

De allí que, si en nuestro ideario político es “normal” que tengamos una entidad aseguradora pública, que fue monopolio apenas hasta hace 16 años; en otras latitudes, lo ven raro, extraño y particular. Lo cierto es que los beneficios de esta rareza económica han sido enormes para el país en los últimos 100 años; y la gran mayoría de los y de las costarricenses lo aprueba y lo defiende, sin duda.

ANEP lo ha hecho desde nuestra fundación en 1958… y lo seguirá haciendo; pese a que no siempre estemos de acuerdo o aprobemos las actuaciones de las autoridades transitorias superiores del INS; defensa que hemos realizado con gran ahínco y contundencia ante las ideas neoliberales de los últimos gobiernos (incluido el actual); partidarios todos del Todo Mercado-Nada Estado.

Nos opusimos, férreamente, al rompimiento de monopolio en tiempos de TLC, 2000-2008, junto con la Asociación Nacional de Agentes de Seguros (ANDAS), el sindicato UPINS de ese momento histórico y muchas otras organizaciones sociales, sindicales y no sindicales, así como miles de personas. Y lo seguiremos haciendo, ante toda amenaza, que pretenda debilitarlo. El INS NO SE VENDE, ni entero, ni en partes. Esta es consigna ANEP.

Hoy, el impacto socioeconómico del Instituto Nacional de Seguros (INS) sigue siendo fuerte pese al rompimiento del monopolio señalado y a la llegada de 12 compañías privadas; y, aunque los enemigos históricos que siguen vigentes y algunas ideas privatizadoras “nuevas” han aparecido, tal impacto lo podemos ver, sentir y percibir en los siguientes indicadores y referencias:

Grupo INS: Lo constituyen las empresas INS, INS-Valores, INS-Inversiones, Cuerpo de Bomberos con 52 estaciones en todo el país, Red de Servicios de Salud (Hospital del Trauma y 21 centros de atención médica y consultorios) y Museo de Jade.

El INS administra el Régimen (social) de Riesgos del Trabajo -RT- (Ley No. 6727, Ley de Riesgos del Trabajo que reformó el Capítulo IV del Código de Trabajo), en la que están asegurados más de 1.800.000 personas. En promedio, durante el período 2022-2023 se registraron cerca de 140.000 casos de riesgos del trabajo e indemnizaciones por parte del INS por arriba de ¢ 132 mil millones por año.

Por cierto, anunciamos, que suenan tambores de una aseguradora privada de casimir inglés, que compró una compañía de seguros ya establecida, con el interés de entrar en este mercado de seguros y distorsionar el seguro social de riesgos del trabajo y convertirlo en un seguro comercial como “moneda de cambio”. Y esto a partir de un reglamento con muchas lagunas funcionales y jurídicas emitido por la Superintendencia General de Seguros (Sugese). 

Desde ya anunciamos lucha frontal a este nuevo intento privatizador y respaldo al INS en su gestión de RT. Invitamos desde ya a todas las fuerzas sociales a unirnos y no dejar que esto pase. Pequeño detalle: aquellos casos que, aunque NO fueron reportados por sus patronos, el INS les brinda los servicios y luego incoa contra los patronos para intentar recuperar los servicios prestados. ¿Estará dispuesta una compañía privada lucrativa de RT hacer esto mismo? ¡No! No creemos que le interese mucho el bienestar de las personas, sólo la ganancia.

El cuerpo de Bomberos, pese su independencia administrativa, sigue siendo auspiciado y cofinanciado por el INS, con más de ¢ 25.000 millones al año. Tiene cobertura nacional con sus 52 estaciones y más de 1500 empleados y 3000 voluntarios. Y los servicios se prestan a toda la población sin costo, de forma solidaria. Fortalecer al INS es proteger los Bomberos.

El Seguro (Social) Obligatorio Automotor, conocido como SOA (Ley de Tránsito, No. 9078) brinda protección a más de 2.300.000 personas dueños de vehículos del país, es administrado por el INS. Se atienden al año más de 47.000 accidentes de tránsito. El promedio pagado de 2022-2023, es de ¢ 50 mil millones por año.

Según  Estados Financieros al 31 diciembre 2023 del INS, disponible en la web institucional  www.grupoins.com , el total de Activos y Patrimonio es de ¢ 2.559 millones de millones; los cuales, convertidos a dólares USA de hoy, es un monto cercano a  la suma de $ 4.922 millones. Diríamos que eso es lo que vale el INS. Eso le permite por sí mismo, una profunda solidez financiera y garantía a todos los asegurados.

Pero, además, no olvidemos que el INS es la UNICA ASEGURADORA con GARANTIA DEL ESTADO COSTARRICENSE, según la Ley 8653, Ley Reguladora del Mercado de Seguros, Art. 52 (reforma de la ley No. 12, de 1924, que creó el INS). Y esa garantía no la tienen las privadas. Por eso, instamos a todos los y a todas las costarricenses y empresas, a contratar sus seguros con el INS. No corran riesgo con empresas aseguradoras privadas, sobre todo, con aquellas de origen extraño.  

El INS es, por mucho, la primera aseguradora del país y del área centroamericana, con más del 67 % del mercado nacional de seguros. Acotamos que desde 2008 a la fecha, el INS ha perdido un 2 % anual del mercado, sobre todo en la línea de seguros personales. No obstante que el primaje ha aumentado nominalmente. Aprovechamos para hacer un vehemente llamado a las autoridades superiores del INS para evitar que esto siga sucediendo y revertir este proceso. El INS debería estar en un 80 % de dominio del mercado o más.

Por otro lado -según la misma fuente de información supracitada-, el primaje (dinero o primas que pagan todos los asegurados) al cierre de 2023 fue de ¢ 697 mil millones; suma equivalente a $ 1340,3 millones (TC = ¢ 520 x 1 USA$); generando una utilidad neta de ¢ 30.000 millones, monto equivalente a $ 90,3 millones (luego de todos los pagos obligatorios como impuestos, cargas sociales, múltiples trasferencias por leyes especiales, aportes directos a Hacienda).

No obstante, el promedio 2021-2023 de utilidad neta, fue cercano a los ¢ 67 mil millones. Para 2024 se espera lograr una ganancia neta de ¢ 50.000 millones. Entendemos que la caída del dólar ha afectado estos resultados. En definitiva, el INS es un muy buen negocio público que, sin duda, muchas empresas privadas lo quieren, han intentado apropiárselo y lo intentarán muchas veces más.

Sólo queda decir: ¡qué razón y qué visión la de don Tomas Soley Güell! ¡Cuánto le debe Costa Rica a este ciudadano!, primero futbolista de FC Barcelona, allá por 1900, como se indica en sus biografías y luego Ministro de Hacienda, en 1924, y gestor de la entidad aseguradora pública más longeva del mundo, el INS, hasta donde conocemos.  Bien merecido sería honrar su memoria con declararlo Benemérito de la Patria y Gestor de Bienestar Social.

Por último, desde ANEP no podemos omitir nuestro apoyo irrestricto al proyecto de ley presentado en agosto pasado, promovido por el ciudadano Juan Ignacio Mata Centeno, ante el Dpto. de Participación Ciudadana de la Asamblea Legislativa, a fin de que el INS sea declarado Institución Benemérita de la Patria. Hablamos del expediente No. 3787 de dicho departamento. Invitamos a todas las organizaciones afines al INS a pronunciarse en apoyo a esta ley.  

A las autoridades actuales del INS,  encabezadas por su presidenta, la Licda. Gabriela Chacón Fernández, las conminamos a dirigir esta institución por el camino de alta producción, eficiencia, eficacia y excelencia de servicios,  generando bienestar social y económico en todos los  frentes posibles: un buen recaudo de primas; pago expedito de indemnizaciones por pólizas contratadas; mejora en todos los servicios de RT, SOA y seguros comerciales; más  inversiones en infraestructura hospitalaria y red de salud.

Continuar  con el apoyo  a los servicios de la CCSS, apoyo directo  a muchos  proyectos de bien social; alianzas con otras entidades públicas (ICE, CNFL, A y A, otras) que permitan potenciar la comercialización de seguros con cargo a los recibos de servicios;  generar productos colectivos de vida con componente de ahorro como alternativa al fracasado modelo de pensiones complementarias; constante mejora en productos de seguros y nuevas herramientas tecnológicas de comercialización para los agentes de seguros; entre otras buenas intenciones de parte de ANEP. En ANEP estamos dispuestos a dialogar para mejorar el desempeño del INS, porque apoyamos, creemos y defendemos el papel del INS en nuestra sociedad. 

¡Larga y productiva vida al INS en su centenario! Que nuestros bisnietos lo disfruten en 2124.

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