Grandes son los problemas que está viviendo nuestra Patria. En realidad, los que están sufriendo las personas trabajadoras asalariadas y las que no tienen empleo ni salario fijo; igualmente, cualquier cantidad de micro, pequeños y medianos empresarios.
Hay una abrumadora mayoría que está excluida, o que está cerca de estarlo, de los beneficios del crecimiento económico y, por ende, presenciamos esa “carrera loca” hacia la total polarización de la sociedad desde el punto de vista de la concentración del ingreso. En realidad, hay más problemas y en otros ámbitos, pero los sustanciales son las de la gente común: la sobrevivencia diaria.
Nuestra perspectiva sindical nos ha llevado, de manera reiterada, a plantear que dentro de los graves males que nos aquejan como sociedad, resaltan tres fundamentales; sin embargo, hay uno mayúsculo del cual se derivan esos tres.
Éstos tres son: a) la violencia en todas sus manifestaciones (delictiva, intrafamiliar, económica…); b) la corrupción en todas sus manifestaciones, pública y/o privada, con ropaje legal o sin él; c) la penetración del narcotráfico en el tejido social (por abajo y por arriba). De alguna manera, estos tres se alimentan del mayor y más grande problema nacional de la actualidad: el crecimiento de la desigualdad y la concentración abusiva y veloz de la riqueza.
No hay gobernabilidad posible si la gente tiene hambre, si se siente agobiada por su deudas, abrumada por el alto costo de la vida y los bajos salarios “condimentados” con reajustes por costo de vida, semestrales, realmente ridículos, insuficientes y nada compensatorios de las variaciones de precios de artículos y servicios fundamentales para intentar una vida más o menos digna.
Desacelerar, atajar y revertir tal proceso de exclusión social mayoritaria pasa un conjunto de decisiones de política pública que implican la necesidad de que tengamos gobiernos más centrados en lo social que en lo macroeconómico de corte fiscalista y monetarista.
Por eso, entre otras cosas, ocupamos otra política salarial y en lo que atañe al sector privado de la economía, es más que urgente entrarle al tema de los salarios mínimos. A ello nos referiremos en nuestra próxima entrega para La Prensa Libre.